La primera referencia documental de su existencia se remonta al año 1145,
cuando Alfonso VII dono al monasterio de San Pelayo “la tercera parte del
portazgo de Olloniego. La Catedral y el Monasterio de Santa María de la Vega se
llevaban las otras dos partes.
Durante siglos fue una zona de paso obligada entre cuantos querían llegar
desde Castilla al centro de Asturias, tanto para comerciantes y artesanos, como
para los peregrinos que se dirigían a San Salvador y a Santiago de Compostela.
El Conjunto de Olloniego está configurado por diversos
elementos que fueron surgiendo paulatinamente alrededor de un manantial natural
ubicado al borde del antiguo camino de Castilla. El conjunto lo constituyen la Capilla, Puente, Palacio y Torre de Muñiz. El
valor singular de este Conjunto viene determinado por ser un complejo de edificaciones
con origen medieval en el que se reúne una obra religiosa, una obra civil y una
obra de ingeniería, vinculadas a un camino y a un manantial natural.
Los elementos que componen el denominado Conjunto de
Olloniego son: El Puente Viejo;
puente medieval destruido en el siglo XVII, constaba de cinco arcos de distinta altura. Fue
antiguo camino hacia la Meseta. En la actualidad presenta tres arcos, algo más
apuntado el del centro, fue posiblemente trazado en el siglo XIV para salvar el
paso del río Nalón que el siglo XVIII alteró su curso
dejando en seco esta construcción. Actualmente
está fuera del cauce debido al desvío del río Nalón,
producido en 1676 a raíz de una crecida.
El puente a lo largo de la historia objeto de un
intento de control. No en vano la Torre de Muñíz, parte del conjunto monumental, se edificó
en el Siglo XIV para vigilar el puente,
donde se cobraba por el paso. La torre de estructura redonda, fue un enclave
fundamental dentro de la red de fortificaciones asturianas.
El Palacio, tiene su origen en esta torre circular de
carácter defensivo, levantada en el siglo XIV, pero la mayor parte de lo que hoy conocemos
corresponde al siglo XVI, época en la que la torre defensiva
se transforma en palacio. Esta construcción tendrá distintas ampliaciones hasta
la definitiva en el siglo XVIII.
Los restos del Castillo
de Tudela, edificado
por Alfonso III el Magno. Está situado en La Focara aunque
pertenece a la parroquia asturiana de Santianes, en el concejo de Oviedo (España). Fue cedido al Obispado por Alfonso VII de Castilla, fue mandado destruir en el siglo XIV.
El castillo de Tudela, que debe su
nombre a la función de tutela que ejercía como protector de la Corte de la
monarquía asturiana, conserva hoy parte de lo que fue el triple torreón que lo
coronaba, así como importantes restos de las estructuras que sirvieron de lugar
de habitación para quienes en diferentes etapas fueron los señores de tan
insigne lugar. La presencia de los muros que a pesar del abandono han
conseguido mantenerse en pie exige sin embargo un ejercicio de buena voluntad
por parte del visitante, que ha de hacer el esfuerzo de intuir sus restos bajo
la abundante vegetación que los ha colonizado.
Lo más visible de esta fortaleza medieval, contra la que no pudieron los ejércitos pero sí la hiedra y el abandono de las administraciones, forma parte de uno de los tres torreones que enarboló en la Edad Media. Hoy es una especie de dedo de unos cinco metros de altura que apunta al cielo demostrando que aún es capaz de resistir los envites del tiempo y del olvido. Rebuscando entre la maleza que invade la parte más alta de la fortaleza se pueden comprobar las dimensiones y la potencia de sus muros, en su mayoría restos de los siglos XIV y XV hoy tapizados por el terreno. Alrededor de la construcción central todavía se conservan importantes vestigios de las tres murallas defensivas y otros tantos fosos con las que contó durante una buena parte de su historia.
Conocido en la historiografía asturiana por ser mencionado en la crónica de Sampiro como uno de los principales castillos construidos por Alfonso III, a finales del siglo IX, junto a los de Oviedo, Gozón, Alba, Gordón y Luna, entre otros, su historia está repleta de acontecimientos siempre relacionados con su asentamiento estratégico como defensa del Nalón y control del camino entre Oviedo y Castilla. Fue precisamente esa posición la que le hizo ser siempre codiciado por los distintos poderes feudales, el rey, la aristocracia regional y el Obispado ovetense. Cuenta Avelino Gutiérrez, profesor de Arqueología de la Universidad de Oviedo y buen conocedor de las fortalezas defensivas asturianas, que el castillo tuvo un momento importante entre los siglos XIII y XIV, cuando el Obispado de Oviedo lo tenía subarrendado a una familia de nobles que asaltaban a los mercaderes del camino del Padrún. «Un documento que se conserva en el archivo municipal recoge la queja de los mercaderes denunciando que cuando van hacia León les roban las pixotas y a la vuelta el dinero».
