sábado, 25 de febrero de 2017

AQUELLOS CARNAVALES DE MI INFANCIA

Estamos en carnavales, me viene a mi memoria grandes recuerdos de esos tres días de fiesta popular que se celebra todos los años en el mes de febrero y consiste en disfrazarse, con comparsas, juegos con agua, talco, chisguete y bailes, que eran muy famosos y se realizaban en el parque de Barranco o en el campo de Tiro del Ministerio de Hacienda, estos bailes duraban hasta el amanecer. ¡Qué recuerdos de aquellos carnavales de mi niñez!, en la  que  los chicos de mi barrio jugábamos con globos de agua, que tirábamos a las chicas, y después por la tarde cambiábamos el agua por el talco y  los chisguetes marca “pierrot”, que echábamos a las chicas.
Recuerdo cuando mis padres nos llevaban a ver el Corso, desde la casa de los hermanos Navarro, unos maños muy amigos nuestros, y desde las grandes ventanas veíamos mi hermano y yo con mucha ilusión el desfile en que en una gran carroza iba la Reina del carnaval con sus damas de honor. Este desfile que se celebraba a lo largo de todo el Jirón de la Unión, era lo más típico de estas fiestas.
El día martes por la noche, íbamos en el carro al balneario de la Herradura donde se quemaba y se enterraba al “Momo”,  que significaba el final de la fiesta de carnaval.
Sobre esta fiesta de carnestolendas, “se atribuye el origen de 'carnaval al vocablo italiano 'carnelevare' (de carne y levare, quitar),en el Diccionario de la Lengua de 1780 para significar 'carnestolendas', manteniéndose dicha definición en sus ediciones de 1817 y 1884 hasta que en la de 1925 pasó a significar "los tres días que preceden al miércoles de ceniza' y posteriormente, en las ediciones de 1992 y 2001 pasó a significar "los tres días que preceden al comienzo de la cuaresma”. Su origen latino para decir "carnes que han de quitarse, para dar lugar a cuaresmales abstinencia".
El carnaval es una celebración que tiene lugar inmediatamente antes de la cuaresma cristiana (que se inicia con el Miércoles de Ceniza y que tiene fecha variable (entre febrero y marzo según el año). Tradicionalmente comienza un jueves y acaba el martes siguiente martes de carnaval. El carnaval combina elementos tales como disfraces, desfiles, y fiestas en la calle. A pesar de las grandes diferencias que su celebración presenta en el mundo, su característica común es la de ser un período de permisividad y cierto descontrol. En sus inicios, probablemente con un cierto sentido del pudor propio de la religión, el Carnaval era un desfile en que los participantes vestían disfraces y usaban máscaras. Sin embargo, la costumbre fue transformando la celebración hasta su forma actual.
El origen de su celebración parece probable que esté en las fiestas paganas, como las que se realizaban en honor a Baco, el dios romano del vino, las saturnales y las lupercales romanas, o las que se realizaban en honor del toro Apis en Egipto. Según algunos historiadores, los orígenes de esta festividad se remontarían a la Sumeria y el Egipto antiguos, hace más de 5000 años, con celebraciones muy parecidas en la época del Imperio, desde donde se expandió la costumbre por Europa, siendo llevado a América por los navegantes españoles y portugueses a partir de fines del siglo XV.
El carnaval, aunque la Iglesia no lo admite como celebración de tono religioso, está asociado con los países de tradición católica, y en menor medida con los cristianos ortodoxos orientales; las culturas protestantes tienen tradiciones modificadas, como el carnaval danés.
La celebración de la fiesta de carnaval más grande del mundo es la de Río de Janeiro; y la mayor agrupación o comparsa carnavalesca es la de, Galo da Madrugada de la ciudad de Recife, sitio de otro carnaval muy importante y famosos en España con una historia y planteamiento más recientes son conocidos con rango internacional son los de Santa Cruz de Tenerife, Las Palmas de Gran Canaria, Cádiz y el Carnaval de Águilas (Murcia). En casi todos los modelos de fiesta carnavalesca española tienen especial tradición el Jueves y el Miércoles de Ceniza (celebrado 46 días antes de Pascua de Resurrección).
Una antigua celebración festiva documentada desde la Edad Media y con una rica personalidad propia a partir del Renacimiento que ha quedado recogida en la literatura española y otras artes localizadas en los diferentes pueblos que componen el Estado Español. Como en el resto de los carnavales mundiales supone una suma de diferentes fiestas paganas asociadas a las celebraciones cristianas, en este caso a la Cuaresma. 
Otros Carnavales son los de Colonia en Alemania, Oruro en Bolivia, Venecia en Italia, el Carnaval de Barranquilla y el Carnaval de Negos y Blancos de Pasto en Colombia; en México los carnavales de Veracruz, Mazatlán, Guamúchil, Mocorito, Angostura y el Carnaval de Huejotzingo. Los más largos son el Carnaval de Montevideo, que se extiende por 41 días y los de Corrientes y en Entre Ríos, Argentina, ya que duran desde el primer fin de semana de enero hasta el primer fin de semana de marzo. Los carnavales de La Habana y Santiago de Cuba en Cuba han gozado de igual reputación internacional, comparándoseles con los de Río Janeiro durante la época republicana, durante los años 1902 a 1959.
El carnaval en el Perú, tiene dos connotaciones, la primera es la de «fiesta folclórica» y la otra es la de «juegos con agua y pintura». En la mayoría de los casos ambas se conjugan en una sola celebración.
Los juegos con agua y pintura inician en el mes de febrero en todo el Perú y se prolongan por todo el mes; las fiestas folclóricas en cambio se inician por lo general unos días antes del miércoles de ceniza, aunque en el caso del “kashwa de San Sebastián» en el departamento de Puno, este se celebra en enero. Lo más común es que las fiestas folclóricas del carnaval giren en torno al miércoles de ceniza, pudiendo ser días antes o días después, o ambos, según el pueblo o ciudad que los celebre. En el caso de las fiestas folclóricas, en las zonas rurales y las ciudades de influencia quechua y aymara, van acompañadas de ritos a la pachamama o a imágenes católicas.
En el Perú, por lo menos 6 celebraciones del carnaval han sido proclamadas como Patrimonio cultural de la Nación y estas son: el carnaval de Ayacucho, el carnaval del Pueblo de Santiago  de Pupuja en el departamento de Puno, el carnaval de carnaval de San Pablo en la provincia de Canchis (Cusco), el carnaval de Abancay, el carnaval de Marco en la región Junín.
Los etnólogos encuentran en el carnaval elementos supervivientes de antiguas fiestas y culturas, como la fiesta de invierno (Saturnalia), las celebraciones dionisiacas griegas y romanas (grandes bacanales romanas), las fiestas andinas prehispánicas y las culturas afroamericanas.
Por extensión se llaman carnaval algunas fiestas similares en cualquier época del año.
A comienzos de la Edad Media la Iglesia Católica propuso una etimología de carnaval: del latín vulgar carnem-levare, que significa 'abandonar la carne' (lo cual justamente era la prescripción obligatoria para todo el pueblo durante todos los viernes de la Cuaresma).
Posteriormente surgió otra etimología que es la que actualmente se maneja en el ámbito popular: la palabra latina carne-vale, que significa 'adiós a la carne'.
Pero a fines del siglo XX varios autores comenzaron a sospechar el origen pagano del nombre. Carna es la diosa Celta de las habas y el tocino. También estaría conectada con fiestas indoeuropeas, dedicadas al dios Karna (que en el Mahabhárata aparece como un ser humano, hermano mayor de los Pándavas, hijo del dios del Sol y la reina Kunti).
Actualmente el carnaval se ha convertido en una fiesta popular de carácter lúdico. El término «Carnaval» se aplica también a otros tipos de festividades que no están situadas en el tiempo de las carnestolentas (tiempo previo a la cuaresma), pero que comparten elementos similares, tales como los desfiles de las comparsas




lunes, 20 de febrero de 2017

EN LA GRANJA AZUL "COMA TODO EL POLLO A LA BRASA QUE QUIERA”

