Ayer fueron los Awajún en Bagua, hoy son los Aymaras en Puno…
mañana serán los Quechuas,en todo el Perú. Decimos esto para explicar, el surgir
de los pueblos o ‘naciones’ oprimidas que por más de 500 años han permanecido
“cercados” (en el hablar de José María Arguedas), y que hoy están siendo
acosados y provocados por empresas mineras que son apoyados desde el Estado
criollo, que ha “concesionado” por “lotes” mineros la mayor parte del país,
dentro de los linderos del territorio propiedad de “los indígenas”, con el
consiguiente proceso de contaminación (en la mayoría de los casos) de sus aguas
y condiciones ambientales en general.
Esto no solo no trae a colación los “derechos de propiedad de la
tierra” de los comuneros indígenas, (a la manera de J.C. Mariátegui o de
Hernando de Soto) no, ésta es la peor forma actual de tratar este conflicto,
porque es obvio que estos derechos no se respetan al interior de un Estado de
colonialismo interno; tampoco es bueno y efectivo ya, tratarlo como lo hacen
algunos dirigentes indígenas (de AIDESEP, CONACAMI, etc.) que hablan de la
“defensa de sus derechos territoriales” por lo que señala el Convenio 169-OIT,
esa etapa de la lucha está dejando ya de ser efectiva, pues el colonialismo en
el Perú es demasiado fuerte y poderoso y a criollos como Alan García le provoca
risa y responde: “que no ladren los perros del hortelano”. Por las dimensiones
que está tomando el problema (Tambo Grande, Moquegua, Bagua, Islay, Puno…)
todos estos enfrentamientos que suceden hoy en el Perú, no hacen sino poner en
evidencia las difíciles condiciones en las que supervive la “institucionalidad
estatal peruana” por su precario “Contrato Social” que fue producto de un
contubernio en las constituyentes de 1822 y 1828, en donde un grupo minoritario
criollo, secuestra el Estado peruano, forma “su” república, y la viene
manejando como su ‘chacra’ hasta la actualidad.
Este análisis étnico, lejos de asustar a los grupos minoritarios
de empresarios mercantilistas beneficiarios del Régimen constitucional peruano
en general y de esta Constitución -la fujimorista del 93 en particular- debería
servirles a estos sectores de criollos y de mestizos “aculturados”, para
comprender que es hora de “renegociar” las condiciones del colonialismo interno
implantado desde la creación de la república peruana…(lo cual obviamente NO
significa negociar simples “papelitos” o “títulos de propiedad” como dice el
comerciante Hernando de Soto) … Sí señor, los indígenas del Perú deberemos mas
temprano que tarde PARTICIPAR DEL PACTO SOCIAL PERUANO en el marco de un poder
constituyente de todos los pueblos del Perú, y que acabe con esa exclusión
secular de nuestros pueblos en nuestro propio país, esta también es la
verdadera democracia que los criollos y verdaderos liberales deben defender. Y
pronto así será, así tendrá que ser, para lo cual nuestros ancestrales pueblos
o naciones Awajún, Ashaninka, Shipibo, Aymara, etc. pero sobre todo los
mayoritarias pueblos Quechuas cuya población sobrepasa fácilmente los 10
millones que escasamente señala el Banco Mundial, vienen tomando consciencia y
sobre todo organizándose, y de seguro que pronto marcharán como PUEBLOS, como
ya lo demostraron los Aymara de Puno.
