La Divina Comedia, es
un poema escrito por Dante Alighieri. Se desconoce la fecha exacta en que fue escrito aunque
las opiniones más reconocidas aseguran que el Infierno pudo ser
compuesto entre 1304 y 1307 o 1308, el Pulgatorio de 1307 o 1308 a 1313 o 1314 y por último,
el Paraíso de 1313 o
1314 a 1321, fecha del fallecimiento del poeta. Libro más famoso de su autor,
es una de las obras fundamentales de la transición del pensamiento medieval
(teocentrista) al renacentista (antropocentrista). Es considerada la obra
maestra de la literatura italiana y una de las cumbres de la literatura
universal. Se considera por tanto que la redacción de la primera parte habría
sido alternada con la redacción del Convivium y De
Vulgari Eloquentia, mientras que De
Monarchia pertenecería a la
época de la segunda o tercera etapa, a la última de las cuales hay que atribuir
sin duda la de dos obras de menor empeño: la Cuestión
del agua y la tierra y las
doséglogas escritas en respuesta
a sendos poemas de Giovanni del Virgilio.
Dante Alighieri llamó
sencillamente Commedia a su libro, pues, de acuerdo con el
esquema clásico, no podía ser una tragedia, ya que su final es feliz. Fue
Boccaccio quién añadió el
adjetivo "divina" durante la época en la que se encargó de leerla y
comentarla públicamente por diferentes ciudades italianas. El libro suele
presentarse actualmente con un gran cuerpo de notas que ayudan a entender
quiénes eran los personajes mencionados. Estos comentarios incluyen
interpretaciones de las alegorías o
significados místicos que contendría
el texto, que otros prefieren leer como un relato literal. Esta tendencia se
acentuó en el siglo XX entre los exégetas y críticos de la Divina comedia, muchos de los
cuales sostienen que Dante narró una historia en el mundo material de
ultratumba tal como se lo concebía en su tiempo. Miguel Asín Palacios, por otra
parte, destacó la importancia de la escatología musulmana en la estructura del
Infierno dantesco.
La Divina Comedia se considera una de las obras maestras
de la literatura italiana y universal. Numerosos artistas de todos los tiempos
crearon ilustraciones sobre ella; destacan entre ellas las de Botticelli,
Gustave Doré, Dalí, William Adolphe Bouguereau y recientemente Miguel Barceló. Dante Alighieri la escribió en dialecto toscano matriz
del italiano actual el cual se
usó entre los siglos XI y XII.
Dante Alighieri inicia la composición de La Divina Comedia,
en 1307, año en que fue desterrado de Florencia por problemas políticos. Dicha
composición se prolongó hasta 1319; prácticamente, doce años se dedicó Dante a
escribir esta obra, de allí que Jorge Luis Borges haya considerado a esta
epopeya religiosa como la obra más perfecta de la humanidad.
El primer punto que debemos destacar es
el carácter alegórico de la composición. Por ejemplo la presencia del número 3,
que simboliza la Santísima Trinidad (tres son los reinos que visita Dante, tres
las fieras que se aparecen en la Selva oscura, tres los rostros de Lucifer, la
estrofa utilizada es el terceto) Otro punto que debemos señalar es la finalidad
religiosa de la obra: Dante escribe La Divina Comedia para inducir a la
humanidad a apartarse del pecado y optar por el camino de la virtud, el fin
trascendental de esta epopeya es orientar a los cristianos para conducirlos por
el camino del bien.
En la obra, Dante finge hacer un viaje
imaginario, que se inicia la noche del viernes santo del 8 de abril de 1300
(cuando el poeta tiene 35 años), comenzando su peregrinación por el infierno,
el Purgatorio y el Paraíso.
El Infierno.- Tiene el poeta 35 años
cuando finge encontrarse perdido en medio de una selva oscura (pecado), llena
de tupidos árboles que le hacen perder la ruta, aquella de la virtud y la fe.
El primer terceto con que se inicia la obra es el siguiente:
“En medio del camino de la vida.
errante me encontré por selva oscura,
en que la recta vía era perdida” .