Hace unos días, en Oviedo, me invito su propietario a la inauguración de su  restaurante peruano “Sabor Latino”, cuya especialidad es el riquísimo pollo a la brasa.
Asistí acompañado de algunos paisanos, después de invitarnos un “pisco sour”, nos sorprendió con un delicioso pollo a la brasa, que yo no comía desde hace muchos años, “que estaba para chuparse los dedos”,  tal es así que la mayoría de los comensales pedimos que nos preparara unos pollos para llevar a la casa.
Tal es así, que ya en nuestro Oviedo se está poniendo de moda el pollo a la brasa, un plato que no existía en esta provincia.
Pollo a la brasa es la denominación que se da en mi país al pollo asado al carbón, a la leña o a gas en un sistema rotatorio. Este plato es una «Especialidad Culinaria del Perú» y es considerado un platillo típico de la gastronomía peruana que se originó en los años en el pueblo de Chaclacayo  a 30 kilómetros de la ciudad de Lima. Es el plato de mayor consumo  y uno de los de mayor consumo, incluso por encima del cebiche, el chifa y las especialidades de la comida rápida. Actualmente es considerado una «Especialidad Culinaria del Perú» por el Instituto Nacional de Cultura y la popularidad del plato ha hecho que su consumo familiar sea incluido en el cálculo oficial de la canasta básica.
Los orígenes de la receta de este plato en Perú se deben a Roger Schuler, un inmigrante suizo se afincó en Chaclacayo y se dedicó a la crianza de pollos, sin embargo el negocio no prosperó y comenzó a buscar otras formas de negocio. Un día vio a su cocinera asar un pollo bebé en brasas, ensartado en una barra de fierro que era girado en el fuego bajo la sombra de los molles  de pimienta de una huerta en la hacienda de Santa Clara en Chaclacayo se dio origen al Pollo a la Brasa.
Pero a quien se le debe atribuirse realmente el origen de la receta de este exquisito plato es a la cocinera que trabajaba en casa de Roger Schuler. La guisandera ensartaba de lado a lado los pollos bebes en una barra de metal de un metro de largo, para luego hacerlos girar manualmente sobre su propio eje  recibiendo uniformemente el calor sobre la brasa de leña, carbón o gas,  pero normalmente se usa la leña. La receta del pollo a la brasa, era preparada por la cocinera, utilizando ingredientes producidos de la zona: romero, huacatay, ají panca,  pimienta y sal en distintas proporciones.

Roger Schuler observando la preparación que realizaba la cocinera, se interesó en el sabor obtenido con el pollo y decidió investigar más sobre cómo lograr un sabor único y un proceso  de producción que pudiera darle impulso de negocio rentable. Así el 5 de febrero del mismo año decidió progresivamente junto a ella y su socio Franz Ulrich, tecnifican la producción ideando una forma de cocinar la mayor cantidad de pollos de una sola vez, al lograr conseguirlo abren un 19 diciembre de 1949 un improvisado restaurant al que bautizan con el nombre de  "La Granja Azul" el cual su especialidad seria el plato "Pollo a la brasa".

 El suizo Schuler hizo un gran letrero y lo ubico a un  lado de la carretera central, para hacer mayor propaganda y así ganar clientela para su nuevo restaurante: "Coma todo el pollo a la brasa que quiera por 5 soles"; una mirada hacia otros sectores sociales de la sociedad limeña y criolla de la época, logrando que el pollo a la brasa fuese adquiriendo una nueva dimensión en la gastronomía peruana.
El año 1957 abrió sus puertas otro restaurante de esta comida: «El Rancho». Este local se volvió emblemático en la ciudad debido a su atmósfera rural, que permitía a los pobladores de la ciudad evitar el desplazamiento hasta Ate; el local fue cerrado y demolido en el 2008 debido a la baja en ventas que lo venía afectando en los últimos años.
Como ya he dicho en párrafos más arriba, en sus inicios el consumo solo era para las clases altas (desde las décadas de los años 1950 hasta 1970 aproximadamente), pero a partir de la década de 1970 se fue masificando su consumo. La versión original consistía en el pollo (cocido en las brasas de carbón y marinado solo con sal) servido con papas fritas y degustado directamente con las manos, sin cubiertos. También en la actualidad este delicioso  plato se acompaña de papas fritas y ensalada de verduras  aunque también se puede acompañar con arroz blanco. Además se le suele acompañar de  una variedad de salsas y cremas que cada comensal se sirve según su gusto.
En la nuestra Lima existen las «pollerías» vienen a ser  los locales donde se ofrece el pollo a la brasa. Estas pollerías abundan en todas las ciudades del Perú y es un alimento consumido por todos los estratos socio-económicos de la sociedad peruana. Se cuenta con infinidad de cadenas orientadas a un público exclusivo y otras que se dirigen a las clases populares; el plato suele ser el mismo con muy ligeras diferencias, la diferencia está en las facilidades y la estética de sus locales.
En lo que se refiere a los creadores, Roger Schuler se dedicó al negocio de los restaurantes y Franz Ulrich se dedicó a la fabricación de hornos para la cocción del pollo. El horno donde se prepara el «pollo a la brasa» ha evolucionado considerablemente a partir de la adaptación hecha por Ulrich, en la actualidad existen hornos que funcionan a leña, a carbón y a gas y el mayor fabricante es Heriberto Ruiz, quien trabajó junto a Franz Ulrich y se independizó el año 1965 para dar lugar a su propia empresa.
El año 2010 se determinó que en el Perú se vendían más de 371 millones de unidades de este plato, lo cual aproximadamente equivaldría a unos 100 millones de dólares. Desde el año 2010, el Instituto Nacional de Estadística e informática incluye el consumo familiar de pollo a la brasa en el cálculo de la canasta básica familiar debido a su importancia en el presupuesto familiar.

El pollo a la brasa es un ícono cultural peruano. El Instituto Nacional de la Cultura, mediante resolución directoral, reconoció al pollo a la brasa como «Patrimonio Cultural de la Nación». En el Perú se ha establecido el tercer domingo de julio de cada año como el Día del Pollo a la Brasa. 

FRANCISCO DE ABASCAL, MARQUES DE LA CONCORDIA


 El virrey del Perú José Fernando Abascal y Sousa, caballero de Santiago y primer  marqués de la Concordia, fue hombre de gran habilidad, inteligente, enérgico con una poderosa personalidad, gran tacto, hábil político y acertado administrador de gallarda figura y una recia ejecutoria, hasta el punto  en que amigos y enemigos que alcanzaron a conocerlo siempre le admiraron.

