La diablada puneña es una danza en
la cual se la practica en el departamento de Puno en el Perú, que representa la
lucha entre el bien y el mal. Es una danza mestiza que exhibe los elementos de
la religiosidad autóctona y cristiana
El investigador Enrique Cuentas Ormachea
expone que la diablada puneña es ejecutada por sicu-morenos tocando huaynos
sincopados que muestra rituales ancestrales donde los anchanchos y chullchuquis
conviven con los hombres en torno a la Pachamama. La danza acompañada con
sicu-moreno la mantiene el conjunto Sikuris del Barrio Mañazo en
Puno.
En 1501, los jesuitas se
establecieron en Juli, Puno, y en los días festivos, se realizaban funciones
teatrales a los que ya estaban acostumbrados los aymaras y se presentaban
comedias y autos sacramentales. El Dr. Ricardo Arbulú indica que en una
carta del padre Diego González Holguín a su superior, los jesuitas en su misión
en Juli, enseñaron a los nativos, un canto-danza sobre los siete pecados
capitales y como los ángeles vencen a los demonios, para cristianizar a los habitantes
de la zona. Juli fue conocida como "La Roma de las Indias". Juli
es uno de los centros culturales desde donde se difunde la figura del diablo.
El director Miguel Rubio Zapata5 recoge la versión del profesor
Edwin Loza Huarachi, danzante y mascarero, quien afirma que la diablada puneña
tiene su origen en la Danza del Anchanchu, y es anterior a los
autos sacramentales. En aymara Alajpacha es el reino
superior de luz y bondad, Manqapacha es el reino de la
oscuridad y lo malo; y Akapacha es el reino medio donde viven
los aymaras. En el Manqapacha viven anchanchus, dueños de
minas, malignos y gentiles; a quienes se debe pedir permiso para explotar una
mina. Leyendas relatan que el anchanchu es un humanoide pequeño, con nariz de
cerdo y cuernos de becerro.
El antropólogo Alejandro Ortiz
Rescaniere, recopila el "Mito del Supaya" en Puno de un relato de
Isidro Rojas, aymara de 89 años. En el relato Jesucristo se enfrenta a su hijo
Supaya.7 Isidro Rojas afirma que el mito
es el origen de la Morenada y la Diablada de Puno. En la cosmología aymara,
Jesucristo es Thunupa y Supaya son demonios.
Su asociación con el culto a la Virgen
de la Candelaria surge a raíz de una leyenda popular. En Puno, una
leyenda narra que en 1675, cerca la mina Laikakota a una legua de la
ciudad, el español José Salcedo mandó a destruir las casas de los mineros pero
desistió por que vieron a la Virgen María luchando contra el diablillo de la
mina. Por el fuego observado en la mina nace el culto a la Virgen de la
Candelaria.
La representación tuvo muchos cambios
desde esas fechas, cambios como las máscaras que en su tiempo eran de yeso y
para los cabellos eran utilizados los hilos de los costales de bayeta de la
época; todo era tradicional y pequeño, se presentaba en fechas importantes de
la Iglesia Católica. El personaje incorporó características del diablo europeo,
como un fauno con cola y tridente.
El caporal o diablo mayor tiene una
máscara cubierta de oro (Q'ori Anchanchu) o plata (Q'olqe Anchanchu)
cubierto de reptiles, orejas en forma de sapo, colmillos en los labios y
grandes cuernos. Eran construidas de yeso y luego de latón.6 Al igual que los mascareros bolivianos,
los modelos peruanos fueron influenciados por máscaras tibetanas así como
elementos de culturas nativas como Sechín, Chavín, Nazca y Mochica; las
máscaras fueron mejoradas, incluyendo dragones que denotan influencia asiática.
El ángel que participa en esta danza,
también lo hace en el Chatripuli, con alas, faldón y espada. Puli en aymara
significa "ángel".
En desarrollo de esta danza, los diablos
acompañaban a los conjuntos de sikuris. Entre los sikuris más antiguos que
sobresalieron en esta etapa son el del barrio Mañazo en Puno fundado el año de
1892 y Juventud Obrera, fundado en 1909. Allí se conformaría la danza de
Diablos acompañada por sicu-morenos diferente a las agrupaciones de Bolivia. Años
después se funda el primer conjunto de Diablada puneña sin contar a los sikus,
así nace la diablada del barrio Porteño en 1962, seguida de la "
Asociación Folklórica Espectacular Diablada Bellavista” en 1963.
Enrique Cuentas Ormachea Diablada:
coreografía, vestimenta y música. Diferencias entre Oruro y la de Puno. Los
sicu-morenos tocan sicus, bombo, tambor redoblante, platillos y triángulo; y
ejecutando huaynos sincopados y los personajes danzantes eran diablos
caporales, diablos menores, chinas diablas, el viejito, el negro jetón, el
apache, el león, el murciélago, el cóndor, el oso, el gorila y la jirafa.
José María Arguedas en su libro La
danza de los sicuris de 1943 describe como los diablos
acompañaban a los sicuris en Sicuani (Cuzco), indica que es una innovación al
sicuri bipolar tradicional que ahora incorpora a comparsas de diablos y se
transforma en sicu-moreno. Los diablos no tocan zampoñas y abren
camino al sicuri con sus tridentes y saltos.
En 1956 Alberto y Ramón
Velásquez establecieron un taller para desarrollar máscaras de diablos en Puno,
anteriormente cada danzante construía su propia máscara o se compraban al
mascarero boliviano Antonio Vizcarra, quien utilizaba modelos de máscaras
tibetanas en su construcción. Máscaras peruanas Escrito por Arturo Jiménez
Borja.
Cuanta mentira.
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