viernes, 25 de octubre de 2013

'COMPETICIÓN ENTRE LAS MAREAS DE PROTESTA Y LAS GAITAS ASTURIANAS'

Los incidentes previos a la entrega de los Premios Príncipe de Asturias

"La entrada de Invitados, premiados y de los Príncipes de Asturias –acompañados por la Reina Sofía- se encontró hoy en Oviedo a varios centenares de personas dispuestos a demostrar sus críticas al sistema, a los recortes y a la Monarquía, y mucho mejor organizadas que en ediciones anteriores. Situados en la plaza de la Escandalera se concentraron integrantes de una quincena de grupos y asociaciones, rodeados de un imponente despliegue policial. Frente a ellos, bajo el Teatro Campoamor, tres bandas de gaitas tocaban sin parar para evitar el sonido de las protestas, con el apoyo ocasional de un helicóptero de la Polícia Nacional. Los premiados se sorprendían del ruido y de recibir aplausos por un lado y abucheos por otro. Algo incomprensibles los abucheos a Muñoz Molina, que estos días ha sido crítico con las políticas cultural y educativa de España. Pero es que había protestas de todo tipo. Desde los miembros de APTA, despedido de la ONCE hace dos años, a las mareas verde (por los recortes en Educación), blanca (por la Sanidad pública), amarilla (de empleados de juzgados), la asociación cultural La Madreña, miembros de la Corriente Sindical de Izquierdas (CSI), dirigentes como el coordinador regional de IU Manuel Orviz –acompañado de varios de sus dirigentes y de la dirigente de esa organización en Castilla La Mancha, Boris Benegas–, etcétera. A ellos se sumaron varios colectivos vinculados al movimiento 15M, “La España real”, los desahuciados por la Caja de Asturias (que hoy está integrada en Liberbank) y otros. La seguridad que rodea a la Monarquía impedía los movimientos, pero de hecho la protesta era pacífica, aunque ruidosa y bien organizada. Contaban con su propio equipo de gaitas y tambores, que trataban de rivalizar con el sonido de las oficiales. La llegada del ministro de Educación y Cultura, José Ignacio Wert, pasó desapercibida para los manifestantes, porque entro a la carrera y tratando de esconderse una hora antes del inicio del acto, para inmenso regocijo de la tribuna de prensa, situada frente a él, y a quien no pasó desapercibido. No así l responsable de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, quien diplomáticamente entró por la puerta principal. Frente al glamour de empresarios, esposas vestidas de todo tipo, políticos de cualquier rango (Rosa Díaz nada discreta, Álvarez Cascos abucheado al grito de chorizo y el propio presidente del Principado) se instaló el desencanto, el hastío y la necesidad legítima de protesta pacífica. Cuando la televisión comenzó a transmitir la llega de premiados, la pantalla gigante situada bajo la sede de Cajastur sirvió de monitor de lujo para los manifestantes, dirigiendo hacia ella los abucheos. Una demostración pacífica de muchos descontentos que confluyeron frente al riguroso ceremonial. Cuando sonó “tiene la palabra Matías Rodríguez Inciarte (presidente de la Fundación Príncipe y vicepresidente del Banco Santander), ya con las puertas del teatro cerradas y las gaitas en silencio, los abucheos se hicieron ensordeceros al grito de “no, no y no”, y “tu deberías acabar como yo”. Dentro, mientras tanto asonaban ya las palabras comprometidas de Muñoz Molina y Annie Leitbovitz. Contrastes de un día de otoño".

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