En la historia del
Perú hay muchas cosas que se dejan de lado sin darles la importancia que, no
obstante, poseen. No pocas veces olvidamos personajes que en su momento fueron
quienes influenciaron el rumbo de nuestra ciudad y de nuestro naciente país. Uno
de ellos es don Gonzalo Taulichusco, hijo del último curaca de la Lima
prehispánica.
Existen 15 documentos que datan de los años 1552
y 1562 y que son de trascendente valor histórico, porque nos revelan aspectos
desconocidos sobre la vida del curaca de Lima don Gonzalo Taulichusco.
Taulichusco, como son su labor como regidor de indios y el otorgamiento de escrituras en las que, en representación de su pueblo, se ve en la necesidad imperiosa de vender terrenos de propiedad curacal para cumplir con las obligaciones que le eran impuestas por el nuevo orden.
Por ejemplo, la entrega de ocho solares a Juan de Pedraza, alguacil de la corte, por tan sólo 350 pesos.
Otras transacciones se sucedieron, muy probablemente, debido a la necesidad de pagar tributos. Taulichusco tenía que pagar treinta pesos de oro, más la entrega de especies y prestaciones personales, pero le era imposible por el poco número de indios que le quedaban desde la llegada de los españoles. A veces solía realizar préstamos, pero no siempre pudo obtenerlos, y tenía que vender las tierras.
Pero no todo fue expoliación ni exclusión. Por ejemplo, la demanda creciente de productos agrícolas por la ciudad originó un mercado de tierras que dio ganancias a los indios que alquilaban las que les quedaron.
Don Gonzalo no dominaba del todo el idioma castellano, pues siempre acude a todo acto valiéndose de un lengua (intérprete indio); y tampoco aprendió a firmar su nombre, pese a que existen tres documentos que lo probarían, pues, con estas excepciones, en los demás declara expresamente ante los escribanos no saberlo hacer.
Don Gonzalo, en defensa de sus derechos, sabe además litigar ante la Real Audiencia de Lima, no sólo contra los colonos españoles, sino contra otros indios aliados de éstos. En otras oportunidades acude al rey de España para lo mismo. El 17 de mayo de 1562, por él y en voz de sus indios y nacionales, apodera a Pedro de Avendaño, que va a España, para que pida ante los oficiales del Consejo de Indias cuanto en su favor y de su pueblo fuere de derecho.
El curaca de Lima, don Gonzalo Taulichusco, ordena su testamento el 29 de agosto de 1562 y ese mismo día su codicilo. Es enterrado en la capilla mayor de la iglesia de la Magdalena, en los terrenos que donó en 1557.
Taulichusco, como son su labor como regidor de indios y el otorgamiento de escrituras en las que, en representación de su pueblo, se ve en la necesidad imperiosa de vender terrenos de propiedad curacal para cumplir con las obligaciones que le eran impuestas por el nuevo orden.
Por ejemplo, la entrega de ocho solares a Juan de Pedraza, alguacil de la corte, por tan sólo 350 pesos.
Otras transacciones se sucedieron, muy probablemente, debido a la necesidad de pagar tributos. Taulichusco tenía que pagar treinta pesos de oro, más la entrega de especies y prestaciones personales, pero le era imposible por el poco número de indios que le quedaban desde la llegada de los españoles. A veces solía realizar préstamos, pero no siempre pudo obtenerlos, y tenía que vender las tierras.
Pero no todo fue expoliación ni exclusión. Por ejemplo, la demanda creciente de productos agrícolas por la ciudad originó un mercado de tierras que dio ganancias a los indios que alquilaban las que les quedaron.
Don Gonzalo no dominaba del todo el idioma castellano, pues siempre acude a todo acto valiéndose de un lengua (intérprete indio); y tampoco aprendió a firmar su nombre, pese a que existen tres documentos que lo probarían, pues, con estas excepciones, en los demás declara expresamente ante los escribanos no saberlo hacer.
Don Gonzalo, en defensa de sus derechos, sabe además litigar ante la Real Audiencia de Lima, no sólo contra los colonos españoles, sino contra otros indios aliados de éstos. En otras oportunidades acude al rey de España para lo mismo. El 17 de mayo de 1562, por él y en voz de sus indios y nacionales, apodera a Pedro de Avendaño, que va a España, para que pida ante los oficiales del Consejo de Indias cuanto en su favor y de su pueblo fuere de derecho.
El curaca de Lima, don Gonzalo Taulichusco, ordena su testamento el 29 de agosto de 1562 y ese mismo día su codicilo. Es enterrado en la capilla mayor de la iglesia de la Magdalena, en los terrenos que donó en 1557.
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