jueves, 18 de octubre de 2012

LOS ORIGENES DEL CONQUISTADOR DELPERU, FRANCISCO PIZARRO





Anduvo Francisco Pizarro, más de tres
Años en este descubrimiento, pasando
Grandes trabajos, hambre, peligro y burlas.
Gomara


Los Pizarro –nos dice García Carraffa- descienden del tronco de los Añasco. Era éste un ilustre linaje visigodo que se asentó inicialmente en las montañas de Burgos, pasando luego, en la remota época de los bárbaros, a Trujillo, de donde huyeron, al ser invadida la península por los árabes, refugiándose en Asturias. De aquí, avanzando con la reconquista, llegaron a Toledo.

En 1232 fue rescatado Trujillo definitivamente por los cristianos, a lo que contribuyeron los Añasco, que de nuevo se establecieron allí. Pronto surgió en Trujillo una lucha de bandos entre los Altamirano, los Añasco y los Bejarano.

Junto a los Altamirano se pusieron  sus tres grandes líneas:
la que conservó el apellido Altamirano;
la que se apellidó Orellana  por su señorío de Orellana La Vieja;
la apellidada Torres;  
más otras familias entre las que se hallaba la de los Hinojosa.

A los Bejarano se unió su rama primogénita, que también se apellidó Orellana por su señorío de Orellana la Nueva.

Y a los Añasco ayudaron los Pizarro, los Gil y los Díaz, líneas las tres dimanadas del tronco Añasco.

El linaje de los Pizarro, procedía, por tanto, del tronco de los Añasco de Trujillo.

De algunos de los primeros ascendientes Pizarro en Trujillo, ya enlazados con los Añasco, hay noticias concretas: Hacia 1280 nace un Gonzalo Sánchez Pizarro, y también aparecen los hermanos Sancho Martínez Añasco Pizarro y Alonso Martínez Pizarro.
Tras estos y otros Añasco Pizarro, surge el magnífico señor Diego Hernández Pizarro, en quien había recaído, a fines del XIV, las preeminencias y honores del linaje Añasco, conquistador de Trujillo. Con tal señor iniciamos la siguiente  genealogía, basándola –indica García Carraffa- en las documentadas investigaciones hechas por el señor Muñoz de San Pedro:
I.- Hernando Alonso Pizarro, natural de Trujillo (Cáceres).  En el año 1477 vivía en Trujillo don Hernando Alonso Pizarro, el mejor representante por entonces de los Pizarro extremeños, que presumía de abuelos “avidos e tenidos comúnmente reputados por personas hijosdalgo según costumbre e fuero despaña”. Casó Hernando con Isabel Rodríguez Aguilar, del linaje de los Hinojosa. Hubo varios hijos de este enlace, de los que nombraremos a:

1.- Gonzalo Pizarro, que sigue esta línea. .
2.- Juan Pizarro.

En documentación cuya autenticidad puede ser discutida aparece un tercer hijo:

3.- Diego Pizarro, esposo de Marina López y ambos padres de
3.1.- María Pizarro, que casó con Gregorio López, el célebre comentarista de las Partidas, naciendo de este enlace
3.1.1.- Lucía.                                                          
3.1.2.- María López Pizarro. De ambas hermanas descienden los Condes de Cancelada y los duques de Noblezas, litigantes en los aludidos pleitos.

II.- Gonzalo Pizarro. Aquí tenemos ya al padre de don Francisco; padre que nunca le reconoció como hijo, ni legítimo ni bastardo.  Gonzalo falleció en 1522,  guerreando en Navarra. Tras el nacimiento de Francisco había casado con su prima Francisca de Vargas, habiendo varios hijos. Fallecida Francisca, tuvo don Gonzalo “muchísimos  bastardos” con dos criadas: María Alonso y María Biedma. En su testamento, dado en Pamplona el 14-IX-1522, reconoció don Gonzalo Pizarro a todos sus hijos, a los legítimos e ilegítimos; a todos menos a uno: a Francisco no se le nombró para nada en el documento.

Busquemos ahora a la madre del héroe.

