La villa Roel, propiedad de Faustino García Roel, médico, investigador y escritor, «uno
de las más brillantes eminencias científicas asturianas», en opinión de
Constantino Suárez (Españolito),
y «sabio, soberbio y filántropo», según Saúl Torga, uno de los principales
estudiosos de la vida de este eminente doctor.
En el plano de Oviedo de 1869 ya aparece dibujada la delimitación de la
finca, con la grafía "Quinta de Roel", si bien no aparece reflejado
el edificio.
La villa Roel era una hermosa
casona-palacio, con jardín, estanque, gruta, fuente y árboles, se encontraba
situada entre las calles Calvo Sotelo y Santa Susana de la que fue huésped el
famoso músico Rimski Korsakov, autor del Capricho español.
Esta vivienda unifamiliar era un edificio extraño, sobre el que se dispone de
muy poca información, más allá de la disponible sobre su propietario, el medico
Faustino García Roel.
El estilo morisco con elementos góticos podría datar el edificio hacia
1875-1880, previo a la aparición de la arquitectura ecléctica,
en que estos elementos decorativos fueron usados en otros edificios de la
ciudad.
Así por ejemplo existieron dos casas gemelas en la calle Uria, las números
30 y 32, con decoración tipo morisco, y proyecto de arquitecto Javier
Aguirre, y se aprecia el uso de elementos decorativos góticos en
decoraciones interiores de portales y escaleras.
Muchos años después tras la venta de la finca a
los hermanos Menéndez, lo compran los jesuitas y fundan aquí un colegio. En el
año 1931, cuando llega la República, se expulsa a los jesuitas de España y se
les quita el colegio que tenían aquí. En el año 1932 se instaura el instituto
en el edificio de los jesuitas. Pero con la Revolución de Octubre de 1934 se
vuela el edificio, y hasta el año 1939 no se empieza el instituto con el
edificio que conocemos ahora.
El doctor Faustino García Roel, nació
de manera accidental en Ceceda el 5 de mayo de 1821, (sus padres estaban de
paso en el lugar). Siendo uno de sus principales benefactores. Tras estudiar
Latinidad y Filosofía en la Universidad de Oviedo, se trasladó a Madrid para
seguir la carrera de Medicina. Una vez acabada ésta, permaneció un tiempo en la
capital española y pasó después a Oviedo, donde comenzó a ejercer la profesión
que tanta fama le reportó enseguida. Con motivo de la invasión de cólera morbo
en 1885, contraerá la terrible enfermedad.
Al mismo
tiempo que desarrolló su actividad como médico particular, desempeñó numerosos
puestos oficiales, como son los de médico e inspector de la Beneficencia
Provincial, miembro de la Junta Provincial de Sanidad, médico de Prisiones y
director del Hospital Militar de la provincia. Participó activamente en la
fundación de entidades culturales, bancarias e industriales ovetenses, tales
como el Casino, el Banco de Oviedo y la Fábrica de Gas.
Sin
embargo, la faceta en la que más destaca fue en la de investigador de temas
médicos. Los numerosos trabajos publicados en El Fomento de Asturias, El
Carbayón y El
Faro Asturiano, de
Oviedo, y en Los Dos Mundos y El Siglo Médico,de Madrid,
fueron asentando su fama, que llegó a la cumbre cuando la Academia de Medicina
le otorgó el Premio Rubio por su obra Etiología de la pelagra, enfermedad endémica en Asturias sobre
la que habían trabajado anteriormente los doctores Gaspar Casal y Martínez
Fernández. En 1889 obtuvo el primer premio en el concurso celebrado en Valencia
por el Instituto Médico para premiar a los mejores profesores de Medicina
españoles. Fue miembro o estuvo en estrecho contacto con diversas sociedades
médicas españolas y extranjeras.
Murió en
Madrid, víctima de una parálisis, en 1895, cuando realizaba un viaje hacia
Alicante, donde pasaba los inviernos.
Dejó una
inmensa fortuna, de la que fueron herederos, entre otros, numerosas sociedades
benéficas y culturales.
En 1909
se descubrió una lápida a su memoria en el Colegio de Médicos de Madrid, y en
1932 se le levantó un monumento --obra de A. Sordo y ubicada en el campo de la
iglesia-- en su Ceceda natal, al que había también había dejado parte de su
herencia (260.500 pesetas, «en 11 títulos de deuda perpetua interior»
depositados en el Banco de España) a través de la Fundación Roel, creada en
1909, lo que permitió acometer la traída de agua, el alcantarillado y fomentar
la educación, salud e higiene de los niños del lugar.
Publicó
las siguientes obras: Etiología de la pelagra (Madrid, 1880); Colegiamiento
médico (Oviedo,
1882); Tesis sobre la patogenia de las
principales enfermedades que anticipan la muerte del género humano (Madrid, 1882).
En
septiembre de 2009, en el transcurso de los actos conmemorativos del centenario
de la fundación que lleva su nombre, ésta presentó un libro sobre García Roel,
con textos de Alfonso Rodríguez y una tirada de 1.000 ejemplares para repartir
entre los vecinos (conocidos como «escabecheros»).
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