Ciudad. Destinada a convertirse en sede del principal
Virreinato
colonial
de América del Sur, los españoles se instalaron en la ciudad
acompañados
de numerosos esclavos. En 1586 vivían en
Lima
aproximadamente
4,000 de ellos, 11,130 en 1614; 13,137 en 1619; y
posiblemente
hasta 20,000 en 1640. En 1790, al sumarse el número de
negros,
mulatos, quinterones, zambos y cuarterones (así se llamaban a
quienes
tenían un cuarto o un quinto de sangre negra), se llega a la
conclusión
que cerca del 45% de la población de Lima tenía
antecedentes
africanos.
La mayoría de los esclavos vivían dispersos en
la
ciudad, ubicados en callejones cerca de las mansiones y casones de
sus
amos, aunque poco a poco fueron surgiendo
barrios con una fuerte
concentración
negra. Barrios eso si ubicados en zonas
pobres y
marginales
al damero central de la ciudad.
Desde
esta época colonial demográficamente cumbre la población de
origen
africano muestra una tendencia histórica decreciente. Según el
Censo
de 1908 el número de personas que se identificaron como negros
en
la ciudad de Lima era de 6,763 personas, es decir menos del 5% de
la
población total. Esta disminución,
además, ocurrió paralela al
crecimiento del mestizo limeño y al surgimiento de la
cultura criolla
popular.
Varios expertos que han analizado este censo piensan que
dado
el contexto racista de la época, muchas personas de origen
afroperuano,
así como otras de origen indígena, prefirieron declararse
como
mestizos buscando una mayor aceptación social.
El mestizo, a
diferencia
del negro o el indio, constituye una categoría social mas
aceptada,
donde los limites étnicos son más borrosos y, por tanto, se
puede
esconder pasados no deseados.
En
el caso particular de la población afroperuana, el mestizaje parece
ser
una tendencia histórica de larga duración, aunque en un inicio
fuera
duramente combatida. En efecto, en 1536,
un edicto del cabildo
de
Lima penaba la unión entre negros e indias, amenazando con
castigar
a quienes infringieran la norma: al negro se le castraba y a la
india
se le cortaba las orejas. Sin embargo,
negros e indios son las
etnias
que más se han mezclado. Al respecto, el
historiador Jesús
Cosamalón
en un excelente libro recientemente publicado muestra que
entre
1795 y 1820, en los parroquias con mayor concentración de
población
negra e india como San Lázaro (Rímac) y Santa Ana (Barrios
Altos),
los matrimonios entre negros e indias es bastante significativo y,
sobre
todo, una relación fácilmente aceptada.
Como dice Cosamalón la
experiencia
de la vivencia cotidiana en un mismo barrio habría
facilitado
grandemente este tipo de uniones inter-étnicas. A inicios
del
siglo XX, Susan Stokes trabajando con
datos censales muestra que
este
tipo de mestizaje continua. Así, entre
1908 y 1931, solo el 59% de
los
matrimonios de hombres negros era con mujeres de su mismo grupo
étnico,
mientras que el 79% de los matrimonios de mujeres negras era
con
hombres negros.
Hemos
dicho que los afroperuanos vivían dispersos en la ciudad, pero
que
también se concentraban en unos cuantos barrios ubicados en
zonas
eminentemente populares. Barrios que
quedaban sobre todo en
los
distritos 5 y 6 que corresponden a Barrios Altos, el distrito 8 que
corresponde
a La Victoria, y la parte del distrito 9 que corresponde al
barrio
de Malambo en el Rímac. Según estudios
de la época, estos eran
lugares
pobres, hacinados, insalubres y con la mayor concentración de
callejones
y viviendas de vecindad de toda la ciudad.
Por ejemplo, en
los
distritos 5, 8, y 9 el número de habitantes por callejón eran de 50,
48,
y 41 personas respectivamente, la mayoría de los cuales no
contaban
con servicios de agua potable ni desagüe.
Igualmente estos
eran
los distritos con mayor mortalidad por tuberculosis, gripe y fiebre
tifoidea.