Abascal había nacido en Oviedo el 3 de junio de 1743, - era Oviedo por aquel entonces  de carácter rural, incluso en el término de su ciudad con numerosas huertas y praderas donde pastaba el ganado. Las tierras de regadío, se destinaban a hortalizas, tierras de labor y prados para la hierba que alimentaba al ganado; en la de secano había bosques y matorrales con castaños, robles, fresnos, y numerosas pomaradas de “manzanas sin orden”.

Los padres de José Fernando Abascal eran de origen noble, por lo que le dieron una muy  buena y esmerada educación, llegando a estudiar matemáticas en su ciudad natal. Por aquellos años la vida cultural y universitaria de la ciudad  quedó marcada con la presencia del benedictino Fray Benito Feijoo, catedrático de la Universidad, que implantó un nuevo estilo de enseñanza revolucionaria, no sólo en la Universidad ovetense, sino también en las del resto de España. Con su “Teatro crítico Universal” (1740) y “Las cartas eruditas y curiosas” (1760) muestra un nuevo espíritu crítico de lo establecido y un análisis de los fenómenos a través de la  experimentación de las ciencias.

Abascal marchó a Madrid. Un buen día se encontró sin blanca y aguijado por la necesidad, buscó trabajo como dependiente de mostrador en una famosa hostelería de Madrid, contigua a la Puerta del Sol, hasta que su buena estrella le deparó conocimiento con un bravo alférez del real ejército apellidado Vallerriestra , constante parroquiano de la casa, quien le brindó una plaza en el regimiento de Mallorca. Después de gruesas penurias y de dos años de soldadesca consiguió plantarse a la jineta; y tras un gentil sablazo, recibido y devuelto en el campo de batalla de Argel  en 1775, pasó sin más examen a oficial. A partir de aquí, le empezó a sonreír la  fortuna tanto que en menos de un lustro ascendió a capitán.

“Una tarde en las inmediaciones de uno de los sitios reales evolucionaba su compañía , acertó a pasar la carroza en que iba de paseo el Rey y por uno de esos caprichos frecuentes no sólo en los monarcas, hizo parar el carruaje para ver evolucionar  a los soldados. Enseguida mando llamar al capitán, le preguntó su nombre y sin más le ordenó regresar al cuartel y constituirse en arresto. Al volver el Monarca a Madrid llamó a su secretario para preguntarle en que regimiento había algún mando vacante. El secretario le informó que aún no había nombrado jefe en la campaña de Rosellón, el regimiento de las Ordenes Militares...”

De inmediato le ordenó al secretario que extendiera un nombramiento de coronel para el capitán  José Fernando de Abascal. Terminada  las campaña del Rosellón, en el que halló gloriosa tumba de soldado el comandante en jefe del ejército Luis de Carbajal y Vargas, conde de la Unión y natural de Lima, fue Abascal ascendido a brigadier y trasladado a América con el carácter de presidente de la Real Audiencia de Guadalajara.

Algunos años permaneció en México, sorprendiéndose cada día más del empeño que el Rey se tomaba  en el adelanto de su carrera. Demás esta decir que Abascal, era un hombre muy leal a su Rey, habiendo prestado importantes servicios a la corona.

Abascal llega a desempeñar varios cargos de su profesión en La Habana y Nueva España, tomando parte en la ocupación de la colonia de Sacramento. En 1799 fue nombrado comandante general e intendente de Nueva Galicia (México),  y en el año  1804 fue designado virrey del Río de la Plata y, antes de posesionarse de este cargo, como virrey del Perú, pero no llegó Lima hasta agosto de 1806, bebido  a que, durante el viaje, fue hecho prisionero por los ingleses.

El historiador peruano José Antonio de Lavalle  escribe: “A la llegada del nuevo Virrey a Manzanilla, a unas cuatro leguas de Lima, envió un oficial con titulo de Embajador, para informar a su predecesor, que siendo voluntad de S.M. que tomase sobre sí el gobierno del Perú, entraría a la capital al día siguiente, circunstancia de las que permitía informar a S.E. a fin de que pudiese prepararse a entregar el mando, porque su autoridad cesaba, según las órdenes del soberano...” El Virrey Avilés, inmediatamente envió un mensajero a su sucesor para cumplimentarlo por su feliz llegada. Las dos personas escogidas por ambos para esta ceremonia fueron recompensados, respectivamente, con gobiernos secundarios en el Perú, siendo esta una costumbre; así es que el primero y último acto de un Virrey era conceder una gracia a un protegido. A la mañana siguiente el Virrey Avilés,  tuvo una entrevista con su sucesor Abascal, pero volvió a comer a Palacio, mientras éste participaba  en una espléndida comida en Manzanilla, a la que fue invitada la principal nobleza de la ciudad..

Por la tarde  el Virrey Avilés fue en toda gala a encontrarse con Abascal, encontrándose a medio camino y uno y otro se apeaban  de sus carruajes. El Virrey saliente entregaba en este acto al nuevo Virrey un bastón con puño de oro y una insignia del gobierno del reino; acto seguido subían los dos en un solo carruaje,  y entraban en la ciudad, la cual en esta ocasión estaba espléndida adornada con tapices, cortinajes de seda y otras lucidas colgaduras, por todas las calles por donde pasaría la regia  comitiva.  Las torres de las iglesias de la ciudad, estaban adornadas  con banderas y todas las campanas repicaban. El nuevo Virrey llegó a su Palacio, en donde el Alcalde y diputado con tal propósito, esperaba su llegada para recibirlo y reconocerlo en nombre de la ciudad.

Al día siguiente todos los tribunales civiles y eclesiásticos, corporaciones y comunidades acudían al Palacio a las diez de la mañana, para acompañarlo al Te Deum en la Catedral.  A su vuelta al Palacio era visitado por el Arzobispo, devolviendo el Virrey la visita, siendo ésta la única, - según el protocolo de aquellas épocas- que hacía el Virrey. Acto seguido a las doce del día en carruaje el Virrey vestido de gala se dirigía a la  Audiencia a prestar el juramento de Administración.

Seis años después, el Monarca le nombra Marqués de la Concordia, en homenaje al regimiento que fundó con el nombre de “Voluntarios distinguidos de la concordia en el Perú”,  con el objeto de acercarse más al pueblo y  de calmar la tempestad revolucionaria y del que, para honrarlo más, se nombró coronel. El batallón Concordia estaba formado por jóvenes acaudalados del comercio y la aristocracia limeña, que luchaban en contra de las corrientes independientistas. El batallón contaba con banda de música, con estandarte y bandera con los colores: blanco, verde y rojo, y estaba bien visto por el pueblo.

El 1 de diciembre de 1806 se sintió en Lima un temblor que duró dos minutos y que hizo oscilar las torres de la ciudad. La braveza del mar en el Callao fue tanta, que las olas arrojaron por sobre la barraca del capitán del puerto un ancla que pesaba treinta quintales. Se gastaron  ciento cincuenta mil pesos en reparar las murallas de la ciudad, y nueve mil en construir el arco o portada de Maravillas.

Es importante resaltar el paso del húracan  que arrancó de raíz varios árboles de la alameda de Lima. los terremotos en Ica y Piura. . El 23 de septiembre de 1813 Abascal hizo promulgar el decreto expedido en Cádiz por las Cortes del Reino, en virtud del cual se abolía  la Inquisición.  