Entre los labradores pecheros de Trujillo (labradores pecheros, pero cristianos viejos sin mezcla de judíos ni moros... etc.) se encontraba Juan Mateos, de la familia apodada Los Roperos, casado con María Alonso. De su enlace fueron fruto dos hijas: Catalina González y Francisca González.

Catalina González casó con Antón Zamorano.

Al fallecer su padre Juan Mateos, Francisca, aún soltera, entró a servir como criada en el Monasterio de las Freilas de la Puerta de Coria.

Allí, en el Monasterio, sedujo Gonzalo Pizarro a Francisca, dejándola embarazada. Cuando el hecho fue evidente, fue Francisca expulsada del Monasterio, acudiendo a refugiarse a casa de su madre, que por entonces vivía con su segundo esposo: Juan Casco. Y allí, en casa de Juan Casco,  nació:

1.- Francisco Pizarro, que sigue la línea (III).

Francisca González casó posteriormente y tuvo del enlace un hijo legítimo, que resultaría hermanastro materno de Francisco Pizarro, llamado Francisco Martín de Alcántara, que también pasaría a Indias.

Otros hijos conocidos de Gonzalo Pizarro fueron

 2.- Hernando de Pizarro, nacido en 1503, el mayorazgo de don Gonzalo, que acompañaría a Francisco en El Perú. Hernando tuvo en Perú como amante a una coya de la que no se sabe el nombre. El historiador Tito Cussi Yupanqui, al escribir los hechos de su padre, el Inca Manco II, dice que Hernando Pizarro se había enamorado de una Coya –emperatriz; esposa y hermana del Inca-, y exigió que se la entregaran: “Dijo entonces Hernando Pizarro: Aunque le soltéis vosotros y dé más oro y plata que caben en cuatro bohíos, no se soltará de mi parte si primero no me da a la señora Coya, su hermana, por mi mujer. Esto decía él porque la había visto y habíase enamorado de ella, porque era muy hermosa”.  Fruto de estos amores fue

2.1.- Francisco Pizarro Yupanqui, al que se suele llamar “Gonzalillo”. Son muy vagas las noticias sobre este hijo de Hernando Pizarro, lo que lleva a dudar incluso de su existencia. Y aun dando ésta por cierta, es indudable que habría sido corta y sin sucesión, pues en los documentos de última voluntad de Hernando Pizarro no hay ningún rastro de este hijo.

Más tarde, ya en España, Hernando Pizarro casaría con su sobrina Francisca, hija de su hermano Francisco. Abajo, en el apartado IV, trataremos de este matrimonio y de los descendientes de sus cinco hijos:

2.2.- Francisco         Pizarro y Pizarro.
2.3.- Juan                  Pizarro y Pizarro.
2.4.- Gonzalo            Pizarro y Pizarro.
2.5.- Isabel                Pizarro y Pizarro.
2.6.- Inés                   Pizarro y Pizarro.

Por otro lado, este Hernando Pizarro,  hermano del conquistador Francisco, tuvo "de avanzada edad una hija ilegítima en la noble doncella Isabel Mercado, natural de Medina del Campo-Valladolid". Esta hija bautizada como

2.7.- Francisca Pizarro, que casó con Hernando Orellana y Tapia. De éste, de sus ascendientes y de la descendencia habida con Francisca Pizarro se trata en el apellido Orellana, en Genealogías Hispanas de esta web.

3.- Juan Pizarro, bastardo, que acompañaría a Francisco en El Perú.
4.- Gonzalo Pizarro, bastardo, que también acompañaría a Francisco en El Perú.

III.- Francisco Pizarro nació –según  hemos visto- entre labradores y como hijo de labradora vivió, sin ser reconocido en ningún momento como hijo bastardo por su padre ni por ningún Pizarro. Agreguemos que no hizo estudio alguno, y que era y fue hasta su muerte analfabeto. Ya mancebo, pasó Francisco como soldado a Italia, donde luchó en las filas del Gran Capitán. Licenciada la tropa, regresó a Extremadura, para enrolarse pronto en el séquito que a Indias llevaba un paisano suyo: Fray Nicolás de Ovando. La expedición llegó a La Española en el año 1502, y allí sentó Francisco plaza de soldado indiano.