Después de muchas horas de
angustia, ve a lo lejos la primera luz del alba sobre una colina cercana que
representa la vida virtuosa. Se dirige hacia ella, pero le obstruyen el camino
tres bestias feroces, un león (soberbia), una loba (avaricia) y una pantera
(lujuria). Estos vicios le impiden al hombre salir del pecado y tomar el camino
de la virtud. Sin embargo, se le presenta la sombra de Virgilio (enviado por
Beatriz), el poeta latino que simboliza la razón humana, y le comunica que le
va a servir de guía, pero que para salir de esta selva oscura (pecado), primero
tiene que atravesar el infierno, después el purgatorio para finalmente llegar
al paraíso. Y es así como inician su viaje por los reinos de ultratumba. El
primer reino que visitan es el infierno, que Dante imagina como un inmenso cono
invertido, que va desde la superficie del hemisferio septentrional hasta tocar
con el vértice del centro de la tierra donde se encuentra Lucifer. Al
ingresar Dante al infierno, lee sobre las puertas de este primer reino la
siguiente inscripción:
“Por mí, se va a la ciudad doliente
por mí se va al eterno tormento:
por mí se va tras la pérdida gente”
El infierno consta de un ante infierno y posteriormente de 9 círculos; el
primero de ellos es el limbo, en los cuatro siguientes se castigan a los
incontinentes (lujuriosos, golosos; avaros y pródigos; iracundos, indolentes,
soberbios y envidiosos). Al otro lado de la laguna del Estigia, se encuentra la
ciudad del Dite, donde son castigados los maliciosos (herejes, violentos,
fraudulentos y traidores) en los siguientes cuatro círculos del infierno y en
el centro de la tierra se encuentra Lucifer, considerado el más grande traidor
de la historia.
1. Ante infierno
Llamado “el vestíbulo de los cobardes”.
Aquí se encuentran los cobardes; aquellas personas que no se dignaron a hacer
el bien ni tampoco el mal. Los cobardes están condenados a correr eternamente
tras una bandera que no tiene ningún significado, hostigados incesantemente por
tábanos y avispas. Atravesando el ante-infierno, Dante llega a orillas del
Aqueronte (alimentado por las lágrimas del género humano). Para cruzar este
río, solicitan los servicios de Caronte, “el barquero de la muerte”, que
transporta a las almas pecadoras a la otra orilla del Aqueronte.
2. Círculo Primero: Limbo
2. Círculo Primero: Limbo
Después de atravesar el Aqueronte, Dante
se encuentra en el primer círculo del infierno, el Limbo, donde se hallan los
muertos sin bautismo (uno de ellos es Virgilio). No son sometidos a ninguna
pena material; pero están privados eternamente de la Beatitud.
3. Círculo Segundo: Lujuriosos
En el umbral del segundo círculo está
Minos, juez infernal, que escucha la confesión de las almas pecadoras y señala
el círculo a donde irán a parar, de acuerdo al pecado cometido, envolviendo la
cola a su cuerpo cuantas veces sean los círculos que debe descender el alma
penitente. Minos quiere impedir el ingreso a Dante, pero Virgilio le advierte
que el poeta es enviado por mandato divino.
Entre los lujuriosos que observa
Dante están Cleopatra, Helena, Dido, Aquiles, Paris y Tristán. Ellos son
empujados por un viento impetuoso de aquí para allá; representación magistral
del instinto que domina y arrastra la voluntad del hombre, haciéndoles perder
todo dominio sobre sí mismos. Este viento los empuja y revuelve; percutiéndolos
unos contra otros.
4. Círculo Tercero: Golosos
El guardián del tercer círculo es
Cerbero, el perro de las tres fauces siempre hambrientas. El pecado que se
castiga en este tercer círculo es la gula (exceso en el comer y beber). Los
golosos están condenados a engullir por toda la eternidad una mixtura
repugnante, formada por la lluvia negra que ellos reciben y el fango producido
por la tierra.
5. Círculo Cuarto: Avaros y Pródigos
El guardián del cuarto círculo es
Plutón, quien al divisar a Dante, intenta con vano esfuerzo detenerlo. Los
avaros y los pródigos durante la vida no pensaron sino en acumular dinero los
unos y en gastarlo desordenadamente los otros, ahora ambos están condenados a
empujarse recíprocamente enormes pesos con el pecho, gritando cada uno de
ellos: “¿por qué agarras?”, “¿por qué sueltas?".