 Entre las obras que realizó  se destacan: la creación del Colegio de San Fernando para los estudiantes de Medicina, y considerado como el mejor de América. Se creó en 1808 el Colegio de Abogados y el Cementerio Presbítero Maestro de Lima. También en ese gobierno se recibió la última partida de esclavos africanos, que fueron vendidos a seiscientos pesos cada uno. La esclavitud fue abolida en 1854 mediante decreto, por el Gobierno del Presidente Ramón Castilla, quien también suprimió el tributo que los indios debían pagar al gobierno desde la época de la colonia.

Desde su llegada al Perú, formuló un amplio plan de reformas con la finalidad de evitar los movimientos secesionistas, y reprimió con gran energía cualquier intento de insurrección.

En el Perú empezaron a aparecer periódico de carácter  liberales como  “El Peruano” (1811), que fue clausurado por el Virrey en 1812. Luego le siguen  “El Satélite Peruano” (1812), “El verdadero Peruano” (1812) y “El Peruano Liberal.

El espíritu de rebeldía contra la corona española se manifestó siempre en el Perú, desde los primeros momentos de la conquista. Los propios conquistadores, ganados por la influencia de las tierra, del medio ambiente y su cultura, enarbolaron la bandera rebelde contra el Rey, manifestando  sus deseos de separarse de la corona.

 Lima, se torna en un ambiente de inquietud y conspiración, - desde siempre- siendo famosos los círculos revolucionarios, tales como el Real Convictorio de San Carlos, el Colegio de Medicina de San Fernando, el Oratorio de San Felipe Neri, el Colegio de Abogados, entre las que destaca la del grupo que dirigía el joven aristocrático y abogado José de la Riva Agüero y su círculo de librepensadores, la mayoría del clero secular y regular y los agentes extranjeros reunidos en Lima

Mientras en el interior del virreinato estallaron las rebeliones de Francisco de Zela en Tacna, la de Juan José Crespo y Castillo en Huánuco, de Enrique Pallardelli en Tacna nuevamente, y luego en 1814, la gran rebelión que estalló en el Cuzco dirigida por los hermanos José, Vicente y Mariano Angulo y la encabezada por el cacique Mateo Pumacahua, en enlace con la revolución argentina triunfante, que deseaba llegar al virreinato del Perú atravesando la región del Alto Perú.
 
El Marqués de la Concordia, no sólo dominó todos los intentos de subversión que ocurrieron en Lima y los que realmente llegaron a estallar en el interior del virreinato, sino que convirtió al Perú en el centro del poder español y en el baluarte de la reacción realista en América del Sur, determinando que posteriormente tuvieran que llegar al Perú las dos corrientes libertadoras de América. 

Al estallar la revolución de la América española en 1810. Abascal  convirtió  el Perú en el centro de la reacción carlista. Por decisión suya y de la Audiencia ocupó militarmente el Alto Perú, que se incorporó al virreinato de Lima,  deteniendo a la vez los avances de la revolución argentina en el Alto Perú,  y reorganizó el ejército  En 1816 solicitó ser relevado del cargo de virrey.

El historiadors peruano Víctor Andrés Belaunde , en su libro “Peruanidad” escribe:” La dignidad imperial del Perú mantenida durante los Incas y el Virreinato, “resurge sobre todo en la época de Abascal,  cuando este Virrey con elementos principalmente peruanos, criollos blancos, mestizos e indígenas, sostuvo el predominio de la autoridad imperial, contra las dispersión de las soberanías en la revolución de los cabildos en Quito, Charcas, Chile y Buenos Aires...”.

: “Abascal sintió el “imperium” y puso al servicio de todos los elementos que habían constituido el antiguo virreinato y el antiguo estado de los incas. Parecen éstos revivir al conjuro  del ideal de la lealtad monárquica...”

“La orientación equivocada que representaba esa lealtad no puede alterar el criterio histórico de la apreciación  de la magnitud  de la empresa y el significado intrínseco de los esfuerzos realizados. Ejércitos,  peruanos por sus jefes, oficialidad y tropa, debelan la revolución en Quito, derrotan las expediciones del Río de la Plata  en el Alto Perú y ponen fin al movimiento chileno restaurando así el virreinato de los siglos XVI y XVII, desde Pasto hasta el estrecho de Magallanes y amenazan las provincias del Río de la Plata...”

No puede explicarse las actitud de Abascal, y sobre todo la cooperación de la población, sin la influencia de lo que podríamos llamar el “espíritu del imperio”. España en manos de Napoleón, el Virrey Abascal fue de hecho absolutamente autónomo e independiente; ejerció la lentitud del imperio. La desgracia para el Perú fue que Abascal no diera el paso lógico dentro de la realidad creada, de proclama, sino la independencia, por lo menos la autonomía de este imperio, dentro de la gran monarquía española. Aquel paso habría facilitado la independencia de toda la América del Sur, no habría dejado aislado el movimiento de Itúrbide en México, que representó después una orientación semejante y habría dado al Perú, en el Pacífico, la situación que Brasil ha ocupado en el Atlántico. Noche trágica y decisiva para los destinos de la peruanidad aquella en que Abascal, dueño de los destinos del antiguo Virreinato y verdadero amo y señor de su vasto territorio, se decidió por la absoluta e incondicional lealtad a Fernando VII en lugar de realizar la idea que se atribuye al conde Aranda.

El Virrey Abascal domina el continente entre 1810 y 1816 con excepción de las provincias del Plata y parte del Virreinato de Santa Fe. Al principio sus ejércitos eran mandados por generales peruanos, que luego fueron sustituidos por españoles fogueados en la guerra peninsular. De este modo dejó un organizado un ejército, que constituyó el principal obstáculo a la revolución sudamericana.

En sus oficios de renuncia dirigidos al Monarca, recomendaba como el más digno de remplazarlo en sus funciones de virrey a Joaquín Pezuela y Sánchez, primer marqués de Viluma,  teniente general de los reales ejércitos, caballero, gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica. Pezuela estaba al mando de las tropas que en el Alto Perú que combatían a los insurgentes, cuando por la insistencia de Abascal , en renunciar al cargo de virrey fue nombrado para sucederle, tomando posesión del cargo el 17 de agosto de 1817..


A su regreso a España el Marqués de la Concordia,  fue nombrado capitán general y Consejero del Supremo consejo y Cámara de Guerra, falleciendo en Madrid a los 77 años con el grado de Capitán General, el 31 de julio de 1821, -tres días después de que el General José de San Martín proclamara la Independencia del Perú – que daba fin al Virreinato del Perú- con las siguientes  palabras pronunciadas desde el histórico balcón de Huaura: “Desde este momento el Perú es libre e independiente por la voluntad general de sus pueblos...” .

jueves, 16 de febrero de 2017

LA ZARZUELA: UNA DE MIS AFICIONES FAVORITAS Y EL MÍTICO TEATRO SEGURA


Cuando estudiaba en la facultad de Letras de la Universidad Católica, y llegaba la temporada de zarzuela que venía de la mano de mi amigo  Faustino García venía a Lima, solía asistir a las funciones que se personificaban en el teatro, y así pude ver casi todas las zarzuelas que  eran representadas y poder conocer a los diversos actores que venían a actuar a Lima. Como yo los conocía solíamos tomar un café cerca del teatro, allí conversábamos de todo y otras veces me contaban sobre España, patria de muchos de ellos.
Entre las muchas zarzuelas a las que asistí, puedo citar: Luisa Fernanda, del Maestro Moreno Torroba   Los Gavilanes, de Jacinto Guerrero, La Tabernera del Puerto de Pablo Sorozábal, La canción del olvido, de Serrano,  La verbena de la Paloma, de Bretón,  La alegría de la Huerta de Chueca, La Boda de Luis Alonso, de Giménez, La del Soto del Parral, de Soutillo, El gato Montes, de Penella, El Cantar del arriero de Díaz Giles, La del manojo de Rosas, de Sorozabal, La Rosa del Azafrán, de Jacinto Guerrer El rey que rabio de Chapi,  El Caserío de Guridi, el barberillo de Lavapiés y Jugar con fuego del maestro Barbieri, El Rey que rabio, la revoltosa de Chapi, La canción del olvido de Serrano, el dúo de la africana de Fernández Caballero, La gatita Blanca de Giménez y Vives, La calesera, de Francisco Alonso, las corsarias, de Enrique Parades, La revoltosa de Chapi y Joaquín Jiménez, y muchas otras que escapan de mi memoria.