Corrió sus aventuras de triunfo en triunfo, y en 1528 regresó a España a fin de exponer al Emperador la situación en tierras peruleras. El día 26 de julio de 1529 fue nombrado, en Toledo, Gobernador, Adelantado y Alguacil Mayor de Nueva Castilla (o sea, del Perú).

Siendo ya Gobernador y Adelantado, regresó Francisco a Trujillo, y entonces, sólo entonces, fue considerado como un Pizarro, hijo bastardo del Capitán don Gonzalo...

Reclutó entonces Francisco Pizarro hueste en Trujillo para ir a tierras peruleras, y a él se unieron Hernando de Pizarro, el mayorazgo de don Gonzalo, y los bastardos Juan y Gonzalo Pizarro.

La madre de Francisco, Francisca González “la Ropera”, en años anteriores había casado y tenido un hijo, llamado Francisco Martín de Alcántara. Francisco Pizarro tuvo el buen gesto de enrolar a este hermano materno en sus huestes, poniéndole en las mismas no junto a los villanos, sino codo con codo junto a sus hermanos hidalgos. Francisco Martín de Alcántara, casado con Inés Muñoz, estuvo desde el principio en la conquista del Perú, siempre al lado de su hermano, quien lo tuvo como uno de sus hombres de mayor confianza, “al punto de encargarle a su mujer Inés el cuidado y la educación de todos sus hijos mestizos”. Residió  en Lima y murió en 1541 defendiendo a su hermano frente a los almagristas.

Y así pasaron los Pizarro a Indias: Francisco “El Ropero” (luego don Francisco Pizarro); su hermano materno Francisco Martín de Alcántara; sus nuevos hermanos Hernando Pizarro –el legítimo y mayorazgo-, Gonzalo Pizarro y Juan Pizarro, y sus parientes paternos Juan Pizarro de Orellana, Martín Pizarro y Pedro Pizarro.

De los hijos de Francisco Pizarro constan como legitimados sólo dos; los que tuvo con la princesa inca Quispe Cusi, bautizada como Inés Huayllas. Quispe Cusi era hija de Huayna Cápac, que poseía uno de los más altos rangos en la corte inca.

1.- Francisca, que sigue la línea.
2.- Gonzalo Pizarro Yupanqui, que falleció en su niñez.

IV.- Francisca Pizarro, nacida en Jauja (Perú) en 1534. Al fallecer su hermano Gonzalo, se convirtió en la más rica heredera del país, razón por la que su tío Gonzalo Pizarro maquinó casarse con ella, cosa que evitó su tía Inés, que la escondió en un barco y la llevó lejos de Lima. En 1549, muerto ya Gonzalo Pizarro, Pedro La Gasca la envió a España, “alejando así del Perú a un símbolo en quien se reunía lo más lato de la dignidad imperial incaica cono el poder material y político heredado de su padre”. Inducida por su tío y tutor Hernando Pizarro, Francisca Pizarro se estableció en Medina del Campo, donde aquél la cortejó y al fin se casó con ella, en 1552; contaba la novia 18 años de edad y el novio 49. La novia accedió a compartir prisión con su esposo (encarcelado por la muerte de Almagro, en el castillo de la Mota, en Valladolid), y así vivieron durante nueve años en un ala del castillo. Hernando recobró la libertad en 1561, y junto a su esposa e hijos pasó a Trujillo, donde se hizo construir el palacio llamado de la Conquista, disfrutando allí de su título de marqués de la Conquista, heredado de su hermanastro vía matrimonio con la hija de éste.

Francisca enviudó en 1578 y tres años después casó con Pedro Arias Portocarrero, arruinado viudo extremeño emparentado con Pedrarias Dávila (hijo del conde de Puñonrostro; ver apellido Arias, en esta web, en Genealogías Hispanas, apartado II.2.3.1.1.).

