Precursor de la independencia, nació en Pampacolca, el 26 de julio de 1748. Estudio en el congreso San Bernardo del Cusco, después ingreso al noviciado de la Compañía de Jesús. Viajo a España e Italia, donde escribió la famosa "Carta a los españoles americanos", documento donde establece la necesidad de la emancipación del yugo español. La carta fue publicada en francés en 1779; al llegar al poder de Francisco Miranda en 1806, éste la hizo circular por todo el continente.
Nació en la aldea de Pampacolca, al pie del Coropuna, en la sierra arequipeña. Sus padres fueron el hacendado Gaspar Viscardo y Guzmán y doña Manuela de Zea y Andía. Era descendiente de un español asentado en el valle de Camaná desde principios del siglo XVII.
Vivió sus primeros años en su pueblo natal, hasta que viajó a Cuzco para estudiar en el Real Colegio de Nobles de San Bernardo, regentado por los jesuitas. Cuando en 1760 falleció su padre, ingresó al noviciado de la Compañía de Jesús en dicha ciudad. Hizo sus primeros votos en 1763. Su hermano José Anselmo también se inició como novicio en la misma orden. Pero en 1767 el rey Carlos III ordenó la expulsión de los jesuitas de España y sus dominios. Viscardo y sus compañeros fueron arrestados y llevados a Lima, siendo luego embarcados rumbo a España. Tras una penosa travesía arribaron a Cádiz.
Pese a que, presionado por la corona española, pidió su secularización, fue transportado con el resto de sus colegas a Italia, siendo desembarcado en las costas de los Estados Pontificios. Junto con su hermano José Anselmo, se instaló en Massa y Carrara, próxima a Génova, en la Toscana, donde fue acogido por la familia Cybo. La corona española le prohibió, so pena de muerte, volver al Perú y también que se comunicase con los suyos. Asimismo, quedó impedido de poder usufructuar de los bienes heredados que dejó en América. En compensación, se le otorgó una pensión irrisoria, equivalente al sueldo de un sirviente inferior. Desde 1773, ambos hermanos Viscardo lucharon tenazmente por el envío regular de la renta que les correspondía del patrimonio familiar, aunque no lograron éxito. Por lo demás, sus tres hermanas que quedaron en el Perú se casaron y se repartieron toda la herencia familiar, no dejando nada para los hermanos exiliados.
Se hallaban ya agobiados por el desengaño, cuando en 1781 se enteraron de la rebelión de Túpac Amaru II en el Perú. Entusiasmado, Juan Pablo se puso en contacto con el cónsul inglés en Liorna, a quien le informó de los sucesos del Perú, que para él era una clara muestra del descontento que allí existía contra la dominación española. Sostuvo también que era el momento oportuno para que Inglaterra, entonces en guerra con España, ayudara a las colonias hispanoamericanas a lograr su emancipación. Él mismo se ofrecía como guía y como intermediario porque conocía el idioma quechua, que era su lengua materna. Ignoraba que ya, a esas alturas, la rebelión tupacamarista había sido debelada. De todos modos, sus argumentos interesaron a los ingleses, quienes lo invitaron a Londres ese mismo año. Los hermanos Viscardo viajaron de incógnito, por vía de Alemania. Juan Pablo adoptó el nombre de Paolo Rossi y su hermano Anselmo el de Antonio Valessi.
En 1782 arribó a Londres y escribió una carta al gobierno británico, instándole a enviar una expedición hacia Sudamérica, cuya primera conquista debía ser el puerto de Buenos Aires, destinado a convertirse en la base para el avance hacia el territorio del Virreinato del Perú. Estos planes debieron interesar a los británicos, que se hallaban en vísperas de perder sus trece colonias de América del Norte.
En Londres permaneció durante dos años. En ese lapso se produjo un cambio de gobierno en Gran Bretaña y se firmó la paz con España, por lo que los planes de Viscardo dejaron de interesar a los británicos. Viscardo retornó a Massacarrara y dedicó otros años más en inútiles demandas a la corona española por el asunto de su patrimonio familiar.
En 1791 inició otro viaje a Londres, cuando la coyuntura internacional le hizo presumir que Inglaterra estaría dispuesta esta vez a apoyar a las colonias hispanoamericanas a lograr su independencia. Esta vez fue sin la compañía de su hermano, fallecido en 1785. Pasó por Francia, entonces convulsionada por la revolución, donde presumiblemente redactó su famosa "Carta a los españoles americanos" (publicada de manera póstuma en 1799), en la que, con ocasión de la cercanía de la celebración de los 300 años del Descubrimiento de América, incitaba a los criollos de América a luchar contra la opresión española y formar un estado soberano.
En 1795 arribó finalmente a Londres. Su esperanza de que los británicos ayudaran a los “españoles americanos” a obtener su independencia, nuevamente se vio truncada, al variar las circunstancias internacionales. No obstante, continuó en Londres hasta su muerte, escribiendo y haciendo gestiones para hacer interesar sus planes a la corte británica. Enfermo y empobrecido, falleció en febrero de 1798.
Antes de morir, Viscardo dejó sus papeles a Rufus King, ministro de Estados Unidos en Inglaterra, quien las entregó al venezolano Francisco de Miranda. Este líder patriota, escogió de entre esos papeles la "Carta a los españoles americanos", escrita en francés y la hizo imprimir en Londres en 1799, con pie falso de Filadelfia (Estados Unidos). Luego lo tradujo al idioma español, versión que publicó en 1801, también en Londres. El documento se propagó en el continente americano, y contribuyó significativamente a incitar el sentimiento emancipador contra el régimen español. Los restantes documentos, conservados por Rufus King, pasaron a integrar los fondos documentales de la Sociedad Histórica de Nueva York. Casi 200 años después, dichos papeles fueron descubiertos por Merle E. Simmons, siendo publicados en 1983.
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