jueves, 21 de febrero de 2013

LA PULPERÍA DE LA ESQUINA DE MI CASA


Hasta los inicios del siglo XX la pulpería  era el establecimiento comercial  típico de las distintas regiones de Hispanoamérica  encontrándose ampliamente extendida desde centro América a los países del cono sur. Su origen data de mediados del siglo XVI, y proveía todo lo que entonces era indispensable para la vida cotidiana: comida, bebidas, velas (bujías o candelas), carbón, remedios y telas, entre otros.
También era el centro social de las clases humildes y medias de la población; allí se reunían los personajes típicos de cada región a conversar y enterarse de las novedades. Las pulperías eran lugares donde se podía tomar bebidas alcohólicas, se realizaban peleas de gallos, se jugaba a los dados, a los naipes, etc.
Los establecimientos eran una viva expresión de la cultura local, como en el caso rioplatense en donde solían contar con una o dos guitarras, para que los gauchos "guitarreasen" y cantasen o se organizaran payadas y bailes entre los parroquianos.
Existen tres teorías conocidas del término. El origen data de la época colonial y surge como una institución colonial junto con el estanco.
Para algunos autores, su significado se relaciona con el pulpo, siendo así que, según el inca Garcilaso de la Vega (cronista mestizo peruano del siglo XVI) se denominaban "pulperos" a los más pobres vendedores, porque alguna vez en la tienda de uno de ellos hallaron vendiéndose un pulpo. Otros autores sostienen que el nombre podría haberse originado en la creencia de que en estos establecimientos se vendía pulpo a la gallega. También se cree] que el nombre se origina en el hecho de que en estos locales se vendía pulpa de frutas.
Según Solórzano Pereira, en su obra "Política Indiana" publicada en 1647, la palabra derivaría de la bebida pulque que se elaboraba en México de las hojas del maguey, llamándose pulquería a la tienda donde la despachan. Esta teoría es considerada dudosa por filólogos como Daniel Granada y Alejandro Magariños Cervantes en su obra Vocabulario rioplatense razonado impresa en 1800 y en la que hacen referencia a la obra anterior del cronista Garcilaso de la Vega, que ya señalaba la existencia del término en la Lima de 1552.
Según esta teoría la palabra "pulpería" sería una mutación de la palabra pulpería, ya que en el México colonial los lugares donde se expendía el pulque recibían ese nombre y solían cumplir las mismas funciones que las pulperías sudamericanas. El hecho de que la palabra haya mutado de pulquería a pulpería se explica fácilmente: fuera de México, el pulque era casi desconocido o totalmente desconocido; en cambio, se conocía y se conoce la palabra pulpo, aunque casi ninguna "pulpería" haya nunca expendido pulpo, o en todo caso, pulpa de carne vacuna-.
Una tercera y muy dudosa teoría aduce que el término "pulpería" venía del hecho de que como estos locales comerciales tenían todo tipo de artículos, el encargado tenía que actuar con sus manos "como un pulpo" para manejar todos los pedidos que se le hacían. Esta teoría es la más improbable de todas.
Una cuarta teoría] de este término surge de la venta de varios artículos, al relacionar el uso de los varios artículos que vendían en estas instalaciones con los varios tentáculos del pulpo.
La existencia del pulperías en el Perú se encuentra documentada desde mediados del siglo XVI, existiendo en zonas tanto rurales como urbanas, en ellas se vendían toda clase de géneros pero se caracterizaban primordialmente por la venta de licores como vino, pisco, ron y otros aguardientes; el jurista Gaspar de Escalona y Agüero en su obra "Gazophilatium regium Peruvicum..." (publicada a mediados del siglo XVII) señalaba que "Pulperías son en el Perú, tiendas, mesones o tabernas donde se venden algunos mantenimientos, como son vino, pan, miel, queso, manteca, aceite, plátanos, velas y otras menudencias"1
En la Memoria que el virrey Juan de Mendoza y Llano, Marqués de Montesclaros, entregaba a su sucesor le recordaba que "También se prohíben por ordenanza las tabernas o bodegones en la ranchería de indios. Llamadlas acá pulperías."
A mediados del siglo XIX la pulpería era el típico establecimiento establecido por los inmigrantes italianos llegados al Perú, estas pulperías italianas abundaban en el Callao, Tacna, Moquegua, Arica y otras ciudades y villas del país. A principios del siglo XX el término quedo reducido para hacer referencia a los establecimientos de comercio minorista hasta que paulatinamente fue dejándose de lado por el de bodegas, almacenes, tiendas o casas de importación, y en el caso de las que vendían licores y comidas, restaurantes o bares.2
Aunque en algunos países de América del Sur el término ya no es tan común, en Centroamérica el término es muy actual y estos establecimientos se cuentan por miles, por ejemplo en Costa Rica hay unas 18 mil pulperías, en Guatemala 150 mil, Nicaragua 120 mil y otros se cuentan en varias decenas de mil como en Honduras. En el México DF existen más de 650 mil, Colombia 400 mil, Brasil 800 mil. Existen 3 tipos de Pulpería: La Pulpería de Mostrador, la Pulpería de Ventana y la de kiosko. En la primera existe un mostrador como barrera entre el pulpero y sus clientes. El Pulpero atiende y vende con sus manos sobre un mostrador. En la de ventana el pulpero atiende y vende a través de una ventana en una pared del local, muchas veces por motivos de seguridad. El kiosko es un establecimiento en un lugar público donde el cliente puede darle la vuelta y normalmente venden periódicos, flores, snacks, refrescos, cigarros, entre otros.
A comienzos del siglo XX el término pulpería fue cayendo en desuso en partes de América. La mayor parte de las pulperías en Argentina y Chile, por ejemplo, fue substituida por establecimientos con funciones parcialmente similares: los almacenes de ramos generales y los boliches.
En Centroamérica, en cambio, el término "pulpería" se sigue usando y es muy común para pequeños establecimientos o tiendas que venden bebidas, azúcar, cigarrillos, etc... Las pulperías se encuentran generalmente, pero no únicamente, en los barrios o vecindarios más pobres de las ciudades centroamericanas ya que venden artículos fraccionados, es decir, porciones muy pequeñas para su consumo diario; por ejemplo, se venden los cigarrillos por unidad.
Grandes cadenas de fabricantes de productos para el hogar se han dado cuenta del potencial de este tipo de comercio minorista y han desarrollado versiones más pequeñas de sus productos, destinando su venta en pulperías, como sobres de champú o acondicionador de 1 o 2 onzas entre otros

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