Y también lo vienen haciendo los mestizos dignos que tienen sus
raíces en nuestro Perú profundo. Estamos en el siglo XXI, el no darse cuenta de
la validez de este nuestro análisis y propuesta es una actitud sino pre-moderna,
arcaica, es taparse los ojos a una realidad incontrovertible. Las soluciones
que resolvamos, -que a estas alturas- no pueden ya ser transitorias, ni
improvisadas, sino soluciones integrales, permanentes y radicales, están a la
vista: En los hermanos países vecinos del Ecuador y Bolivia, los grupos
criollos se han allanado a debatir con los demás pueblos y juntos han aprobado
las nuevas condiciones de la creación de “Estados plurinacionales”, en las
flamantes Cartas Constitucionales, esto es, se reconocen ahora como “un solo
Estado, pero con múltiples naciones a su interior”, principio básico, real y
fundamental que sirve para de-colonizar totalmente nuestros “Estados”. En el
Perú siempre desde la creación de las repúblicas, los grupos criollos han sido
“atrasaditos” en la adopción de medidas anti-colonialistas para la maduración
de los “estados independientes”, baste recordar que San Martín y Bolívar
tuvieron que venir a Lima con sus tropas, para definir la independencia. Lo que
pasó después fue que los criollos limeños se dieron maña para desacreditar y
echar a los “libertadores” San Martín y Bolívar, y es que un grupúsculo de
criollos “vivos” encabezados por Francisco Javier de Luna Pizarro y José de La
Mar se apoderaron del Estado para usarlo con fines económicos mercantilistas
(como lo hacen descaradamente hasta hoy que han generado con la depredación de
nuestras riquezas naturales, una situación de ‘bonanza’ macroeconómica que
según sus propias declaraciones: “no llega al bolsillo del ciudadano de a pie”)
y lograron también manipular la institucionalidad estatal con métodos políticos
despóticos, hasta el día de hoy.
Pero, ¿acaso no es también otro síntoma de esta “precariedad
constitucional” la terrible polarización que se ha producido en este último
proceso electoral?, en donde un grupo le pide al otro “no tocar la sacrosanta
Constitución” elaborada por dos reos que purgan condena carcelaria, ¿acaso no
fue llamada en algún momento “el reglamento de la dictadura”?; ¿acaso no
aparecen ambas fuerzas muy beligerantes en sus expresiones políticas?, ¿de
dónde tanto encono y hasta odio?, ¿de dónde nace que la generalidad de la
prensa criolla intente ‘deslegitimar’ al contrario por la vía más expeditiva de
la denuncia, la diatriba o la calumnia?, ¿acaso no se nota el histórico odio
racial hacia el candidato Humala?
Se está llegando a extremos peligrosos, algunas señoras que han
llamado a los canales para participar en los programas noticiosos de la TV,
llamaron a “salir a las calles” en el caso de que no gane su candidato
preferido; otros entrevistados, dos días antes de la “segunda vuelta”
electoral, el caso de Hugo Neira, afamado sociólogo y José Luis Cordero,
analista internacional, los dos hablaron de peligro de “guerra civil”, y no
creo que sean alarmistas o exagerados, porque se está jugando con una
polarización extrema: El grupo fujimorista, a vistas claras, no quiere soltar
la “mamadera” del sistema neoliberal mercantilista, que han llevado al
paroxismo los reos Fujimori-Montesinos.
De verdad da pena el enfrentamiento fratricida, social y
político en el que se debate hoy el Perú, y más pena da la calidad moral a que
ha sido sometida la inconsciencia del peruano medio como producto del
envilecimiento de la política en las últimas décadas; no resultaría raro que
sea cierto que la candidata Fujimori tenga la enorme pero increíble “simpatía”
que las encuestadoras le han dado. Pero por otra parte la situación política
electoral es tan confusa, que se deberían prohibir la encuestas electorales,
porque es la forma más descarada como se induce el voto, y nuevamente las
encuestadoras replican a las empresas periodísticas que son una verdadera
‘mafia mediática’, el “control cultural y de la opinión” (que hemos denunciado
en otros artículos), en donde el único que tiene libertad para informar es el
dueño mayoritario de las acciones de la empresa. Es decir, si la “libertad de
prensa” es la libertad de opinión del dueño del canal o del periódico, es peor
en las famosas empresas encuestadoras. Estos son algunos de los mecanismos de
control colonialista del “criollaje nacional”.
Por todo esto, y valga esta difícil coyuntura electoral que
viene mostrando las vergüenzas “nacionales”, para decir una vez más que nuestro
país necesita urgentemente un primerizo y verdadero Contrato Social de todas
las Naciones o “sangres” del Perú, no podemos seguir viviendo mucho tiempo más
en estas condiciones de “bastardismo” o –más suave- “ilegitimidad” de los
peruanos mayoritarios.
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