Entre los cantantes que recuerdo puedo citar a l soprano Pepita Embil  madre de Placido Domingo Embil. Tras terminar una serie de turnés por la península con la agrupación Ases líricos, estrenando algún teatro como el Gran Vía de Salamanca en 1946), deciden embarcarse en una gira con la compañía del maestro Moreno Torroba, que artísticamente les va a alejar de España casi de por vida. Sus éxitos calan en los públicos americanos de Puerto Rico, donde actuó en 1950 en el Teatro Tapia con la compañía de Miguel de Grandy, Cuba, Méjico, Venezuela y Colombia. Esto sería determinante para que el matrimonio formara en 1948 una compañía propia para actuar en el  teatro Arbu y se estableciera definitivamente en Méjico. Los años siguientes actuarán una temporada por aquel escenario reponiendo obras como LuisaFernanda, La viuda alegre, Marina, La  tabernera del Puerto, El orgullo de Jalisco... Después recorrerán México asociados a la vedette RositaFornés (1951) y año tras año la pareja reaparecerá por los escenarios mexicanos, a veces como empresarios asociados a famosas voces de zarzuela española que recalaban allí y otras veces como simples cantantes.
El empresario de teatro Faustino García, el Quijote de la zarzuela  no falta a la verdad, el Quijote de la zarzuela vivió cincuenta años recorriendo los teatros de América Latina llevando el arte de la zarzuela como un verdadero embajador cultural.
Salió de España, como otros tantos, con la ilusión de conquistar América. Lo que para muchos fue un sueño, en él fue una realidad. Su primer puerto en este continente fue el de Buenos Aires, a nuestra ciudad llegó el 1 de enero de 1914 con muy pocos pesos y muchas ilusiones. A pocos días de llegar, por una de esas arbitrariedades del destino fue a dar a un café que por mal nombre le llamaban el Café de la Puñalada, al que también frecuentaban Roberto Arlt y Julián Centeya, en Boedo y Chiclana.  Allí se estaba formando una compañía para hacer zarzuelas de cuarteto cuyas obras se titulaban y titulan: "Para casa de los padres" "La nieta de su abuelo" "Ya somos tres" y "Música clásica", de las que participó Faustino García. Pocos años después, con sólo 19 de edad, Faustino ya formaba su propia compañía y a los 25 ya se había presentado con éxito en Paraguay, Uruguay, Chile y Argentina.
Cada vez que se presentaba en Buenos Aires, acudía al bar de Sarmiento y Paraná, conocido bar de artistas, donde alquilaba para los ensayos el sótano del bar; alquiler que pagaba con media fila de butacas para el día del debut.
Desde luego participó también en el rol de Aurora la soprano Olga Marín, esposa de Faustino García que acompañara en todas las presentaciones de la compañia en roles protagónicos.
 La segunda pieza de mi colección que aquí publico es el programa de mano de la temporada 1958 en el Teatro Avenida, presentando "Un Pueblecito Español" dirigida y montada por sus autores: Moreno Torroba y Luis Tejedor.
Esto indica que el prestigio de Faustino García era mayúsculo, para lograr que estos autores lo acompañen en esta temporada de 1958 en el Avenida. 
 Cuando en España el género de la zarzuela ya había decaído, en varias ciudades de América Latina se mantenía presente  y así lo decía el mismo Faustino García en declaraciones al ABC de Madrid en Julio de 1971: “ Es curioso que la zarzuela española se conserve mejor en toda Hispanoamérica que en España. Curioso y triste. (...) Esto me duele profundamente. El género ha decaído”.

