sábado, 6 de diciembre de 2014

JOSÉ COSMEN ADELAIDA Y EL ALSA

Escribir sobre José Cosmen Adelaida, sería muy largo. Yo lo conocí y tuve mucho trato con él, en la Fundación Príncipe de Asturias cuando era miembro del Jurado del Premio de Cooperación Internacional, me recuerdo cuando le llevaba a firmar los diplomas de los distintos premiados, ese hombre sencillo y bueno,  me recibía con una gran sonrisa cariñosa, y enseguida me daba un abrazo, para seguidamente preguntarme primero por  mi salud y después sobre mi familia.
Francisco José Cosmen Adelaida, el mayor empresario español de transporte de viajeros por carretera en la historia del sector, presidente de honor de la compañía asturiana de autocares y autobuses ALSA (líder nacional y a la que impulsó por España y el extranjero) y creador de un relevante grupo mercantil familiar con implantación en diversos sectores y países, falleció ayer en Oviedo, a los 85 años, a causa de una enfermedad que padecía desde hace tiempo.
Otras veces nos encontrábamos por la calle y don José era siempre el mismo, un hombre sencillo, humano, bueno y tranquilo, de los que ya quedan pocos en ese mundo. A pesar de que era un personaje muy importante en el mundo del trasporte, nunca perdió la compostura y siempre era el mismo.
El matrimonio Cosmen Adelaida regentaban lo que, en aquellos primeros años del siglo XX, se conocía como un negocio mixto-rural con dedicación a un buen número de actividades diversas  La familia Cosmen se dedicaba al transporte más o menos regular de pasajeros en diligencias y otros medios de tracción animal desde 1728. Alternando las concesiones de servicios regulares de viajeros con una pequeña fábrica de embutidos y una tienda de ultramarinos en Cangas que proporcionaban una base de capital para el sostenimiento de negocios de modesta envergadura en el que estaban implicados tanto los miembros del grupo familiar como otras familias de la burguesía acomodada de la zona.
Don José Cosmen, nació en el año 1929, José Cosmen (Cangas del Narcea), Asturias, 1928), descendiente de una dinastía, de tradición empresarial dedicada a la arriería y al transporte desde al menos el siglo XV, cursó peritaje mercantil y en 1953 se incorporó a la empresa de autocares familiar (empresa Cosmen), que, con dos vehículos, cubría la línea Cangas del Narcea-Villablino. Bajo su gestión, la empresa sumó otras dos concesiones y en 1960 se integró en ALSA a cambio de acciones, dinero y un puesto en la dirección de la compañía, que era líder en Asturias casi desde su fundación en 1923.
Los hermanos Cosmen ayudaban a sus padres en el negocio familiar durante las vacaciones escolares; una experiencia que José siempre valoró como un complemento esencial de su formación. De este modo y después de graduarse con el título de Peritaje Industrial y realizar el servicio militar en las Milicias Universitarias, se incorporó al frente de la empresa familiar en un momento de extraordinario desarrollo.
Con una actividad muy condicionada a las características geográficas y a las necesidades de la zona donde residían, los muy aislados concejos del Occidente asturiano, los Cosmen establecieron sus primeras rutas enlazando estas comarcas con el área Central a través de las carreteras costeras y del Puerto de la Espina, en el interior, y superando pronto los puertos de Somiedo y Leitariegos para acaparar los tráficos con la zona leonesa a través de Ponferrada, una ruta clave en el desarrollo de la compañía y de gran importancia estratégica debido al desarrollo de la minería del carbón en las cuencas leonesas. Las líneas de ALSA se convirtieron en decisivas para la vertebración del área occidental con el final de siglo y los avances de la revolución industrial en la medida en que la empresa familiar supo aprovechar en su negocio de transporte de viajeros y mercancías los nuevos motores, de vapor primero y de explosión después. Sustituye la tracción animal, por las máquinas de vapor y, finalmente, por motores de explosión. Finalmente en 1923 se constituye como Automoviles Luarca S.A (ALSA), comenzando una nueva andadura que conduce a la sociedad hasta nuestros días. La empresa comenzó así su expansión, tanto a nivel nacional como internacional.
Así comienza la historia de la multinacional asturiana, como una empresa de diligencias, nacida en Luarca en el año 1889. Conocida como Ferrocarrilana, unía la villa asturiana con la ciudad de Oviedo en quince horas de viaje. Pocos años después, la empresa se hizo con algunos vehículos de vapor y cambió su nombre por El Luarca, automóviles de viajeros. Mejoró su ruta a la capital del Principado reduciendo el trayecto ocho horas. 
Convertido en director gerente desde 1961, Cosmen fue el ejecutor de la gran expansión nacional e internacional de ALSA, de la que se erigió en dueño total a mediados de los años ochenta,  tras la adquisición paulatina de acciones a las familias fundadoras. En 1964 Alsa inauguró la línea Asturias-Madrid y la primera ruta europea entre Oviedo-París-Bruselas y amplió su flota con la compra de 22 autocares. Con el impulso del negocio, los 6 millones de viajeros que Alsa transportaba anualmente en 1960 se convirtieron en 29 millones en 1980 y en 56 millones en 1990. En esta última década, el desarrollo de la empresa fue especialmente relevante. En 1984 suscribió un acuerdo con la sociedad Nayio Shezhen Co. Transport Vehicles para convertirse en la primera empresa extranjera que conseguía la explotación de líneas regulares de transporte de viajeros en China. Wed de Biografias)
Muchos han sido los cambios que han experimentado los autobuses a lo largo de una trayectoria, que se dilata más de un siglo en la historia. Una familia emprendedora asturiana, los Cosmen, que iniciaron su andadura en el transporte de mercancías y pasajeros, acercando a las personas a sus destinos deseados. Facilitando la vida de los viajeros, innovando, a la vanguardia de un mundo globalizado.

En ese tiempo, ALSA siguió una estrategia de absorción de competidores que la situaron en el liderazgo español, que consolidó en 1999 con la compra de la estatal Enatcar. Para entonces ya había realizado un gran despliegue internacional, con participaciones y filiales en Suiza, Reino Unido, Portugal, Alemania, China, Chile y Marruecos.
La aventura de Pepe Cosmen fue fascinante. Desde su rincón cangués se extendió por el mundo. Algo deben tener la leche y los aires de Leitariegos, porque Francisco Rodríguez, de Reny Picot, es otro de los grandes empresarios internacionales españoles. Pepe Cosmen conquistó el mundo con una dan naturalidad. Era un hombre tranquilo. Tan tranquilo que podía suponerse que no moriría nunca. Y no ha muerto. Cada vez que vemos un ALSA ahí está Pepe Cosmen. El hombre es su obra.


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