6. Círculo Quinto: Iracundos e Indolentes, Soberbios y Envidiosos
La laguna de Estigia que circunda la ciudad de Dite a modo de defensa, es el lugar de pena reservado a los iracundos, que, continuamente, se golpean a sí mismos ensangrentándose, y a los indolentes que, como en la vida fueron contrarios a todo trabajo útil, tristes y tediosos, así ahora no hacen más que suspirar bajo aguas de la laguna. Más allá, cerca de la ciudad de Dite, se encuentran los soberbios y los envidiosos, cuyos castigos son parecidos a aquellos de los iracundos. Posteriormente Dante y Virgilio cruzan la laguna Estigia gracias el barquero Flegias. Llegan a las puertas de la ciudad de Dite, las cuales son abiertas por un ángel de Dios.
La laguna de Estigia que circunda la ciudad de Dite a modo de defensa, es el lugar de pena reservado a los iracundos, que, continuamente, se golpean a sí mismos ensangrentándose, y a los indolentes que, como en la vida fueron contrarios a todo trabajo útil, tristes y tediosos, así ahora no hacen más que suspirar bajo aguas de la laguna. Más allá, cerca de la ciudad de Dite, se encuentran los soberbios y los envidiosos, cuyos castigos son parecidos a aquellos de los iracundos. Posteriormente Dante y Virgilio cruzan la laguna Estigia gracias el barquero Flegias. Llegan a las puertas de la ciudad de Dite, las cuales son abiertas por un ángel de Dios.
7. Círculo Sexto: Herejes
Una vez en la ciudad de Dite, Dante y
Virgilio contemplan el sexto círculo donde son castigados los herejes, quienes
están dentro de sepulcros ardientes, con las tapas levantadas, formando una
corona de fuego alrededor de las murallas internas de la ciudad.
8. Círculo Séptimo: Violentos
El guardián del séptimo círculo es
el Minotauro, monstruo con cuerpo humano y cabeza de toro. Este séptimo círculo
está dividido en tres jirones. En el primer jirón, se encuentran los violentos
contra el prójimo (homicidas, devastadores de países, corsarios y ladrones de
caminos), quienes se hallan sumergidos en el Flegelonte, río de sangre
hirviente, vigilados y flechados por los centauros. En el segundo jirón, se
encuentran los violentos contra sí mismos (suicidas) quienes están convertidos
en árboles que son mordidos por negras perras hambrientas, provocándoles agudos
gritos de dolor. En el tercer jirón se encuentran los violentos contra Dios
(blasfemadores), quienes son expuestos a una continua lluvia de fuego.
9. Círculo Octavo: Fraudulentos
El guardián del octavo círculo es
Gerión, verdadera imagen del fraudulento; tiene la cara de hombre justo y
honesto pero el cuerpo de serpiente. El octavo círculo está divido en diez
fosas concéntricas, llamadas “Bolges” o sacos, donde son castigados los
fraudulentos.
10. Círculo Noveno: Traidores
En el noveno se encuentran
aquellos que despreciaron el calor del cariño: los traidores. Este
círculo está divido en cuatro fosas:
a) Fosa Caína, donde se encuentran los
que traicionaron a su sangre (parientes), quienes están congelados desde los
pies a la cabeza en la laguna Cocito.
b) Fosa Antenora, donde están los
traidores a la patria, quienes también se hallan congelados de los pies a la
cabeza.
c) Fosa Tolomea, que alberga a los
traidores a la amistad, los cuales, al igual que los anteriores
pecadores, también están sumergidos en el cocito.
d) Fosa Judeca, en donde se encuentran
los traidores a su amo y señor. En el centro de esta fosa se encuentra Lucifer,
quien tiene la mayor parte del cuerpo congelado; en vez de brazos tiene alas de
murciélago, su cabeza tiene tres rostros: uno de color rojo, que
representa el odio, en el cual mastica la cabeza de judas; el otro color
amarillo, que representa la impotencia, en donde mastica el cuerpo de Bruto, y
un último, color negro, que representa la ignorancia, en el cual mastica el
cuerpo de Casio.