Cinco fueron los hijos de Hernando y Francisca:

1.- Francisco Pizarro y Pizarro, que sigue la línea.

2.- Juan Pizarro y Pizarro, que casó con María de Bobadilla. Padres de
2.1.- 11-Fernando Pizarro y Bobadilla.
2.2.- 12-Francisca Pizarro y Bobadilla.
2.3.- 13-Juana Agustina Pizarro y Bobadilla.

3.- Gonzalo Pizarro y Pizarro.
4.- Isabel Pizarro y Pizarro.
5.- Inés Pizarro y Pizarro.

V.-  Francisco Pizarro y Pizarro. Casó en primeras nupcias con Francisca Sarmiento y Castro; en segundas con Estefanía de Orellana y Tapia, y tuvo, además, hijos naturales con Micaela Manrique de Lara.

En Francisca Sarmiento y Castro tuvo Francisco a:

1.- Fernando Pizarro y Sarmiento,  "Marqués de la Conquista".
2.- Francisca Pizarro y Sarmiento, que casó con Juan Solís y Vargas en 1610.
3.- Juan Fernando Pizarro y Sarmiento, fallecido el 1 de enero de 1646.

En Estefanía de Orellana y Tapia fue padre Francisco de:

4.- Francisca Pizarro de Orellana.
5.- Gonzalo Pizarro de Orellana. Gonzalo fue padre de
      5.1.- Beatriz Pizarro.
      5.2.- Estefanía Pizarro.
      5.3.- Beatriz Pizarro.
      5.4.- Jacinta  Pizarro.

6.- Varios Pizarro de Orellana más.

Y en Micaela Manrique de Lara fue padre Francisco Pizarro y Pizarro de:

7.- Beatriz Pizarro Manrique.
8.- Estefanía Pizarro Manrique.

9.- Beatriz Jacinta  Pizarro y Manrique. En el expediente para el ingreso en la Orden de Santiago de su nieto Nicolás Fernández de Somoza y Godoy, se dice que se probó que Beatriz Jacinta fue hija natural de Francisco Pizarro y Micaela Manrique de Lara. Beatriz Jacinta, natural de Trujillo, testó en Madrid el 29-V-1686, y casó en Trujillo el 12-IV-1632 con Luis Antonio de Godoy Ponce de León y Messia. Este Luis Antonio, según se dice en el citado expediente, era también hijo natural, habido por Luis de Godoy Ponce de León en Beatriz de Mejía. Luis Antonio había nacido en Ocaña el 5-XI-1608; fue Alférez Mayor de Trujillo y Alcalde de su fortaleza; en Madrid fue aprobado para Alcalde de la Mesta Noble en 1652 y 1655.  

Beatriz Jacinta y  Luis Antonio fueron padres de:

9.1. Francisco Fernando Pizarro y Godoy, nacido en 1633 en Trujillo, Caceres.

9.2.- Pedro Pizarro y Godoy, nacido en  Trujillo alrededor de  1635. Casó con Ana de Quiñones y fueron padres de
9.2.1.- Pedro Eugenio Pizarro y Quiñones.

9.3.- Elena Godoy y Pizarro, nació el 4-VI-1640 en Madrid, donde testó en 1710. Casó también en Madrid, el 21-IV-1680, con Antonio Fernández Somoza, nacido en Madrid en 1650, hijo de Alonso Fernández Molero y de Catalina de Somoza; Caballero de Santiago desde 1679 y Familiar del S. O.  en Toledo. Padres de

9.3.1.- 22-Nicolás Fc. Fernández de Somoza y Godoy, nacido el 17-IX-1684 en Madrid, donde fue aprobado para la vara de Mesta de hijodalgo en 1690, 1692 y 1697. Caballero de Santiago desde 1712 (signatura 3025).

9.3.2.- Mª Bernarda Pizarro y Fernández-Somoza.
9.3.3.- Luisa Vicenta Pizarro y Fdez-Somoza, fallecida en 1756. Luisa casó con Diego de Guevara.

