domingo, 29 de mayo de 2011

Recuerdos del Ovetus de antaño

Hace unos días, llegaron a casa dos personas preguntando por mi, la empleada les atendio y les dijo que yo estaba en mi oficina, ella diligentemente les dio todos mis teléfonos de contacto, y se fueron ha seguir haciendo sus tareas.
Ese mismo día por la tarde mi mujer me llamó y me dijo que había una nota encima de mi escritorio con un nombre Miguel Maravi Poma, cuando me dijo de quien se trataba, me puse muy contento, era un compañero de Oviedo, al cual no veia hace treeinta años. Como no tenía el teléfono, espere pacientemente que me llamara.
Cuando ya había todas las esperanzas de encontrarnos, estando ayer sábado en la Reunión de la Junta Directiva de la Asociación de Residentes Peruanos, sono el teléfono y cual sería mi sorpresa que era Miguel Maravi Poma, hoy profesional de la medicina y residente en Barcelona, es asi que deespues de la alegria de oir nuesras voces, quedamos de encontarnos en una Cafeteria a una hora despúes de mi reunión.
A las ocho de la noche llegó mi amigo Miguel en compañia de su mujer Rosa. Él no ha cambiado nada, yo lo reconoci enseguida, no nos veimos despúes de treinta años. ¡Cuantos recuerdos afloraron a nuestras mentes¡ Nos haciamos preguntas los dos sobre nuestros antiguos compañeros, de quienes en muchos casos hemos perdido su pista.
Mi amigo y compañero Maravi, vive  en Barcelona, esta casado y tiene dos hijos, ya grandes, y o también le di mi filiación, porque el se recordaba de mi hijo Nacho, aún pequeño, le comenté que ya era médico de familia y viven el Stockton-om-tees, en el Reino Unido.
Así hablando y hablando llegó el partido del Barça con el Marchester, así que nos pusimos a ver el fútbool, que fue un bonito epilogo porque el Barça gano, como se esperaba al Marchester por tres a uno.
Y despues de el partido, nuestrea conversación siguio sobre nuestras andanzas por ese Oviedo de antes de Gabino, cuando Ovetus todavia era oscuro y no se había puesto tan de moda como en estas épocas.
Despues de cenar y una agradable sobremesa, mis amigos Miguel y Rosa y nosotros nos despedimos en la puerta del restaurante, con grandes abrazos y prometiendonos vernos lo antes posible en Barcelona, donde
tal vez, seguiremos recordandonos de nuestas andanzas por este Oviedin, que llevamos en nuestro corazón.

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