Balneario
es, según el Diccionario de la Real Academia española, un lugar de baños para
solaz público. Lugar con presencia de agua de mar, de río o de laguna. Según
esa definición, Lima tiene balnearios al sur y al norte de la ciudad ¿ habrá
algo asimilable en el centro?.
Lima es
ciudad rodeada de desierto, cruzada por tres ríos – Chillón, Rímac y Lurín - que
han generado valles milenarios de ordenamiento agrario precolombino.
Sin
embargo, tal como ocurre con el mar, a ciudad le da la espalda a sus valles y
ha referido sembrar cemento dejando hoy solo menos de 5.000 hectáreas de suelo
agrícola disponible.
La
tendencia en el desarrollo de las urbes
en el mundo es reconciliarse con sus recursos naturales. Hay ejemplos notabas
como la recuperación del río Mapocho en Santiago de Chile, el río Medellín en
la ciudad del mismo nombre, la sabana de Bogotá o el río Guayas en Guayaquil.
El río
es una bendición para una ciudad. No
solo fuente de agua o navegación, sino de paisaje y área pública de recreación
e identidad.
En Lima,
los tres ríos son un vertedero de contaminantes, usados como recipientes de desagües domésticos, desechos
industriales, relaves mineros, residuos sólidos, etc.
La
autoridad Nacional del Agua, que no tiene real autoridad, propone como
salvación una franja original sin uso ambos lados de los ríos de 50 metro,
afectado propiedad privada que no expropia y dejando pista libre a los traficantes de tierras.
Medida absurda en un territorio urbano.
El
Chillón en su recorrido urbano tiene cerca de 250 hectáreas de uso disponible
en ambas márgenes entre Puente Piedra y Carbayllo, mientras el río Rímac desde Vitarte hasta Chaclacayo tiene
cerca de 400 hectáreas, y el río Lurín tiene más de 100. Son casi mil hectáreas
que puede ganar la ciudad, generando un metro cuadrado más e área verde por habitante.
Imaginemos
al Rímac o al Chillón en su paso por la ciudad debidamente canalizado, descontaminado,
formando lagunas, acompañado en ambas imágenes de un gran parque lineal con
áreas para deportes, cultura, recreación
y la ciudad mirando al río. Sería un área ambiental y recreativa de uso
permanente con una vía paisajista y espacios para e ocio, aparte de reserva de
agua en el subsuelo para una metrópoli sedienta.
Esto
implica obviamente proteger los ríos en las cuencas baja y media, e impedir su
contaminación, reordenar todas las zonas de riesgo y convocar alianzas
público-privadas para desarrollar proyectos urbanos mirando al río, con los
cuales se financian los parques.
Adicionalmente,
se incorporaría el rescate de los asentamientos precolombinos de las culturas
Ichma y Lima existentes en los tres valles.
Con la
recuperación de nuestros ríos, el patrimonio milenario y el borde costero, la capital sería una
marca única en el mundo y un motivo de identidad para todos los limeños. Acá el
alcalde tiene un desafío de este tema ya
tratado en el Plan Regional de Desarrollo Concertado (2014). ¿ Por qué no lo
hace suyo?. Los vecinos se lo agradeceremos.
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