En el año 1965 se le declaro Monumento histórico artístico, los estudios indican que su construcción se realizó sobre las ruinas primitivas de un castro prerromano. Levantada sobre un castro prerromano. La fortaleza de Tudela (Olloniego) está documentada desde el siglo IX. Fue uno de los principales castillos construidos por Alfonso III a finales del siglo IX. Sería más tarde durante el reinado de Alfonso III cuando afrontó su mayor reestructuración antes de que Juan I ordenara su destrucción en el año 1383. La fortaleza es hoy un montículo formado por sus propios restos envueltos en maleza - El enclave tuvo un protagonismo constante durante la Edad Media por su emplazamiento de dominio del área central y el paso a León
Lo más visible de esta fortaleza medieval, contra la que no pudieron los ejércitos pero sí la hiedra y el abandono de las administraciones, forma parte de uno de los tres torreones que enarboló en la Edad Media. Hoy es una especie de dedo de unos cinco metros de altura que apunta al cielo demostrando que aún es capaz de resistir los envites del tiempo y del olvido. Rebuscando entre la maleza que invade la parte más alta de la fortaleza se pueden comprobar las dimensiones y la potencia de sus muros, en su mayoría restos de los siglos XIV y XV hoy tapizados por el terreno. Alrededor de la construcción central todavía se conservan importantes vestigios de las tres murallas defensivas y otros tantos fosos con las que contó durante una buena parte de su historia.
Conocido en la historiografía asturiana por ser mencionado en la crónica de Sampiro como uno de los principales castillos construidos por Alfonso III, a finales del siglo IX, junto a los de Oviedo, Gozón, Alba, Gordón y Luna, entre otros, su historia está repleta de acontecimientos siempre relacionados con su asentamiento estratégico como defensa del Nalón y control del camino entre Oviedo y Castilla. Fue precisamente esa posición la que le hizo ser siempre codiciado por los distintos poderes feudales, el rey, la aristocracia regional y el Obispado ovetense. Cuenta Avelino Gutiérrez, profesor de Arqueología de la Universidad de Oviedo y buen conocedor de las fortalezas defensivas asturianas, que el castillo tuvo un momento importante entre los siglos XIII y XIV, cuando el Obispado de Oviedo lo tenía subarrendado a una familia de nobles que asaltaban a los mercaderes del camino del Padrún. «Un documento que se conserva en el archivo municipal recoge la queja de los mercaderes denunciando que cuando van hacia León les roban las pixotas y a la vuelta el dinero».
En el año 1965 se le declaro Monumento histórico artístico, los estudios indican que su construcción se realizó sobre las ruinas primitivas de un castro prerromano. Levantada sobre un castro prerromano. La fortaleza de Tudela (Olloniego) está documentada desde el siglo IX. Fue uno de los principales castillos construidos por Alfonso III a finales del siglo IX. Sería más tarde durante el reinado de Alfonso III cuando afrontó su mayor reestructuración antes de que Juan I ordenara su destrucción en el año 1383. La fortaleza es hoy un montículo formado por sus propios restos envueltos en maleza - El enclave tuvo un protagonismo constante durante la Edad Media por su emplazamiento de dominio del área central y el paso a León
Fue defensa inexpugnable
para la protección de Oviedo desde época romana, el castillo de Tudela se alza
sobre el barrio de la Focara, en Olloniego, un paraje que domina buena parte de
los accesos a la capital con el Aramo al fondo y el Padrún a tiro de piedra.
El que fuera testigo estratégico de la sucesión de hechos históricos que dieron a esta parte de la geografía asturiana la identidad que hoy exhibe es, en estos momentos, una ruina arqueológica que aún conserva restos del porte y la presencia que lo distinguió en otro tiempo. El volumen de sus estructuras permitía en la Edad Media reconocerlo desde puntos tan alejados como La Carisa, un emplazamiento con el que los historiadores no descartan que hubiera estado en conexión.
Tuvo un protagonismo constante durante la Edad Media por su emplazamiento estratégico en el dominio del área central y el control del paso entre Asturias y Castilla.
Atalaya en el camino principal de Oviedo, fue el principal protector de la corte durante la etapa de la monarquía asturiana. De ese momento y de la tutela que ejerció de la capital se cree que viene el nombre de Tudela.
Testigo de numerosos episodios durante la Edad Media, fue mandado destruir por Juan I en 1383.
El que fuera testigo estratégico de la sucesión de hechos históricos que dieron a esta parte de la geografía asturiana la identidad que hoy exhibe es, en estos momentos, una ruina arqueológica que aún conserva restos del porte y la presencia que lo distinguió en otro tiempo. El volumen de sus estructuras permitía en la Edad Media reconocerlo desde puntos tan alejados como La Carisa, un emplazamiento con el que los historiadores no descartan que hubiera estado en conexión.
