lunes, 3 de marzo de 2014

PEÑA HORADADA O PEÑA DEL DIABLO

La llamada Peña horadada o también llamada como la Piedra del diablo,  es otro de los puntos históricos y quizá uno de los más populares de Lima. Esta piedra se encuentra en la cuadra nueve del jirón Junín en el distrito de Barrios Altos.

La historia que encierra la susodicha ha sido comentada por cientos de limeños de antaño, y mucho menos pasó desapercibida por los oídos del reconocido Ricardo Palma, quien la añadió en su libro de “Las tradiciones peruanas”. Es gracias a este espacio que le da el “bibliotecario mendigo” que la Piedra de la Horadada sigue viva y vigente como uno de los lugares más misteriosos y curiosos del Centro Histórico de Lima.

Cuenta Ricardo Palma, que durante la colonia el diablo estaba merodeando y haciendo sus "diabluras" en los Barrios Altos cuando, caminando muy campante por el Jirón Junín, se encontró con que por el mismo jirón venía la Procesión de la Virgen del Carmen y por el Jr. Cangallo, de la Calle Rastro de la Huaquilla (donde hoy se encuentra la Maternidad de Lima), venía la procesión del Señor de los Milagros. El diablo se quedó paralizado ante tamaña demostración de fe y devoción religiosa de los limeños para sus Patrones, el Señor de los Milagros y la Virgen del Carmen, y encontrándose parado en la esquina del Jr. Junín con el Jr. Cangallo y no sabiendo que hacer, se da cuenta que tenía a su lado una peña grande que nunca había podido ser removida de su sitio, así que le hace un hueco a la peña y por allí se escapa hacia la otra calle. Una vez en la otra calle, el diablo, aliviado, lanzó un suspiro fenomenal que todo Lima pudo escucharlo. Desde allí las calles aquellas quedaron bautizadas, una como la Calle Peña Horadada y la otra como la Calle Suspiro.

De esta piedra se ha dicho mucho, pero hay  otra versión es que se  trataría de un oráculo preinca parte importante de una huaca. Sea como fuere, lo cierto es que pese a los años, décadas y siglos, y el desarrollo propio de una metrópoli como Lima, la piedra horadada no ha sido movida de su lugar y su origen continúa siendo un verdadero misterio para los historiadores y arqueólogos de la ciudad.

¿Pero como llego allí esa piedra?

La “Peña Horadada” habría sido traída de estribaciones andinas (probablemente del Valle del Chillón), pudiendo ser arrastrada por el río Chillón, Rímac u otro. Por su tamaño, peso y forma, esta roca no estuvo sujeta al transporte aluvial, proceso erosivo que sin duda la hubiese partido. Cuando esta piedra se situó en un lugar inerte, los pobladores del valle debieron verla distinta a todas las demás considerándola una rareza, la transportaron a un lugar donde se le rindiera culto, según el informe de la Sociedad Geofísica del Perú.

El material de la Peña Horadada es de grano diorita, roca de textura granular compuesta por fedespalto, es decir, minerales oscuros ferromagnésicos y menor cantidad de cuarzo. Esta podría tener varias decenas de millones de años, considerando que forma parte del denominado batolito de la costa. Para saber exactamente su edad se tendrían que hacer estudios fuera del país. La “Peña Horadada” era una huaca, la que permaneció en el oráculo del Rímac, importante centro ceremonial y de adoración de la Cultura Lima en el Siglo XII.

El imaginario popular, aun hoy le atribuye muchos más misterios, como sonidos en las madrugadas o ser el causante de muchos suicidios en el callejón del buque, muy cerca de allí.


En el otro lado de la Lima que hoy conocemos, en una más desconocida y oscura, abundan aquellos relatos que han reflejado en más de una ocasión, una mirada de estupor, miedo y asombro en sus oyentes. Una de estas anécdotas es la que guarda en una esquina de los Barrios Altos, la Piedra de la Horadada, la cual cuenta Ricardo Palma, fue usada por el mismísimo diablo para huir de las procesiones del Señor de los Milagros y la Virgen del Carmen allá por la Lima colonial.



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