Si bien desde 1599 se llevaron adelante representaciones teatrales en un solar de la ciudad de Lima, fue en 1615 que se levantó el primer Corral de Comedias por iniciativa del vecino limeño don Alonso de Ávila. Este edificio perduró hasta que fuera destruido por el terremoto de 1746 y que destruyó gran parte de la ciudad. Por ello, en 1747 por iniciativa del Virrey José Antonio Manso de Velasco, Conde de Superunda, se levantó otro teatro en el mismo lugar.
El Teatro Manuel Ascencio Segura es uno de los principales teatros de la ciudad de  nuestra Lima histórica Fue levantado en un lugar que es considerado como el espacio cultural más antiguo de  América Se ubica en la segunda cuadra del jirón Huancavelica en pleno centro de  la antigua Lima.  Y es que en 1662, cuando el jirón Huancavelica se llamaba “calle San Agustín”, se construyó el Teatro Principal en el terreno de Diego Núñez de Campo Verde.
En 1822, don Bernardo Monteagudo, ministro del José de San Martín realizó reformas al teatro que ya era conocido con el nombre de Principal de la ciudad. En 1874 se le bautizó definitivamente como Teatro Principal y en su inauguración se presentó la ópera “ll Trovatore” de Giuseppe Verdi. En 1883, durante la ocupación chilena de Lima, un incendio destruyó este edificio. Ante ello, después de siete años, en 1890 se inauguró un teatro de tribunas de madera conocido como “Teatro Portátil”, que fue inaugurado con la presentación de la Zarzuela "El hermano Baltasar" presentado por la compañía Dalmau.
El 14 de febrero de 1909, luego de una larga reconstrucción, se vuelve a inaugurar el local pero con el nombre de Teatro Municipal ya que su reconstrucción fue impulsada por el entonces Alcalde de Lima, Federico Elguera Seminario quien era acalde de la ciudad de los Tres Reyes. Federico Elguera Seminario, nacido en Lima, el 1 de junio de 1860, falleciendo en la ciudad el 19 de noviembre de 1890 fue un abogado, periodista y político.  
Hijo de Juan Ignacio Elguera Barrera y Francisca M. Seminario Arias. Trasladado a Europa, cursó estudios escolares en Paris en 1870 y luego viajó por diversas ciudades del continente. Retornó a Lima en 1872 y concluyó sus estudios básicos en el Seminario de Santo Toribio.En 1877 ingresó a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, en el año 1879 se graduó de bachiller en Letras, y en el año 1882 en Derecho con las tesis sobre «El gobierno providencial» y sobre «¿La sustitución de un poder priva al mandatario de su carácter de tal, o debe considerarse como un segundo mandato, confiado por el mandatario al sustituto?», respectivamente. Recibiéndose como abogado en 1884.
Fue alcalde desde el año 1901 a 1908, realizando una transformación radical de la ciudad, siendo considerado el creador de la Lima del siglo XX. Escritor mordaz, se hizo de fama en la prensa limeña usando el seudónimo de “El Barón de Keef”. Se casó con Julia Diez Canseco Olazábal.
La construcción del teatro Segura buscó tener rasgos de comodidad, belleza tanto en su frontis como en sus acabados y que goce de una buena acústica y visibilidad con las mejores tecnologías de inicios del siglo XX. Veinte años después, el 24 de junio de 1929 mediante Resolución de Alcaldía se le cambió el nombre por el de Teatro Manuel Ascencio Segura, que conserva hasta la actualidad en honor del escritor peruano Manuel Ascencio Segura.
El Teatro Segura, fue y ha sido el principal escenario cultural de la historia de nuestra patría. En él se presentaron personajes como la famosa actriz Micaela Villegas, “La Perricholi” quien en el siglo XVII fuera amante del virrey Manuel Amat y Juniet y recitara en el teatro versos de Calderón de la Barca, Lope de Vega y Tirso de Molina entre otros. Asimismo, en este teatro se cantó por primera vez el Himno Nacional a cargo de la cantatriz Rosa Merino ante la presencia del General Don José de San Martín.
El teatro Segura cuenta con cuatro niveles de tribunas logrando un aforo total de 803 personas distribuidas de la siguiente manera: Platea con 346 butacas, Palcos con 233 butacas, Galería con 135 butacas y Avant Scene solo con 2 butacas.
El escenario, por su parte, es totalmente de madera y cuenta con 8 trampas en él que se activan de acuerdo a su necesidad. Su altura en relación con la platea es de 1.35 metros. Siendo sus dimensiones son de 19,77 m de ancho por 15,57 m de fondo. El telón de boca mide 12,87 m. La corbata mide 6 dm, contando con una trampa para apuntador.
La altura a parrilla es de 18 m, la altura al puente es de 9,2 m y cuenta con 2 panoramas (blanco y celeste). Su decoración muestra 10 patas de color negro (5 por lado), 5 bambalinas de color negro lisas y 3 de color rojo plisadas, 1 americana de color negro, 1 cuchilla de color negro, el piso de danza de color negro que cubre el escenario y varias tarimas de 6 segmentos de 1,22 m x 2,44 m x 0,5 m de color negro. Finalmente se cuenta también con un podio de madera tallada sin iluminación.
Para presentaciones musicales, el escenario cuenta con 1 piano de cola Steinway & Sons, 40 sillas para músicos negras apilables y 40 atriles con iluminación individual.
El foso de músicos tiene una profundidad de 2,3 m; 5,25 m de profundidad y 11,2 m de largo. Está enchapado en madera machihembrada y cuenta con un acceso propio por la parte lateral al corredor de acceso al escenario y por el mismo escenario.
El teatro cuenta con 20 camerinos ubicados detrás del escenario, todos cuentan con servicio de agua caliente, espejos iluminados y colgadores de ropa. En la planta baja se encuentran 10 camerinos en total. De ellos, dos son camerinos grandes con baños y duchas individuales, dos son camerinos chicos con baños individuales y los restantes seis son camerinos chicos con lavatorio incorporado. Además, la planta baja cuenta con un baño de caballeros y un baño de damas con duchas y servicios completos.
En la planta alta también existen 10 camerinos de los cuales, dos son camerinos grandes con lavatorios, dos son camerinos chicos con baños individuales y seis son camerinos chicos con lavatorio incorporado. Igualmente, también cuenta con un baño de caballeros y un baño de damas con duchas y servicios completos.
El Teatro cuenta con una puerta de ingreso posterior ubicada en el Jirón Caylloma, la cual se utiliza para la carga y descarga de materiales. Las dimensiones de la puerta de acceso son de 2,5 m de ancho con una altura de 3 metros y el corredor es de 2,6 m de ancho por 26,6 m de largo.
Las dimensiones de la sala son de 12,1 m de largo x 8,9 m de ancho. Este espacio cuenta además con un equipo de sonido y un piso de danza.
El 26 de julio de 1966, siendo alcalde de Lima el doctor Luis Bedoya Reyes se inauguró el Museo Municipal de Teatro ubicado en el primer piso del Teatro Segura. Fue creado por iniciativa del señor Alejandro Yori Ringold, quien fue Director del Museo por más de 24 años desde su inauguración.
El museo cuenta con varias colecciones y obsequios como recuerdos de artistas que actuaron en Lima, como las zapatillas de la bailarina Alicia Alonso,  de la bailarina Carmen Amaya y la batuta del maestro italiano Arturo Padovani, quien estuviera en Lima en 1920 y dirigió a los músicos en la inauguración del Teatro Forero (hoy Teatro Municipal de Lima). También se exhiben la batuta y el piano de la artista Rosa Mercedes Ayarza de Morales, primera artista peruana que dirigió una orquesta.
Asimismo, tiene una amplia colección de álbumes fotográficos, donde se encuentra la fotografía de Ana Pavlova, dos álbumes fotográficos y artículos  personales de distintos artistas como las zapatillas  que donó  en 1971 el mimo Marcel Marceau,  y  el tenor peruano Luis Alva. En este museo se observa la batuta del maestro italiano Alfredo Padovani, que estuvo en Lima en 1920;  además de fotografías inéditas de Mario Moreno “Cantinflas”, de Yma Súmac y de Libertad Lamarque, solo por nombrar referentes conocidos. Además de los discos de dos óperas completas que grabó el tenor chalaco Alejandro Granda y la fotografía auténtica del autor de la letra del  Himno Nacional del Perú, José Bernardo Alcedo.
No será el lugar ideal para conciertos con estrellas de rock and roll, pero siempre estará disponible para la ópera, la zarzuela o el ballet clásico. El Teatro Segura ya cumplió más de cien años.
En la cuadra dos del jirón Huancavelica, en la zona medular de la Lima histórica, la estatua de César Vallejo mira con eternidad a un gigante de cien años. El poeta está frente al teatro más importante de Lima, el escenario que albergó a Plácido Domingo, al mimo Marcel Marceau, a la cubana Alicia Alonso, a José Santos Chocano, a Cantinflas, a la Perricholi y, en los últimos años, fue el primer tabladillo peruano que pisó Juan Diego Flórez como tenor consagrado.
Y Vallejo continúa frente al teatro municipal “Manuel A. Segura”, en silencio observando cómo entran y salen las bailarinas de ballet y de flamenco, cómo la gente de ojos emocionados se retira luego de vivir la experiencia que supone una zarzuela. Aquel movimiento que empieza tras bambalinas y que culmina al pie de la fachada del “Manuel A. Segura” no ha parado desde el 14 de febrero de 1909. Ese día el alcalde de Lima don Federico Elguera inauguró el teatro anunciando una serie de presentaciones de la compañía de comedias “María Guerrero”. Desde entonces las presentaciones artísticas no han cesado en este recinto que puede albergar a 800 personas.
Sí, es un teatro pequeño, modesto al ser comparado con sus pares de Sudamérica. “El Colón”, de Argentina, goza de capacidad para 2,487 personas en sus siete niveles y tiene cinco mil pelucas en stock. “Y nosotros en el Segura no tenemos ni una peluca, porque todas se han quemado, pero a la vez debemos estar orgullosos porque aquí se han presentado los mejores y los más grandes artistas”, exclama Mónica Aurich, subgerenta de cultura de la Municipalidad de Lima, desde el segundo piso del “Manuel A. Segura”.
Mónica Aurich tiene la dicha de pasar gran parte del día en un teatro y, además, es ella la que maneja el cronograma de presentaciones en el “Manuel A. Segura”. “Estamos pasando por un momento maravilloso. Tenemos cuatro temporadas de zarzuela al año, muy aparte del ballet y la ópera”, cuenta Mónica, quien asegura que en los próximos ocho meses “la agenda está copada”. Ello evidencia que el “Manuel A. Segura” aún atrapa la atención de un grupo de limeños que gozan del arte que no evoluciona con la moda y que, al contrario, guarda estrecha relación con el pasado.
Moda –como dijo el francés Paul Valery– es todo lo que pasa de moda. Pero ese fenómeno es ajeno al “Manuel A. Segura”, una edificación que aún conserva su estilo  clásico en herradura, propio de los teatros del siglo XVIII y que, además, fue Pero la vida de este recinto no fue larga: el terremoto de 1746 destruyó la casona que fue reconstruida ese mismo año por el oidor Pablo de Olavide. Después de la Independencia, en 1822, Bernardo de Monteagudo, ministro de don José de San Martín, reformó el teatro.