Tuvo un protagonismo constante durante la Edad Media por su emplazamiento estratégico en el dominio del área central y el control del paso entre Asturias y Castilla.
Atalaya en el camino principal de Oviedo, fue el principal protector de la corte durante la etapa de la monarquía asturiana. De ese momento y de la tutela que ejerció de la capital se cree que viene el nombre de Tudela.
Testigo de numerosos episodios durante la Edad Media, fue mandado destruir por Juan I en 1383.
En términos de esta parroquia se han encontrado
asentamientos prehistóricos como el castro de El Pico Castiello, situado junto
al antiguo Castillo de Tudela.
Se trata de una fortaleza levantada sobre las
ruinas primitivas de un castro prerrománico. Hay referencia a él
en documentos del alto medievo (siglo IX, época de Ordoño I).Fue demolido por Juan I en el año 1383 y después Alfonso III tomó la iniciativa de su
reconstrucción dada su vital importancia estratégica como defensa del Nalón en
este valle y control de paso (uno de los más importantes entre Asturias y
Castilla). Ocurrieron en él diversos
episodios, desde levantamientos, como el de Gonzalo Pelaez contra Alfonso VII
(año 1132) hasta las guerras civiles que enfrentaron a Pedro I con el Infante
Don Enrique (siglo XIV).
Lo
conservado en la actualidad responde desde el punto de vista constructivo a los siglo XIII y XIV, y se limita prácticamente a los restos del torreón. También se aprecian las líneas del doble foso que lo
rodeaba. El castillo fue propiedad de Gonzalo Peláez junto con los de Gozón, Buanga, Proaza, Alba de
Quirós, Luna y Aguilar.
Iglesia de San Pelayo, recogida en el Inventario del
Patrimonio Arquitectónico de Asturias, que a principios del siglo pasado estaba
intacta. Ahora solo queda en pie un ábside románico que forma parte de la
capilla del cementerio.
Restos del Hospital
de Peregrinos de Olloniego, de finales del siglo XVIII, junto con los de Pola de Lena, Castiello, Villayana, Mieres y otros
ayudó a formar una cadena de hospitales entre Pajares y Oviedo, está situado en el Barrio de La Plazuela y
hoy en día está convertido en vivienda.
La Capilla, es la construcción de mayor
antigüedad del Conjunto, quizás con origen de época prerrománica, aunque la
obra actual es una construcción del siglo XVI con remodelaciones
riana, conserva hoy parte de lo que fue el triple torreón que lo
coronaba, así como importantes restos de las estructuras que sirvieron de lugar
de habitación para quienes en diferentes etapas fueron los señores de tan
insigne lugar. La presencia de los muros que a pesar del abandono han
conseguido mantenerse en pie exige sin embargo un ejercicio de buena voluntad
por parte del visitante, que ha de hacer el esfuerzo de intuir sus restos bajo
la abundante vegetación que los ha colonizado. Lo más visible de esta fortaleza medieval, contra la que no pudieron los ejércitos pero sí la hiedra y el abandono de las administraciones, forma parte de uno de los tres torreones que enarboló en la Edad Media. Hoy es una especie de dedo de unos cinco metros de altura que apunta al cielo demostrando que aún es capaz de resistir los envites del tiempo y del olvido. Rebuscando entre la maleza que invade la parte más alta de la fortaleza se pueden comprobar las dimensiones y la potencia de sus muros, en su mayoría restos de los siglos XIV y XV hoy tapizados por el terreno. Alrededor de la construcción central todavía se conservan importantes vestigios de las tres murallas defensivas y otros tantos fosos con las que contó durante una buena parte de su historia.
Conocido en la historiografía asturiana por ser mencionado en la crónica de Sampiro como uno de los principales castillos construidos por Alfonso III, a finales del siglo IX, junto a los de Oviedo, Gozón, Alba, Gordón y Luna, entre otros, su historia está repleta de acontecimientos siempre relacionados con su asentamiento estratégico como defensa del Nalón y control del camino entre Oviedo y Castilla. Fue precisamente esa posición la que le hizo ser siempre codiciado por los distintos poderes feudales, el rey, la aristocracia regional y el Obispado ovetense. Cuenta Avelino Gutiérrez, profesor de Arqueología de la Universidad de Oviedo y buen conocedor de las fortalezas defensivas asturianas, que el castillo tuvo un momento importante entre los siglos XIII y XIV, cuando el Obispado de Oviedo lo tenía subarrendado a una familia de nobles que asaltaban a los mercaderes del camino del Padrún. «Un documento que se conserva en el archivo municipal recoge la queja de los mercaderes denunciando que cuando van hacia León les roban las pixotas y a la vuelta el dinero».