El
barrio entendido como el espacio local de socialización inmediata
tuvo
un papel central en la definición de la identidad de los limeños. En
una
ciudad multiétnica y gobernadas por rígidos criterios de
diferenciación
social, el barrio creó vínculos y una serie de significados
comunes
basados en la convivencia cotidiana, que sirvieron para unir
fuertemente
a los habitantes con el entorno urbano en el que se
encontraban
sus viviendas. Estas identidades
barriales, sin embargo,
estaban
teñidas por condiciones de vida desfavorables que les daban la
condición
de pobres, pero también por contenidos culturales específicos
que
les proveían de una identidad local propia.
En
este sentido los barrios “negros” de Lima eran demográficamente
heterogéneos,
es decir en ellos convivían afroperuanos, mestizos,
indígenas,
y miembros de otros grupos étnicos, pero eran considerados
“negros”
porque el áurea y los significados que los caracterizaban están
fuertemente
impregnados por la cultura afroperuana.
Estos
barrios, a inicios de siglo, estaban ubicados cerca o en los
alrededores
de alguna iglesia o parroquia de origen colonial. La
parroquia
tenía la importancia de registrar los eventos centrales de la
vida
de los vecinos: bautizos, bodas y defunciones, pero también apoyar
en
las celebraciones religiosas y festivas de numerosas hermandades y
cofradías
que se organizaban en callejones y solares. Igualmente estas
parroquias
contaban con una pequeña plazuela que cumplía el papel de
espacio
público donde ocurría buena parte de la socialización callejera
de
los vecinos. Las fronteras entre un
barrio y otro se establecían por
lo
general en ciertas esquinas, chinganas o pulperías que tenían un
valor
simbólico limítrofe en la vida cotidiana de sus pobladores. En
algunos
barrios, la esquina fue lugar de reuniones sociales o
intercambio
comercial, en otros servía como referencia de ciertas calles,
y
en barrios alejados del centro de la ciudad sinónimo de peligro y
criminalidad.
Una
parte importante de la vida del barrio transcurría al interior de
pulperías
y chinganas donde individuos de todos los grupos étnicos se
reunían
para tomar y divertirse, creándose múltiples vínculos e
interrelaciones. En 1846 la población afroperuana aparece como
propietaria
del 45% de todas las chinganas registradas en la ciudad y
del
20% de las pulperías. El hecho que
hubieran afroperuanos
propietarios
de estos locales revela que un buen número de esclavos
había
logrado su libertad o cierta capacidad de ahorro que les permitió
poner
negocios organizados a partir de la cocina, el baile, y la diversión.
Es
interesante, además, anotar que la palabra chingana no tiene origen
afroperuano
sino quechua y significa “cueva oscura”, lo cual parece
indicar
ciertas características que habrían tenido estos locales.
MALAMBO.-
Uno de los barrios “negros” de Lima más importantes es Malambo.
Según
un breve pero importante artículo de Luis Tejada, Malambo es un
barrio
negro de origen colonial.
La
primera construcción habida en la zona fue una cárcel de esclavos, luego fue
recinto del primer basurero de Lima. Más tarde, se establece un hospital para
leprosos y una
parroquia
adjunta llamada San Lázaro (1563). En
1716 se crea en este
mismo
lugar el hospicio de ciegos, mancos y tullidos.
Poco después
alrededor
de estas construcciones se formó un arrabal habitado por
familias
negras, mulatas, indios yungas, ciegos, mancos, leprosos, y
tullidos. Durante las primeras décadas del siglo XX se
contabilizaron
en
Malambo 44 callejones entre lo que hoy es las cuadras 4 y 5 del
actual
jirón Francisco Pizarro, y donde habitaban un total de 4,560
personas.
Malambo se caracterizaba por combinar un profundo
sentido
religioso expresado en sus innumerables cofradías como por las
fiestas
y el ambiente festivo de sus jaranas.
