jueves, 30 de abril de 2015

EL CABELLO DE LAS MOMIAS REVELA QUE COMÍAN LOS ARACAS HACE 2.000 AÑOS

Hace 90 años, el arqueólogo peruano Julio C. Tello descubrió la cultura paracas. Bajo las arenas de la costa  central halló fardos, textiles, ceramios, entre otros objetos, en unas cavernas funerarias.
Dos años más tarde, el científico realizó un importante descubrimientos que hasta la actualidad aporta información sobre la vida de los habitantes de esta cultura pre inca que se desarrolló entre el 700 a.C y el 200 d.C.
En las denominadas Paracas-Necrópolis de Warikayán se hallaron 429 fardos. De todos ellos, solo se han abierto 149 para investigación científica.
Así, expertos  usaron modernas técnicas  en bioarqueología y biogeoquímica para conocer con precisión cómo era la alimentación de los Paracas.
El estudio, que se publicó en la revista “Journal of Archaelogical Science, se centró en el análisis del cabello de 14 momias halladas por Julio C. Tello. Dicho trabajo se realizó en los laboratorios  de la Universidad Estatal de Arizona en los Estados Unidos. Al estudiar finalmente la queratina del cabello, a nivel de átomos (isotopos estables de carbono y nitrógeno), esta reveló que semanas o meses antes de su fallecimiento esas personas habían  consumido principalmente productos obtenidos del Océano Pacífico, como pescados y mariscos y cultivos como el maíz y el frejol.
Pero también se encontró, por algunas variaciones, que no todos esos individuos consumían lo mismo.
Uno de los puntos  resaltantes de este trabajo es la característica del cabello de las momias, ya que a pesar de haber sido enterradas hace 2.000 anos, el estado de conservación era óptimo.
“No es común  simplemente, porque en la mayoría de los sitios arqueológicos no se conservan  bien el pelo, pero en la costa de Perú el clima desértico es perfecto para la preservación de las momias.
Conocer la dieta de una población de la antigüedad  puede también  dar pistas sobre el estado de salud de esas personas, actividades principales (pesca, recolección, etc), e incluso sobre los viajes que realizaban.
En relación con las momias estudiadas, se halló que, a pesar de que eran geográficamente estables, realizaron viajes a las zonas altas, alejadas de la costa. Y a pesar de la lejanía, siguieron consumiendo productos marinos en cantidades importantes.
Otras investigaciones supondrían que la alimentación de los paracas se basaba en productos de mar, pero esta es la primera vez  que se demuestra, gracias al uso de nuevas herramientas de análisis. Cuando estas momias fueron descubiertas en 1927, estaban en posición sentada, envuelta en tejidos y rodeadas de artefactos como armas, joyas o vasijas.

La mayoría de las momias estudiadas fueron de sexo masculino, pero en un futuro se podría ampliar la investigación también a mujeres y niños.

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