Uviéu o Uvieo es el
nombre que recibe la ciudad en ast5uriano. La denominación en castellano,
"Oviedo", es la oficial y más extendida. En las crónicas medievales
del Reino de Asturias se la denomina alternativamente Ovetao u Oveto.
Así, en el Testamento de
Alfonso II se la denomina Ovetdao, Ovetao en
la Crónica Albeldense yOveto en el Pacto monástico
de San Vicente y en las Crónicas de Alfonso III, tanto en su versión rotense,
como sebastianense.
Etimológicamente no está claro el origen
del nombre de la ciudad. Ramón Menéndez -Pidal le atribuyó al
topónimo un origen celta. También se le han atribuido diversos
significados en lengua vasca. Algunas teorías apuntan a que proviene
del latín medieval Urbs Vetus, que significa «ciudad vieja». Para
otros el origen se trataría de la unión de Ovis con el
sufijo -etum, que significa «lugar abundante en ovejas», aunque
esto no parece muy fundamentado. Otras explicaciones consideran que iovetano es
adjetivo de Iove (que significa Júpiter, por lo que el lugar
podría haber sido un lugar de veneración a Júpiter), o que proviene del idioma
celta. Joaquín Manzanares propuso la explicación de que el nombre de la
ciudad proviene del latín Albetum (blanquecino), debido al
color del montículo donde se asentaba el núcleo original de la ciudad; esto
coincide con la descripción que hizo del lugar el Padre Carvallo. Así,
surge otra posible interpretación del origen del nombre de la ciudad, que
indica que Oviedo proviene de Alvietum (de la unión de Alveum y
la terminación -etum), que significa «lugar abundante en arroyos» y
que también coincidiría con la descripción dada por Padre Carvallo. Pese a
todo, aún no se tiene claro el origen etimológico de Oviedo y ninguna teoría es
plenamente aceptada.
Así,
surge otra posible interpretación del origen del nombre de la ciudad, que
indica que Oviedo proviene de Alvietum (de la unión de Alveum y la terminación
-etum), que significa «lugar abundante en arroyos» y que también coincidiría
con la descripción dada por Padre Carvallo. Pese a todo, aún no se tiene claro
el origen etimológico de Oviedo y ninguna teoría es plenamente aceptada.
La ciudad de Oviedo se sitúa sobre una zona oblonga y deprimida
que avanza paralela a la costa y se extiende por el Este hasta Cangas de Onís,
la denominada “Depresión de Oviedo”, sobre la que discurren las carreteras y
vías férreas más importantes de la zona oriental de Asturias. Esta depresión se
originó en el Terciario: en esa época el relieve era escaso y el mar, como se
colige de la existencia de un amplio manto de sedimentos cretácicos, cubría la
actual cuenca minera desde finales de la Era Secundaria; a lo largo del Terciario
la región fue fracturándose, diferenciándose en varios bloques que durante este
periodo experimentaron movimientos de ascenso, descenso y torsiones, dando
lugar finalmente a la Cordillera Cantábrica y apareciendo una serie de sistemas
lacustres en los que se produjo un depósito de arcillas rojas y margas blancas
(en estas margas, en la zona de Llamaquique, se descubrieron en 1926 unos
restos esqueléticos de vertebrados, la Fauna de Oviedo, que demostraron el
origen cretácico de los sedimentos y su génesis lacustre) que da origen al
actual subsuelo Ovetense. El contacto de estos sedimentos con los materiales
previos de origen cretácico, areniscas, arenas y piedras calizas, fue muy
discontinuo a consecuencia del relieve del terreno.
Para Truyols y Julivert el
relieve actual de la zona de Oviedo se explica a partir de su constitución
geológica, la cual ha sido acentuada por la acción erosiva de su sistema
hídrico: los cauces del Nalón y el Caudal han generado hoces en la piedra
caliza, ocasionando un notable desnivel entre su curso y la elevación donde se
asienta Oviedo que oculta el carácter depresivo de la zona. La "Depresión
de Oviedo" se hace evidente desde la cima del Naranco, al pie del cual
discurre una línea de fractura que delimita su bloque de los materiales en que
se ubica la zona urbana
El concejo de Oviedo se halla comprendido
en casi su totalidad en lo que se conoce como la “Región de pliegues y mantos
de la zona cantábrica”, a la que únicamente desborda en su sector sur,
correspondiente a Olloniego, por
donde se adentra en la cuenca carbonífera central.
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