Conozco a Placido Arango Arias, desde
hace mucho tiempo, cuando fue presidente de nuestra Fundación. Don Placido ha
dejado mucha huella en Esa Institución y también, se ve en él amor a Asturias.-
ese complejo sentimental, que reúne todos los quereres y nostalgias- se materializó
después de una generosidad sin precedentes por parte de los indianos, que como
bien supo entender e instrumentalizar Fermín Canella, modernizó el país hasta
cotas entonces desconocida. Gracias a esa ideología de progreso y a la sólida
fluidez de los caudales de América supo esta tierra dar el paso decisivo en su
desarrollo, de cuyas rentas aún hoy vivimos.
Don Placido, suele pasar
desapercibido, que es un concepto esencial de la contribución de la emigración,
una teoría y una praxis que parece diluirse frente a lo material o económico, y
que si embargo está en el origen de esa
acción, quiero decir al cosmopolitismo, esa amalgama de amplia cultura a la que
se suman usos y prácticas sociales que
van rompiendo el estrecho corse que oprime y paraliza a sociedades como la
nuestra.
Plácido Arango Arias, nació en 1931, en la ciudad de Tampico, es un empresario mexicano afincado en
España, cofundador de la cadena de supermercados Aurrera, junto con sus dos
hermanos, Manuel y Jerónimo, Ha sido también Presidente de la Fundación
Príncipe de Asturias.
Su padre Jerónimo Arango Díaz, era un emigrante asturiano, natural del pueblo
de Villazón, una localidad del concejo de Salas. Provenía de una familia de labranza que tenía
suficiente para vivir, pero donde no había progreso. Y tiene un tío en América
empleado en un almacén general en Tampico, en el golfo de México, un lugar que
prosperaba mucho gracias al hallazgo de petróleo. Él convence a su hermana y a
mi padre de que el futuro está allá. Emigra con 14 años y el bachillerato
hecho, que le había proporcionado en Oviedo otro tío, canónigo. En México se
casa con otra hija de asturianos y tienen cinco hijos.
Su padre, con 24 años, abre un comercio de hilados y tejidos, y al poco
tiempo nos vamos al D.F. México, donde monta una cadenita de tiendas, y allí ve
la oportunidad de comprar una fábrica textil. Y la guerra, pese a que fue una
desgracia, originó tanta demanda que llegó a ser la industria textil más
importante de México. Dice don Placido: “Pero no creo que el ser emprendedor
sea una cuestión genética, sino una formación: en mi casa no se hablaba de otra
cosa que de la tienda: y además, te queda la infraestructura. Empezamos con él,
pero pronto nos independizamos y montamos el primer hipermercado del país,
Aurrerá. De todos modos, yo no soy, digamos, un empresario de raza como él era:
yo no vivo sólo para la empresa, disfruto con muchas otras cosas”.
Regresó a España en 1965 porque había una oportunidad de mercado.
Queríamos montar el primer hipermercado, marca Aurrera. Vendimos los
hipermercados en 1975 a Galerías
Preciados. Ffundó
la cadena de restaurantes-tienda Vips,
desarrollando é una nueva cadena, y así hasta que delegué en mi hijo. Ambas
marcas provienen de las fundadas en México junto a sus hermanos.
Arango siente una simpatía y una identificación total hacia los emigrantes
que vienen a España: en la empresa empleamos a un 50% de emigrantes. Pero son
épocas muy distintas: hoy tienen menos oportunidades, aunque están más
protegidos.
Plácido Arango es un señor de edad. Elegante en sus formas y movimientos
delicados. Gasta un acento extraño de su trasiego por el mundo; es economista. Paciente y amable, es un hombre generoso con
su tiempo: le parece éste el mejor regalo que pueda hacer a los demás. Nos ha
regalado pues casi tres horas de encuentro y una gran serenidad. Propietario
del emporio de restauración Grupo Vips, en esta nueva etapa de su vida o
jubilación, entregada a la gestión y el amor al arte, su pánico a desvelar la
hoja de resultados ha derivado en pavor ante su imagen pública. Plácido Arango
no quiere parecer pretencioso.
Con más de 200 establecimientos, a principios de la década de
2000 vendió parte de su negocio a Goldman
Sachas que adquirió un 30% de Sigla
SA.
Durante su presidencia de la Fundación
Príncipe de Asturias fueron premiados Yasir
Arafat junto a Isaac Rabin,
Nelson Mandela, Liz Taylor, el atleta Serguéi Bubka y el arquitecto
brasileño Oscar Niemeyer,, entre
otras personalidades.
Placido Arango, es propietario de una de las colecciones privadas
de Arte más exquisitas de España, y además tiene una enorme variedad de obras, centrándose
básicamente en arte español. Ahora retirado en Valdemorillo, continúa dedicando su
vida al arte y la cultura. Ha donado o prestado varias obras de su colección de
cuadros y esculturas al Museo de Bellas
Artes de Asturias y al Museo del Prado. Su colección cuenta con más de
300 creaciones, desde el arte
primitivo hasta el arte contemporáneo incluyendo obras de Goya, Ribera, Murillo y Zurbarán, hasta
Tapies o Juan Muñoz. “Pérez Sánchez y Arango compartían su amor por el Prado, del que el primero fue
director y director honorario, y el segundo miembro y presidente del patronato.
Y su querencia por el Museo de Bellas
Artes de Asturias; el primero porque apoyo sin fisuras su formación, y el
segundo, por su origen asturiano. Don Placido Arango, siempre he sido
desprendido en ciertas cuestiones, sobre todo generoso con el tiempo y la
amistad. Y también he hecho donaciones cuando he podido, pero sin gran esfuerzo.
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