Como todos
los días me acerco a la cafetería, pero hoy me encuentro con una nueva camarera,
le pregunto su nombre y me dice que se llama María, y es de un pueblo que se
llama Camarmeña, yo he oído hablar de esa aldea, pero como me gusta averiguar e
investigar me pongo a ello
Para llegar
a Camarmeña tenemos que ir primero hasta Arenas de Cabrales, de allí nos
desviamos con dirección a Sotres, pasando por Poncebos, donde empieza la ruta
del Cares.
Llegaremos a una presa, a continuación atravesamos un túnel y la
cattetera gira a la izquierda atravesando un puente.
En
lugar de cruzar el río, seguimos recto unos centenares de mestros, dejamos a la
derecha un hotel, encontrándonos con una carretera que por la derecha sube hacia
Camarmeña, es una carretera en fuerte subida, apenas debe de haber un kilómetro.
El sendero de la Canal del Tejo estrecho,
apenas un metro y poco más de ancho, aunque en buen estado, sube dejando a un
lado un buen precipicio y con buenas vistas, el sonido del rio nos acompañara
durante todo el camino.
En un
paisaje de ensueño, entre elevadísimas peñas, a los pies del majestuoso Naranjo
de Bulnes y sobre el Desfiladero del Cares, se alza desafiante la coqueta aldea
de Camarmeña. Este pequeño enclave asturiano, perteneciente al famoso concejo
de Cabrales, tiene el privilegio de gozar de una ubicación ideal para conocer
el oriente asturiano, sin sufrir la masificación turística de otras
localidades. Camarmeña es uno de los cuatro pueblos asturianos junto con
Sotres, Tielve y Bulnes que se encuentran dentro del Parque Nacional de Picos
de Europa.
Un
alojamiento rural con vistas al paraíso. Para alcanzar Camarmeña y vislumbrar sus casas de
piedra ancladas a la roca, hay que subir una corta, pero empinada y sinuosa
carretera de montaña, que si se hace andando revitaliza y si se hace en
automóvil desafía a la física. Hágase como se haga, la meta compensa con creces
el esfuerzo. La carretera, tras 9 curvas épicas, nos deja a la entrada de un
pueblo que sorprende por su verticalidad y que regala al visitante las vistas
más apreciadas del Naranjo de Bulnes o Picu Urriellu, como
lo llaman los lugareños. Basta asomarse a su mirador, construido por veteranos
montañeros en honor al Naranjo y a la gesta de su conquista, para disfrutarlas.
Los excursionistas,
desde la tranquilidad y serenidad que ofrece el cenador de la vivienda, pueden
disfrutar de un atardecer único, en el que el capricho de la naturaleza tiñe de
múltiples colores la cara visible del Naranjo de Bulnes. Una experiencia
imborrable y muy recomendable.
En un
pueblo cabraliego, al pie de la montaña... Camarmeña es muy pequeño, pero con encanto. Su
topónimo refiere al abundante agua que discurre a sus pies y algunos
historiadores datan el origen de la aldea antes del año 800. Camarmeña tiene
tan solo 11 habitantes y unas pocas casas que salpican el paisaje rocoso de
abrumadora belleza. Por sus características pocos son los vehículos que pueden
aparcar en el pueblo. De ahí, que muchos de sus visitantes lleguen a pie. Unos
para finalizar su ruta en la aldea, otros para tomarla como punto de partida de
rutas más ambiciosas por las montañas de la zona. Los excursionistas podrán dejar su vehículo en el aparcamiento
reservado para los clientes y, una vez allí, visitar los alrededores sin miedo
a perderse por caminos y majadas. Para quienes quieran disfrutar plenamente su
estancia y paseos.
Un
paseo por el pueblo. Para
descansar de una jornada de actividad, nada mejor que caminar tranquilamente
por las empedradas calles del pueblo, acercarse a la austera iglesia medieval
de San Pedro de Camarmeña y observar a las ardillas
que se atreven a mostrarse por los alrededores. Para finalizar el día disfrutar
de las vistas al Naranjo de Bulnes, bien tomando unos culines de sidra en la
terraza del bar Casa Lobeto, bien degustando unos
platos cabraliegos en el restaurante del pueblo La
Fuentina.
El
mirador de Camarmeña esta alineado con la Canal del Tejo por donde discurre la
senda que sube a Bulnes y que han utilizadio los vecinos de Bulnes para
comunicarse con el exterior hasta la apertura del funicular. Al fondo se
levanta el espectacular Picu de Urriellu, más conocido con el nombre de Naranjo
de Bulnes.
Desde
Camarmeña sale un camino con una fuerte subida, casi unos setecientos metro de
desnivel, nos lleva a la Majadas de Ondón desde donde se disfruta de uno de los
mejores paisajes de los Picos de Europa.
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