 “En el Segura se siente el espíritu del artista, el aplauso de la gente hace eco en este teatro”, dice Nancy Alba, difusora e investigadora peruana de la danza española que, además, ha sido una dotada bailarina de flamenco y estrella estelar del “Manuel A. Segura” en la década del cincuenta. Nancy reconoce que el arte como era percibido en los primeros años del Segura ha perdido notoriedad, y no porque los artistas sean mejores o peores que los de antaño, el problema es que el peruano contemporáneo no se conmueve al pasar por un teatro viejo, de más de cien años, que tiene a Vallejo de vecino eterno y a un sinfín de figuras peinando canas que recuerdan con lágrimas al gran “Manuel A. Segura”.

miércoles, 15 de febrero de 2017

EL PARQUE DE LA RESERVA EN LOS RECUERDOS DE MI NIÑEZ

Pensando en mi Lima querida me viene a la memoria el Parque de la Reserva, a pocas calles de la Plaza Méjico, donde vivíamos. Muchas veces cuando  niños mi madre nos contaba que nos llevaba en compañía de otras amigas y vecinas al  parque de la reserva, para que jugásemos y tomáramos el aire puro ..
Me contaba mi mamá que una vez me caí en una de las antiguas fuentes que existían a todo lo largo y ancho del parque. Claro demás está decir que me tuvieron que llevarme a casa para cambiarme de ropa porque estaba todo empapado.
Cuando ya estábamos más grandes en las vacaciones  mis amigos del barrio, todos en “patota” correteábamos y jugábamos por el Parque de la Reserva. Cuando ya  estuvimos en secundaria muchas veces íbamos a estudiar al parque, pero la verdad es que muchas veces no estudiábamos, nada porque se nos pasaba el tiempo conversando con los compañeros o nos distraíamos observando las muchas plantas y árboles, como la tipa, cedros, huananguay, ficus benjamina, ficus nilida, Palmera real, casuarina, falso pino, molle costeño, grevilea, palmera botella, tulipán africano, fresno, Ceibo, tuja y muchos más. Este estudio nos venía muy bien cuando teníamos el examen de botánica, es así que si nos tocaba alguna pregunta sobre estos árboles nos lucíamos, dando las explicaciones.
Muchos compañeros que tenían enamorada, quebraban en el parque con ella, y pasaban un rato sin que sus padres se enteraran. Cuando empezaba a oscurecer cada cual se regresaba a su casa.
Antes de ingresar al Parque hay una plazoleta que tiene en el centro la estatua ecuestre del Mariscal Sucre, muchas veces se hacían cronos de bicicletas que muchas veces duraban días, cuando mis padres se enteraban de estos acontecimientos mi papá nos llevaban por la noche a ver a los ciclistas haciendo sus evoluciones.
Cuantos recuerdos se me agolpan ahora que leo y busco más datos sobre la historia de nuestro Parque de la Reserva. El Parque está ubicado en el barrio de Santa en el Cercado de Lima en la ciudad de Lima. En un inicio, el lugar donde se extiende actualmente el parque perteneció al Parque de la Exposición. Tiene una figura irregular, y se encuentra entre tres de las principales vías que salen del centro de la ciudad hacia el sur de la misma: el Paseo de la Republica, Avda. Petit Thouars y la Avenida Arequipa.
Justo al norte de este parque se levantaba el Antiguo Estadio Nacional, el cual fue reemplazado en 1952 por el actual Estadio Nacional. En el lado sudoccidental del parque se levanta la residencia del embajador de los Estados Unidos de América.. En 1980 el parque fue declarado Ambiente Urbano Monumental, calidad que le fue ratificada en 1986. Por esos años se enrejó todo el perímetro del parque, para evitar el vandalismo que había por esa época.
El parque de la Reserva fue diseñado por el arquitecto francés Claude Sahut Laurent, nacido en Montpellier el 15 de enero de 1883, falleciendo en el año de 1932. Estudió en l’École des Beaux-Arts de París, especializándose en el dibujo y manejo de los estilos de ornamentación y decoración dentro de la arquitectura.
Llega al Perú en 1905 para trabajar como diseñador de muebles para la fábrica Magot Frères. Además de trabajar para esta empresa, realiza proyectos de casas para familias importantes.
En 1907, el  Gobierno Peruano le encarga la jefatura de la Sección de Obras de la  Beneficencia Pública de Lima, donde realiza numerosas obras.
Al ser conocidas sus cualidades como arquitecto y relacionarse más con el ambiente de construcción en Lima, sus trabajos se multiplican.
En 1926, el Presidente Augusto B. Leguía  encargó al arquitecto el diseño del nuevo  Palacio de Gobierno, pero después del golpe de estado las obras se paralizan.
En 1932, Sahut vuelve a Francia donde poco después muere aquejado por una pleuresía..
El Parque de la Reserva tiene una extensión de ocho hectáreas y tiene un estilo neoclásico. Contaba también con varias esculturas de algunos artistas peruanos.
En el año 1535, después de la fundación de Lima, Francisco Pizarro hizo el reparto de la ciudad a sus colaboradores más cercanos. La Hacienda Santa Beatriz, le toco a Diego de Agüero y Sandoval, quien había nacido en Deleitosa, Cáceres, en 1511y falleció en Lima en 1544, fue un conquistador español, encomendero,  y regidor perpetuo del primer Cabildo de Lima. Participó en las principales acciones de la Conquista del Perú y en la fundación de las ciudades de Jauja y Lima, y pacificador de las luchas de los conquistadores.
Sus padres fueron los extremeños García Gonzáles de Agüero y María de Sandoval. A pesar de su posible condición de hidalgo  recibió una mínima educación, desconociendo las letras. No obstante, en plena juventud se enroló a la expedición de Francisco Pizarro tras la firma de la Capitulación de Toledo destacando en adelante por su audacia como hombre a caballo.
En 1539, concertó su matrimonio por poderes con la distinguida dama criolla Luisa de Garay y Moniz de Perestrello, única hija del adelantado Francisco de Garay, con la cual tuvo como único heredero a: Diego de Agüero y Garay, casado con Beatriz Bravo de Lagunas, con amplia sucesión.
Al fallecer Diego de Agüero y Sandoval heredo la hacienda su único hijo Diego Sandoval y Garay. Al fallecer la hacienda entro a remate público, siendo adquirido por la Compañía de Jesús el 11 de junio de 1629, y progresivamente se fue extendiendo con otras adquisiciones.
La hacienda se orientó al cultivo  de la caña de azúcar para la producción de miel, asi mismo de la siembra de alfalfa  y pastos para los bueyes que intervenían en la molienda de la caña.
La orden jesuita por su poderío económico que hacía mella a los ingresos de la Corona fue expulsada en 1767, por lo que fueron expropiadas todas sus propiedades .
El gobierno de aquel entonces  entró en posesión de la hacienda Santa Beatriz y la vendió el 15 de noviembre de 1771 a Manuel de la Torre y Quiros, qwue en unión de su señora Agueda Josefa de Torre Bracho, fundaron un mayorazgo sobre la hacienda.