En el año 1965 se le declaro Monumento histórico artístico, los estudios indican que su construcción se realizó sobre las ruinas primitivas de un castro prerromano. Levantada sobre un castro prerromano. La fortaleza de Tudela (Olloniego) está documentada desde el siglo IX. Fue uno de los principales castillos construidos por Alfonso III a finales del siglo IX. Sería más tarde durante el reinado de Alfonso III cuando afrontó su mayor reestructuración antes de que Juan I ordenara su destrucción en el año 1383. La fortaleza es hoy un montículo formado por sus propios restos envueltos en maleza - El enclave tuvo un protagonismo constante durante la Edad Media por su emplazamiento de dominio del área central y el paso a León
Fue defensa inexpugnable
para la protección de Oviedo desde época romana, el castillo de Tudela se alza
sobre el barrio de la Focara, en Olloniego, un paraje que domina buena parte de
los accesos a la capital con el Aramo al fondo y el Padrún a tiro de piedra.
El que fuera testigo estratégico de la sucesión de hechos históricos que dieron a esta parte de la geografía asturiana la identidad que hoy exhibe es, en estos momentos, una ruina arqueológica que aún conserva restos del porte y la presencia que lo distinguió en otro tiempo. El volumen de sus estructuras permitía en la Edad Media reconocerlo desde puntos tan alejados como La Carisa, un emplazamiento con el que los historiadores no descartan que hubiera estado en conexión.
Tuvo un protagonismo constante durante la Edad Media por su emplazamiento estratégico en el dominio del área central y el control del paso entre Asturias y Castilla.
Atalaya en el camino principal de Oviedo, fue el principal protector de la corte durante la etapa de la monarquía asturiana. De ese momento y de la tutela que ejerció de la capital se cree que viene el nombre de Tudela.
Testigo de numerosos episodios durante la Edad Media, fue mandado destruir por Juan I en 1383.
El que fuera testigo estratégico de la sucesión de hechos históricos que dieron a esta parte de la geografía asturiana la identidad que hoy exhibe es, en estos momentos, una ruina arqueológica que aún conserva restos del porte y la presencia que lo distinguió en otro tiempo. El volumen de sus estructuras permitía en la Edad Media reconocerlo desde puntos tan alejados como La Carisa, un emplazamiento con el que los historiadores no descartan que hubiera estado en conexión.
Tuvo un protagonismo constante durante la Edad Media por su emplazamiento estratégico en el dominio del área central y el control del paso entre Asturias y Castilla.
Atalaya en el camino principal de Oviedo, fue el principal protector de la corte durante la etapa de la monarquía asturiana. De ese momento y de la tutela que ejerció de la capital se cree que viene el nombre de Tudela.
Testigo de numerosos episodios durante la Edad Media, fue mandado destruir por Juan I en 1383.
En términos de esta parroquia se han encontrado
asentamientos prehistóricos como el castro de El Pico Castiello, situado junto
al antiguo Castillo de Tudela.
Se trata de una fortaleza levantada sobre las
ruinas primitivas de un castro prerrománico. Hay referencia a él
en documentos del alto medievo (siglo IX, época de Ordoño I).Fue demolido por Juan I en el año 1383 y después Alfonso III tomó la iniciativa de su
reconstrucción dada su vital importancia estratégica como defensa del Nalón en
este valle y control de paso (uno de los más importantes entre Asturias y
Castilla). Ocurrieron en él diversos
episodios, desde levantamientos, como el de Gonzalo Pelaez contra Alfonso VII
(año 1132) hasta las guerras civiles que enfrentaron a Pedro I con el Infante
Don Enrique (siglo XIV).
Lo
conservado en la actualidad responde desde el punto de vista constructivo a los siglos XIII y XIV, y se limita prácticamente a los restos del torreón. También se aprecian las líneas del doble foso que lo
rodeaba. El castillo fue propiedad de Gonzalo Peléz junto con los de Gozón, Buanga, Proaza, Alba de
Quirós, Luna y Aguilar.
Iglesia de San Pelayo, recogida en el Inventario del
Patrimonio Arquitectónico de Asturias, que a principios del siglo pasado estaba
intacta. Ahora solo queda en pie un ábside románico que forma parte de la
capilla del cementerio.
Restos del Hospital
de Peregrinos de Olloniego, de finales del siglo XVIII, junto con los de Pola de Lena, Castiello, Villallana, Mieres, y otros
ayudó a formar una cadena de hospitales entre Pajarez y Oviedo, está situado en el Barrio de La Plazuela y
hoy en día está convertido en vivienda.
La Capilla, es la construcción de mayor
antigüedad del Conjunto, quizás con origen de época prerrománica, aunque la
obra actual es una construcción del siglo XIV, con remodelaciones.
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