jueves, 2 de julio de 2015

LA TENTACIÓN


Antes decía la Academia en su diccionario que la tentación era la investigación o estimulo que induce a una cosa mala’. Como esta definición es medio ridícula y así se lo dijeron a la Academia  varios lexicógrafos, la Corporación matritense se vio obligada  a ofrecer esta otra definición: instigación o estimulo que induce el deseo de algo”. Como se ve, se eliminó la maldad de ese algo. ”Como se ve, se eliminó la maldad de este algo, pero muy tardíamente. Pretender a estas alturas, o sea a la hora undécima, que la tentación se desvincule de lo indebido, es pretensión infundada. Lo ejemplificare en seguida.
Para la mujer legitima, para la señora de la casa cuyo  marido tiene en su oficina a una secretaria atractiva, para la señora de este señor, esa secretaria es o puede ser una tentación es decir, la secretaria puede ser causa de que el cónyuge quebrante la fidelidad conyugal.
La secretaria, generalmente más joven que la mujer legitima, representa para el marido la novedad  del estímulo. Lo que el señor tiene en casa es un estímulo que ya se ha gastado: en cambio, lo que tiene en la oficina es un estímulo nuevo.
Esto no quiere decir que todos los jefes terminen entendiéndose con las secretarias. Lo que quiere decir es que en muchos casos puede ocurrir, porque como dicen los psicólogos de la India, la emoción viaja treinta mil  veces más rápido que la razón, y el enamoramiento o acaramelamiento es básicamente una emoción sexual.
En lo antiguo se desconocía el significado que hoy prevalece del vocablo tentación, a saber, instigación al mal. Temptare, en latín, significa tentar, palpar, atacar, asediar, acometer, invadir: tantear, sondear, probar, examinar, tratar de conseguir algo, intentar, solicitar.
El Diccionario de la Real Academia de la Lengua recoge algunos de estos significados, pero la acepción más común, según queda dicho, es la acepción normal.

Santo Tomás decía que todas las tentaciones son en principio malas por ser y si alguna vez son buenas lo son accidentalmente, esto es de un modo inesencial. Pues bien: si no he entendido mal, entonces la tentación  en la que cayó Raquel Welch fue buena. En efecto, Raquel confiesa haber caído en la tentación gustativa siguiente: la de haberse comido un día, ella sola, solita, y de un tirón, un pastel de manzana que era para seis personas. Se dio el gran gusto de su vida y sin duda  hizo bien en caer en la tentación y no fue en absoluto  reprobable su caída.

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