Jueves
en Oviedo, llueve bastante. Paso por el Hotel Reconquista, y me encuentro con
el cuadro de los manifestantes de todas
las semanas que con matracas y pitos, hacen su llamado de atención a los
viandantes y a los distintos miembros de los Jurados que están reunidos en la
sala de Juntas del hotel, para fallar los Premios Princesa de Asturias, que es
otorgada por la Fundación del mismo nombre.
Este
jueves en que llueve y las calles se inundan de una atmósfera agridulce propia
del otoño, el jurado le han concedido el Premio a La Orden Hospitalaria de San Juan de Dios. El acta dice que "decide
conceder el Premio Princesa de Asturias de la Concordia 20125 “a la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios
como reconocimiento a una ejemplar labor
asistencial desarrollada a lo largo de cinco siglos. Es una Institución que se
vuelca ahora en nuevos problemas como el ébola o las migraciones” y en general,
la protección de las personas más desfavorecidas y el riesgo de exclusión.
“ES
una elección muy acertada, ya que los problemas migratorios están de plena
actualidad”. La Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, es una organización
internacional que presta cuidados sanitarios a los más necesitados, sin
distinción de creencias. Es una institución sin ánimo de lucro, católica, que
forma parte de la iglesia y que tiene la expresión de su filosofía en la
hospitalidad y en la humanización de la asistencia a las personas necesitadas.
Nos
remontamos a la historia de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios (del latín
Ordo Hospitalarius Sancti Joannis de Deo), es una orden mendicante, católica,
que viene del latin pedir limosna, caracterizada por vivir de la limosna de los
demás.
Toda orden mendicante está formada por hermanos (fray) y hermanas
(sor), así como por terciarios, antiguamente llamados hermanos de penitencia,
los frailes conforman la primera orden.
La segunda orden está conformada por las
sores
La tercera orden está conformada por los
terciarios.
Sus miembros frailes y sores hacen voto
de pobreza por lo que renuncian a todo tipo de propiedades o vienes, ya sean
personales o comunes, poniéndolos a disposición de la comunidad religiosa a la
que pertenecen, viven en la pobreza, mantenidos solo por la caridad, junto con
el voto de pobreza que profesan solemnemente, también profesan los votos de
castidad y obediencia.
La Orden Hospitalaria de San Juan de
Dios fue fundada en 1572 por discípulos de San Juan de Dios. En los países de
habla italiana la Orden es conocida como
Fatebenefratelli “Hermanos de hacer bien”. Sus miembros son conocidos como “juaninos”
o “juandedianos”.
Inicialmente Juan Ciudad – conocido como San Juan de Dios- fundó
un hospital en Granada., dedicada a la atención financiado con donaciones.
Tras su muerte en 1550 su fama de santidad se extendió por todo el mundo.
Juan de Dios fue beatificado en 1630 y canonizado en 1690, con lo que numerosos
particulares decidieron seguir su ejemplo o vincular miembros de la Orden a sus
propias fundaciones, adaptándolas a la regla del hospital de Granada. En
1552 Antón Martín fundó el de Madrid. El mismo personaje fundó
el de Córdoba. Pedro Pescado fundó el de Sevilla y Frutos
de San Pedro el de Lucena. Luego, los hospitales de San Juan de Dios
se extendieron por toda España.
En el siglo XIX se produce el máximo
desarrollo en América Latina y en el siglo XX se expande por África, Asia y
Oceanía. Los hospitales fueron los primeros en inaugurar un centro de cuidados
paliativos en China, en Jan-Ji, en 2004.
En la actualidad, la Orden Hospitalaria está presente en 53 países de los
cinco continentes, con unas 400 Obras Apostólicas, 1.250 Hermanos, más de
40.000 Colaboradores, 33.000 plazas sanitarias y sociales y más de 20 millones
de beneficiarios.
En el Perú, Los Hermanos de San Juan
de Dios llegaron a Lima en 1606 e instalaron Centros de asistencia en la
ciudad, extendiéndose posteriormente por todo el Virreinato. La historia
consigna que en 1835 la Orden se retira del Perú, pero nuevamente regresa en
1952 inaugurándose el 11 de febrero de ese año gracias al esfuerzo de los
religiosos de San Juan de Dios, el comité de Damas Voluntarias y la generosidad
del pueblo peruano.
Hoy, la Clínica, que
mantiene su posición de liderazgo como referente a nivel nacional en la
ortopedia y rehabilitación infanto-juvenil, cuenta con más de 25 especialidades
médicas, dirigidas a la atención a toda la familia.
Actualmente,
afrontamos un proceso continuo de modernización, crecimiento y renovación.
Nuestras salas de operaciones ya cuentan con un intensificador de imágenes para
posibilitar intervenciones de alta complejidad, incluidas las de tipo
multinivel. En el área de apoyo al diagnóstico y tratamiento destacan nuestro
laboratorio clínico así como la adquisición de un sistema de radiología digital
con la más alta tecnología, un mamógrafo de última generación y un ecógrafo
doppler. Todo ello, nos permite realizar pruebas de audiometría,
electroencefalografía digital, potenciales evocados y electromiografía. Además,
somos la primera Institución del país que cuenta con laboratorio de análisis de
marcha, al servicio de toda la población discapacitada con problemas de locomoción.
Este conjunto de cosas
nos ha permitido realizar en el último año cerca de 50.000 consultas médicas y
133.000 sesiones de rehabilitación; siempre con la suma de hospitalidad y
profesionalidad de nuestros Colaboradores.
La Orden cuenta con 1.100 hermanos “dedicados a personas con dolencias
físicas y mentales, con discapacidades, centrados en ancianos, personas de
riesgo de exclusión social o drogodependientes”. En la actualidad la Orden asiste
cada año a 27 millones de personas.
En resumen, se trata de una institución especialmente admirable y ejemplar en
el servicio a la sociedad de acuerdo con su misión, de origen español, con
presencia internacional y misión relevante a la comunidad global de nuestro
tiempo.
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