Cuando Dante observa a Lucifer no puede
soportar tan horrible espectáculo y está a punto de desfallecer, Virgilio
aprovecha que Lucifer extiende las alas para cruzar hacia el otro lado. A lo
lejos, distinguen una montaña que emerge sobre el mar, representación alegórica
del purgatorio.
Debe tenerse en cuenta que el recorrido
de Dante por el infierno es en forma descendente, desde el pecado más leve
hasta el pecado más grave, simbolización magistral de la degradación del
hombre.
El Pulgatorio.- Dante y Virgilio han logrado salir de las
entrañas del infierno y ahora contemplan el Purgatorio, reino que Dante coloca
en una isla situada en las antípodas de Jerusalén.
Una isla en forma de montaña, en la cual
se pueden distinguir los círculos o colinas de los pecadores, en donde las
almas penitentes purifican sus espíritus a través del arrepentimiento. Este
segundo reino está también dividido como el infierno en nueve partes:
Antepurgatorio, los siete círculos y el Paraíso terrenal. El guardián del
Purgatorio es Marco Poncio Catón.
1. Antepurgatorio.- El primer lugar que
Dante y Virgilio visitan es el antepurgatorio, donde las almas llegan en una
barca impulsada por el ángel Nauta que viene desde el Tíber. Las almas del
Antepurgatorio pertenecen a aquellos que se arrepintieron del pecado a última
hora y su castigo consiste en tener que quedarse esperando al pie del Monte por
un tiempo más o menos largo. Después de haber atravesado el Antepurgatorio,
Dante y Virgilio se encuentran ante la Puerta del Purgatorio, delante de esta
puerta el poeta observa tres escalones que representan los grados teologales de
la penitencia, el primero de mármol blanco (arrepentimiento), el segundo, color
rosa (confesión) y el tercero, color rojo vivo (el ardor de la caridad y el
amor después de la confesión). Sobre el tercer escalón, está sentado el Ángel
Portero delante del cual Dante, postrándose y golpeándose el pecho, pide
misericordia para que le abra la puerta. Al ingresar al Purgatorio, un ángel
dibuja en la frente de Dante siete letras “p” (siete pecados capitales).
2. Círculo primero:
Soberbios
3. Círculo segundo:
Envidiosos
4. Círculo Tercero:
Iracundos
5. Círculo Cuarto:
Perezosos
6. Círculo Quinto:
Avaros y Pródigos
7. Círculo Sexto:
Golosos
8. Círculo Séptimo:
Lujuriosos
9. Paraíso Terrenal
El Paraiso.- Dante imagina el Paraíso
según el sistema cósmico de Ptolomeo, con un planeta al centro y nueve planetas
más girando a su alrededor.
Dante, junto a Beatriz, va a visitar
estos nueve planetas o cielos, en los cuales habitan los ángeles de Dios,
quienes gozan de la paz y beatitud que le otorga el Creador. Los diez planetas
que visita Dante son los siguientes:
1. Primer Planeta:
Luna.
2. Segundo Planeta:
Mercurio.
3. Tercer Planeta:
Venus.
4. Cuarto Planeta:
Sol.
5. Quinto Planeta:
Marte.
6. Sexto Planeta:
Júpiter.
7. Séptimo Planeta:
Saturno.
8. Octavo Planeta:
Cielo Estelar
9. Noveno Planeta:
Cristalino (Aquí Beatriz lo abandona y acude en su ayuda San Bernardo, quien lo
guía al Empíreo).
10. Décimo Planeta:
Empíreo.
Cabe señalar que el objeto de esta obra
fue el inducir a la humanidad a meditar más seriamente sobre el pecado y sobre
el modo de librarse de él, a fin de poder gozar de la paz del alma en la tierra
y ser digno de la beatitud en el cielo. Este epopeya fue denominada “Comedia”
por su autor, porque, como en las comedias, todo llega a feliz término: el
encuentro de Dante con Beatriz, y posteriormente, con Dios.
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