La persistencia de la crisis económica está forzando a muchos
inmigrantes afincados en la provincia a volver a sus países de origen, tal y
como se aprecia en el estudio del Instituto Nacional de Estadística (INE) sobre
las migraciones en 2010 y 2011.
Llama la atención el perfil de estos emigrantes, ya que en su
mayor parte se encuentran en edad laboral, oscilando entre los 27 y los 36
años. Esto viene a demostrar que la marcha tiene su fundamento en razones
económicas y de empleo, ya que los altos índices de desempleo obligan a muchos
inmigrantes a regresar a sus países de origen.
En el caso de los 5.249 emigrante a Sudamérica, la edad predominante es entre los 22 y los 40 años, incluyendo a un número importante de menores. Esto se atribuye a la marcha de familias enteras de la provincia malagueña a otros países. Algo parecido pasa con los que han optado por África como destino, pesando una franja de edad más concreta y en condiciones de iniciar su vida laboral o de consolidarla, con una preeminencia de emigrantes de entre 26 y 34 años.
En el caso de los 5.249 emigrante a Sudamérica, la edad predominante es entre los 22 y los 40 años, incluyendo a un número importante de menores. Esto se atribuye a la marcha de familias enteras de la provincia malagueña a otros países. Algo parecido pasa con los que han optado por África como destino, pesando una franja de edad más concreta y en condiciones de iniciar su vida laboral o de consolidarla, con una preeminencia de emigrantes de entre 26 y 34 años.
Llegaron con la alegría triste que produce emigrar a otro país y el corazón en vilo. El plan era buscar
trabajo a través de alguien más o menos conocido y salir adelante en un país lleno
de extranjeros con esa valentía algo suicida
a la que se aferran muchas personas cuando nada tienen que perder.
“Pero hace dos años se me acabó el trabajo y me quedé sin plata para el
alquiler…”
Desde el año 2000 hasta el año
2011, España paso de tener algo menos
de un millón de extranjeros a contabilizar casi seis, y se convirtió en
el segundo país del mundo (tras EE.UU, en recibir proporcionalmente más
inmigrantes y dando lugar a lo que algunos sociólogos llamaron “el sueño
español”. A saber: un lugar donde sobraba el trabajo, en el que se agasajaba a
los recién llegados con “la hipoteca de
bienvenida” y no tan racista como otros países más acostumbrados y, en este
sentido, más reacios a recibir a gente de fuera.
Sin embargo, desde el año 2010, la crisis económica se esta cobrando las
cabezas de los más débiles y obligando
casi a medio millón de extranjeros a abandonar España cada año, aunque paradójicamente,
otros 400.000 sigan viviendo y
protagonizando historias cargadas de épica
con un final muy desigual. Asi, mientras siguen llegando más rumanos, pakistaníes, marroquíes y chinos,
los sudamericanos se están volviendo a sus países de origen, hasta representar prácticamente
el 50% de las salidas.
“Vine como todos, por la falta de trabajo, por la bancarrota, porque
tuvimos un gobierno que mejor olvidar…”
“ Al principio, lo que me sorprendió fue que la gente era muy amable. La
notaba como sincera, no había ningún tipo de…Pero la cosa ha cambiado. No es lo
mismo. Ahora te empiezan a clasear (clasificar) y cuando dices que eres de un
país sudamericano, parece que caes mal, y te miran con desprecio…”
Una hondureña, aterrizó en España en el año 2011, cuando la crisis económica
ensuciaba las portadas de los periódicos. Ahora ella se regresa a su patria “Me
voy un poco mal, con un regusto amargo.
La prima que tengo aquí en España me pago el pasaje y me dijo que se lo
devolviera con lo que ganara, pero no le he podido reembolsar el dinero, así
que me voy con la deuda de 1.500 euros…”
Si se trata de hacer las maletas, en el 2009 se presentó la exposición
itinerante “Memoria gráfica de la
emigración española, en una de cuyas fotos estelares se observaba a un grupo de
trabajadores con la maleta de madera en el suelo a punto de emigrar a Bélgica
en el año 1957 o de huir del franquismo,
hacia México, Brasil o Argentina o simplemente de la pobreza como hicieron entre
1882 y 1930 un total de 3.297.312 españoles. Unas imágenes que contrastan con
los estereotipos xenófobos que circulan por España acerca de los inmigrantes –“nos
quitan el trabajo”, “hacen bajar los salarios”… por más que todos los
estudios realizados no sustentan las
leyendas urbanas.
Sin embargo, desde 2011 el Centro
de Investigaciones Sociológicas refleja un rechazo creciente a la presencia de
los extranjeros, hasta el punto de que casi el 60% de los españoles (siete
puntos más que el 2008) se muestra convencido de que los inmigrantes reciben
más de lo que aportan, acaparan las ayudas sociales y abusan de la sanidad
pública.
Muchos de los inmigrantes que vuelven
a sus países son un estorbo, incluso para sus familias.
En los últimos años muchas personas ha decidido hacer las maletas y
regresar a su país de origen, ya sea acogiéndose al Plan de Retorno Voluntario,
que el gobierno puso en marcha en 2009 y que incluye el pago de la prestación
de desempleo (Apre), o al denominado programa humanitario.
Otros inmigrantes, han decidido quedarse , entre otras cosas, porque están
mejor en España, incluso pasando penurias, que en la mayoría de sus países.
Entre las razones que citan los expertos para justificar esta situación, destaca el sentimiento de vergüenza que
representa para muchos de los inmigrantes de origen humilde, regresar a sus
pueblos con las manos vacías, después de que sus familias (para las ue son su única
esperanza) les costearan el viaje. ¿Los inmigrantes que se han ido volverán al
acabar la crisis?. Algunos trabajos de campo que se están haciendo en Sudamérica,
detectan que parte de la gente que ha regresado a sus países de origen,
muestran un arrepentimiento, ya que las cosas no les están yendo en sus países tan
bien como imaginaban.
Yo diría que la mayor parte de los que se han ido no volverán. Pero de
los que sí estoy seguro es de que vendrán otros
Si en la época de vacas gordas muchos inmigrantes tenían por costumbre de mandar dinero a su
país, ahora empieza a suceder lo contrario. Los expertos se refieren a este fenómeno
como “remesas inversas”. Es decir, que muchos para poder seguir pagando la hipoteca en
España, algunos inmigrantes (sobre todo sudamericanos) venden las propiedades
que tienen en sus países de origen o recurren a la ayuda de familiares para no
perder lo poco que tiene aquí.
“Siento la melancolía de quien está a punto de perder algo…Es fácil decir
que volveré, pero ahora mismo no puedo asegurarlo. Lo único que puedo decir es
que noto que está acabando un periodo de mi vida y que comienza otro…
No hay comentarios:
Publicar un comentario