Hay que aclarar que  Francisco no tuvo ascendientes paternos que como de su linaje le reconocieran... hasta que regresó a su Trujillo natal con el título de Gobernador, Adelantado y Alguacil Mayor de Nuevas Castilla (el Perú).

miércoles, 17 de octubre de 2012

LAS HUARINGAS

Escuché alguna vez que las personas podían distinguirse por los roles que interpretaban: el huérfano, aquel personaje que gusta de expresar sus malestares, incomodidades y desgracias en general, con el fin de atraer la atención de quien le rodea; el guerrero, que nunca estará de acuerdo con nada y siempre creerá que todo está en su contra, razón por la que siempre creerá que debe discutir con todos; y, finalmente, el mago, rara especie de ser humano que cree en las posibilidades de que todo irá mejor, capaz de transformar cualquier realidad con el uso de polvos mágicos que podían consistir hasta en su propia sonrisa. 
Nada más alejado de la magia resulto ser el viaje a la sierra de Piura. Con un pasaje de 15 soles lo que equivale a menos de cinco dólares a las siete de la mañana partimos Piura, porque de perderlo hubiéramos tenido que esperar hasta las cinco de la tarde; luego de partir el asfalto, así como mi cobertura del móbil, se acabaron tras una hora y media de camino a la montaña; mi paciencia y buen ánimo duraron poco más, pero el polvo que se colaba por entre los vidrios y la avería del DVD del bus se los terminaron de llevar. Al medio día, hora en que el bus hace una parada en Canchaque, ya llevaba la cuenta de un mareo, un dolor de espalda y una tonta discusión con mi compañero de viaje, César, no podría estar peor, ¿o si?, la empresa "Turismo" olvidó subir nuestro equipaje al bus, por lo que debíamos esperar que el siguiente bus nos lo trajera a las once de la noche. Podría seguir con que la cama que nos dieron por cama para dos lo que era cama para un hobbit, con que la música del televisor nos aturdió hasta la media noche, pero sería injusto olvidar lo amable que eran las personas al saludarnos a nuestro paso, lo pintoresco de sus bodegas, la plaza principal, su iglesia, su mirador, las indicaciones y explicaciones sencillas para llegar a su mayor orgullo, Los Peroles de Canchaque, una caída de agua escondida entre la montaña, a la cual llegamos luego de concluir que el desarrollo debía conllevar al uso de menos envoltorios para comestibles. 
Por 10 soles estuvimos de camino a Huancabamba al día siguiente, no fue mejor el viaje, de hecho, fue peor, la gran diferencia que hizo que valga la pena soportar las sacudidas de la carretera en mal estado, fue el maravilloso pueblo que es "las piedras de los dioses" como se traduciría en aymara Huancabamba, un pueblo encantador, la tarde que llegamos jugaban al bingo en la plaza y el ganador del premio mayor fue un niño, la plaza estaba llena de alegría y se oía música por todos lados, el convento franciscano donde nos alojamos hacía que todo lo pasado sea olvidado. Al día siguiente muy temprano, contratamos una movilidad por unos 80 soles para que nos llevara a la laguna Shimbe, una de las más importantes de las catorce lagunas mágicas, nos llevaría hasta cierto punto del camino y luego había que continuar andando, todo en aquel camino valió la pena, el paisaje, el calor del medio día, el frío intenso que acompaña a las nubes, al cabo de dos horas caminando ahí estaba.. la extensa laguna Shimbe, una de Las Huaringas, lagunas sagradas desde el tiempo antes de la llegada del mundo europeo a américa, con aguas con gran contenido de minerales, de ahí su gran potencial curativo. Crean en magia o no, Las Huaringas, están ahí a unos 3,818 metros al nivel del mar, escondidas en las montañas de Huancabamba, allí donde Mc Donald's aún no ha llegado. 
Yo no sé que tengan Las Huaringas, pero viendo al atardecer todo el pueblo desde la torre del campanario de la iglesia, pienso que debe ser magia que aún exista un pueblo al que se acceda por una de las carreteras en peor estado que he visto en mi vida o quizás sea la manera en que las lagunas se protegen de un turismo, algunas veces, corrosivo y depredador.