miércoles, 13 de febrero de 2013

¿CIVILIZACIÓN EN LIMA SE INICIO HACE CINCO MIL AÑOS?


  Exámenes a vestigios de templo recién descubierto en la huaca El Paraíso confirmarían o descartarían hipótesis del sector Cultura.
Los resultados de exámenes científicos a los que serán sometidos los vestigios encontrados en el llamado Templo del Fuego, descubierto hace menos de un mes en el complejo arqueológico El Paraíso, en San Martín de Porres, determinarán si la civilización en Lima comenzó hace 5.000 años, es decir, 1.000 años antes de lo que actualmente se conoce..
“Aunque pasarán unos cinco meses para tener los resultados de las pruebas radiocarbónicas a los vestigios, principalmente semillas y productos marinos, creemos que este descubrimiento hará que se reescriba la historia de Lima”, señala Varón.
El templo recién descubierto está en el ala derecha de El Paraíso, complejo integrado por 10 edificios que en su momento se extendían por más de 50 hectáreas. El hallazgo se produjo durante los trabajos de ejecución del proyecto de investigación y puesta en valor de ese complejo, iniciados por el sector Cultura a fines del año pasado.
El Paraíso se ubica al lado de un valle bañado por el río Chillón, en una zona próxima a Ventanilla y Puente Piedra
Marco Guillén Hugo, arqueólogo responsable del proyecto, señala que el Templo del Fuego posee un área de 25 metros cuadrados, tenía muros de piedra con enlucido de barro fino y pintados de rojo, y un espacio para un fogón en el centro, elementos característicos del período precerámico tardío [de 2000 A..C. a 3000 A.C].
Esas señales –explica Guillén– también están en los complejos arqueológicos de Caral, en Supe, 200 km al norte de Lima; de Kotosh, en Huánuco; y de La Galgada, en Áncash; lugares donde surgieron las primeras sociedades complejas del Perú.
“Sabemos que debajo del Templo del Fuego hay otros dos más antiguos aun. Lo impactante de este descubrimiento es que retrocedería en mil años el tiempo en El Paraíso, que se había fechado como máximo en el año 2000 A.C.”, dice el arqueólogo.
“Permite, además, pensar que El Paraíso integró una red comercial y religiosa que alcanzaba a La Libertad, Áncash y Barranca. Es casi un horizonte nuevo, como después fueron los de Chavín o Wari”, resalta Guillén.
En el templo, los sacerdotes de entonces sentían que se comunicaban con sus dioses a través del humo que emanaba del fuego, explica el arqueólogo.
Varón destaca cómo la antigua gente de El Paraíso consumía productos de mar y tierra. Desde lo alto de un cerro cercano al complejo, se ve el mar chalaco.
Para la arqueóloga Ruth Shady, descubridora y encargada de la ciudadela Caral, el prestigio de esa civilización llegó a El Paraíso.
Es importante que el arqueólogo Guillén retome investigaciones en El Paraíso, por la dimensión y complejidad del sitio. Su reto es demostrar, con información científicamente sustentada, la gran antigüedad que plantea como hipótesis.

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