Fiesta y religión siempre
han
ido de la mano en los barrios de pobres de Lima. La mayor parte
de
los callejones de Malambo tenían su propio Santo Patrón y una fiesta
anual
que los identificaba, como la Virgen de Fátima, Santo Domingo,
La
Cruz, San José, Santa Rosa, Santa Eufemia, Corazón de Jesús, la
Virgen
del Carmen, San Antonio, etc. Los
habitantes de Malambo,
también
conocidos como los malambinos, eran maestros en el baile, la
música,
y la cocina. Como vivían en reducidos
callejones se
acostumbraba
a tomar las calles , la plazuela de San Lázaro u otros
espacios
públicos para convertirlos en lugar de representaciones
festivas
donde el humor, la sátira, y la risa siempre estaban presentes.
La
cercanía de Malambo con la Pampa de Amancaes, escenario todos
los
24 de junio de las famosas fiestas de San Juan, y a la cual asistían
personas
de todo Lima, ayudó a consolidar el prestigio festivo de los
malambinos, Más aun cuando en 1922 desde este lugar salió
una
cuadrilla
de negros bailando el “Son de los diablos”, para irrumpir en
los
carnavales del Presidente Leguía, rompiendo el programa oficial y
poniéndose
a danzar alrededor del rey carnavalón.
En
las chinganas de Malambo se comían frituras, muchas de ellas preparadas con
vísceras,
chanfainita y dulces como el frijol colao o el posteriormente
famoso
turrón de Doña Pepa.
Pero
en Malambo no todo era diversión también hubo organización
obrera
y protesta social. En el barrio
existieron cuatro o cinco
panaderías
grandes que abastecían la ciudad y donde se concentraban
obreros
y artesanos panaderos. A inicios del
siglo XX, con los impulsos
de
industrialización temprana que vivió la ciudad, se ubicó en el lugar
la
fábrica textil El Inca, la cual reclutó como obreros un número
significativo
de pobladores del barrio. Pronto se
desarrollaría en el
lugar
la organización obrera, el activismo sindical,
las huelgas y las
protestas. En diciembre de 1918, en un callejón de
Malambo, se formó
el
comité de huelga Vitarte-El Inca que como sabemos inició la histórica
lucha
por las 8 horas, el más importante movimiento reivindicativo de la
clase
obrera peruana de inicios del siglo XX.
En Malambo también
funcionó
una biblioteca obrera dirigida por anarcosindicalistas y una
imprenta
llamada “Proletaria”, la cual imprimió buena parte de los
principales
periódicos obreros de la época.
Hola
ResponderEliminar¿Me puedes enviar la bibliografía desde la cual obtuviste esta información? Está muy interesante!
Saludos
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarHola, me interesa mucho la historia afroperuana, sobre todo, la historia de Malambo... ¿podrías recomendarme bibliografía al respecto? e, incluso, prestarme la que usaste para esta entreda... ¡Te agradecería! Mi mail es kimttqb@gmail.com .