En el año de 1836, heredó la hacienda Josefa Tagle y Echevarri de Ortíz de Zevallos, hija de José Bernardo Tagle Bracho. En el año 1870 lo vendió al Estado con el objeto de construir una escuela de agricultura. El Estado obtuvo la hacienda con el objeto de difundir los conocimientos para el desarrollo de la agricultura considerado una de las principales áreas productivas. Por aquel entonces se pensó en la construcción de la Quinta Normal de Educación Agrícola.
Entre 1879 y 1883 aconteció el conflicto armado de la “guerra del Pacífico, en el Perú se vivía un clima de inestabilidad política y tras la sucesión de diferentes presidentes, el ejército chileno ocupo Chorrillos, Barranco y finalmente Miraflores – que por ese entonces  eran pueblos- Durante el gobierno de Nicolás de Piérola se emitio un decreto por el cuál se llama a la defensa de la patria a todos los hombres entre los 16 y 60 años a nivel nacional. Este  cuerpo armado  fue estructurado  en batallones agrupados por oficios. Había desde magistrados y comerciantes hasta cocheros, artesanos e incluso sirvientes. Asimismo se ordenó la realización  de entrenamientos militares en los puntos periféricos de la ciudad: La Alameda de los Descalzos, el Parque de la Exposición, el fundo Santa Beatriz, la Plaza dos de Mayo entre otros. Los mismos se realizaban diariamente desde las tres de la tarde hasta las seis. Durante dicho lapso todos los comercios cerraban.
La presencia de la reserva caló rápidamente en la vida cotidiana limeña que se adecuó a la rutina de los reservistas; sin embargo, el valor demostrado en los campos de Miraflores no pudo ocultar las graves carencias y dificultades que evidenciaban la impresión  que había dominado al Perú en esos años.
El Presidente Augusto B. Leguía, a la edad de dieciocho años participó en la defensa de Lima en el reducto conformado por los comerciantes limeños y donde el ejército chileno concentro gran parte de su ataque. Participaron también personajes como el escritor y tradicionalista  Ricardo Palma, el escritor Manuel González Prada, el político Manuel Candamo, el médico Daniel Alcides Carrión, El abogado y diplomático José Pardo y Barreda, entre otros. Pese a estos actos patrióticos los soldados no estaban lo suficientemente preparados lo cual quedo demostrado durante los enfrentamientos.
Chile invadió los distritos de chorrillos, Barranco y Miraflores. El 10 de marzo de 1881la tropa chilena empezó a ocupar los recintos culturales como el Colegio San Carlos, la Escuela de Minas, la Escuela de Medicina, el Museo Raimondi, la Biblioteca de Lima y la Universidad de San Marcos, lugares de los cuales se´ incautan objetos y bienes científicos o culturales, tales como instrumentos, herramientas, mobiliario, libros con el fin de ser llevados a Chile. Lima permanecería ocupada hasta 1884, cuando una vez firmado el Tratado de Ancón  las tropas chilenas se retiraron de la capital, dejándola en manos  del gobierno de Miguel Iglesias.
El 31 de julio de 1901 mediante Resolución Suprema, los terrenos de Santa Beatriz fueron cedidos al Concejo Provincial de Lima. A partir de ese momento desde José Balta hasta Leguía, con el paréntesis de la guerra con Chile, este sector concentró lo mejor de la cosmopolita cultura de la mesocracia limeña (Parque de la Exposición, Palacio de la Exposición, Parque de la Reserva, Hipódromo de Santa Beatriz, Jockey Club, Estadio de Futbol, Lawn Tennis, Campo de Marte.)
Durante la Guerra del Pacifico los terrenos de Santa Beatriz sirvieron para la concentración de las divisiones y donde se realizaron los entrenamientos  de los soldados peruanos de la reserva, que combatirían  en San Juan de Miraflores para defender la capital.  
El 24 de junio de 1922 se independiza de la partida matriz del Fundo Santa Beatríz a nombre del Estado con un área de 435.230.51metros cuadrados, para la conformación del parque  que el presidente de la República  Augusto B. Leguía, bautizo con el nombre de la reserva, en homenaje al puñado de héroes  que formaron parte de la defensa territorial  de la guerra del Pacifico, lo que constituyó un laurel más para la corona que la gratitud nacional iba tejiendo como símbolo de frente luchador.
El 4 de junio de 1926, se constituye la comisión ejecutiva del Parque de la Reserva presidida por el ingeniero Alberto de Jaxas Jochamowitz y su equipo formado por Claude Sahut (quien se ocupaba de los diseños arquitectónicos), el ingeniero Ricardo Valencia (responsable de la construcción estructural en concreto armado), el escultor Daniel Casafranca (autor del grupo escultórico que adorna la fuente central), el escultor Daniel Vázquez Paz (autor de la fuente incaica , que le dieron el toque indigenista a la obra), el pintor José Sabogal (creador de la huaca ornamental- con la Casita andina o Casa Sabogal). Siendo inaugurado el 19 de febrero de 1929, como el resurgimiento del Perú bello y risueño.      
Luego de varios años de deterioro, el Parque de la Reserva fue refaccionado y reabierto en octubre de 2000. En 2006, durante la gestión municipal de Luis Castañeda Lossio, se construyó en el parque un complejo de trece fuentes de agua conocido como “Circuito Mágico del Agua”". Su costo (US$13 000 000) y diseño despertó varias y heterogéneas críticas en sectores de la población limeña.1 El circuito se inauguró el 26 de julio de 2007.
El circuito cuenta con 13 fuentes controladas por computadora, una de las cuales tiene un chorro que alcanza los 80 metros de altura; todas estas presentan una conjunción de música, luz, color e imágenes. Posee el Record Guinness por ser el complejo de fuentes más grande del mundo en un parque público.
La Alameda de Integración, que comprende la peatonalización de las cuadras 2 y 3 del jirón Madre de Dios, ubicadas entre la explanada sur del Estadio Nacional y el Parque de la Reserva.
En la inauguración  el presidente de Emilima Calos Castillo al entregar  la obra subrayó. “Hoy entregamos a la ciudad una obra más, que une el Parque de la Reserva y nuestro gran estadio. Además, hemos trabajado junto a los vecinos y a las vivanderas, por eso se llama Alameda de Integración”.

Los obreros, quienes protagonizaron un entusiasta pasacalle junto a las floristas, vivanderas, deportistas, vecinos y representantes de las autoridades locales.

En otro momento, la autoridad edil recibió el agradecimiento de Margarita Mejía, presidenta de la Asociación de  vecinos de Santa Beatriz, y de Ana María Castro, representante de las vivanderas de la Alameda, quien valoró el hecho de que la creación de la Alameda de Integración les permitirá trabajar en mejores condiciones en puestos adecuados para la elaboración y venta de alimentos.