ResponderEliminarEstimado Peruano:
ResponderEliminarI-Como esta tan lejos y al parecer,forma parte de lo que llama "afroperuano",siento decirle que no existe tal "afro" sino que todos somos peruanos mas o menos oscuros o blancos según sea su mestizaje,determinados fenotipos,podrian darlugar al equivoco asi como un sentimiento reivindicatorio,pero todo lo negroide que se puede ver ahora es obra de Victoria Sta Cruz en los 70 y la Chalena Vasquez luego, en cuanto a la música y literaria y su hermano Nicomedes que mas influido por lo hispano (la decima es un campo poético muy castizo) hasta creo su propio lenguaje que lo hizo pasar por general y hasta tomo palabras del quechua como cumanana, chingana, etc dándoles un barniz negroide y afro aunque Victoria nunca acepto estas intromisiones. Desde la colonia sea por una medida de supervivencia,los negros que ya se habían aclimatado en Cartagena y el Caribe y en la margen atlántica del Brasil,llegaron al Peru en gran número pero en cantidades pequeñas de cada etnia (provenientes en su mayoria del borde oriental de Africa donde las rivalidades étnicas eran enormes) y se plegaron a la etnia dominante que eran los españoles blancos,llegando a desarrollar vinculos afectivos muy grandes especialmente en ciudades adoptando todo lo de esta etnia y se olvidaron de lo suyo (inluyendo medicina tradicional,dioses y religión(ni siquiera se dio sincretismo como en Cuba),hasta su habla se perdió)en las zonas rurales,eran los protegidos del amo que cuidaba su patrimonio,pues valían dinero,(eran objetos) y vigilaban la mano de obra autoctona.Es mas la devoción al Señor de los milagros,no fue originalmente de ellos sino de un indio,que revivio la figura de Pachacamac,pero los españoles viendo que eso podria llegar a ser una fuerte idolatria, la atribuyeron a los negros de quienes tenian fidelidad.Por causa del racismo implícito o demostrado, es que tanto Bolivar como Palma escondieron sus ancestros negros Es mas ahora que hay un auge del "Feminismo" también se quiere reivindicar lo afro pero de una forma que solo beneficia a las cúpulas y a las personas que logran sobresalir en su ambiente mientras que el gran pueblo negro no tiene nada de estas satisfacciones.es mas en la musica se esta adoptando modismos del habla propia del caribe como la introducción de"sabroso",termino nunca utilizado por aquí.
II-Volviendo a Malambo,este no es un término o vocablo que no es afro sino designa a una especie de árbol de origen cubano o sea americano,que estaban plantados en dicha avenida desde tiempos antiguos,sea por el clima al que no se acostumbraron al clima o por modas edilicias(lo mas probable)a psrtir del Siglo XX fueron reemplazados por los ficus nítida de lento crecimiento pero frondoso, formaron como un tunel verdoso y umbrío que daba una grata sombra a la zona humilde.alsembrarse en 1924 en la calle que iba desde la plaza dos de mayo hasta la Pampilla,la gente acostumbro a denominar a ese tramo Malambito por recordarle el Malambo rimense.desgraciadamente un alcald de ignata memria,talo esos arboles en los 60 para ampliar la avenida,pero no previo que el trafico iba a disminuir en lugar de aumentar y quedo esa zona como un baldio de cemento caliente en verano y que alejo a los pocos negocios que iban instalándose en la zona y cuyo nombre no se debio a ningun barrio de negros,ya que el único callejón tenia su entrada por Angaraes y San martin y no era de negros.
ResponderEliminariii y fin -Comprendo que la demanda de notoriedad de la gente negra sea comprensible,pero lo cierto es que en la actualidad no existe nada de "afro" sino de peruanidad total y los negros, aparte de su alegría innata,no hay ninguna contribución al espectro social peruano actual y mas bien toda maniobra de reivindicacion ocasionaría un sentimiento de exclusion doble,por un lado de los negros que se sentirían formando un grupo aparte y del resto de pobladores (incluyendo muchos con sangre negra pero blanqueados)que los aislarían y no permitirían (salvo tengan mucho dinero,este blanquea mucho)ni los admitirían como iguales sino rarezas folklòricas o con algunas cualidades fisicas amatorias propias de la raza como señala el cuento "Matalache" En fin no hay nada de "afro" pues ni siquiera en los pueblos negros como El Carmen o san Javier al sur o Salas al norte hay algo que antropológicamente o socialmente identifique al negro como afro.ya perdieron todo lo suyo, sus dioses, creencias, cuidado de la salud,mitos,etc.el lenguaje como lo demuestra Martinez es solo un castellano mal hablado y asi todo. Mal hacen quienes quieren crear un grupo exclusivo basado en el color de la piel y otros atributos fenotípicos cuando todos debemos tender a ser una sola nación. Disculpe la extension del comentario pero me estoy contagiando de lo que se aplica vulgarmente a la gente negra.
ResponderEliminarMuy bien q se haya explayado amigo compatriota pero su inquietud cada vez se cumple más... Somos todos ya Peruanos sin distinción apreciando y respetando toda influencia...
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