lunes, 6 de julio de 2015

PLACIDO ARANGO ARIAS, UN GRAN MECENAS


Conozco a Placido Arango Arias, desde hace mucho tiempo, cuando fue presidente de nuestra Fundación. Don Placido ha dejado mucha huella en Esa Institución y también, se ve en él amor a Asturias.- ese complejo sentimental, que reúne todos los quereres y nostalgias- se materializó después de una generosidad sin precedentes por parte de los indianos, que como bien supo entender e instrumentalizar Fermín Canella, modernizó el país hasta cotas entonces desconocida. Gracias a esa ideología de progreso y a la sólida fluidez de los caudales de América supo esta tierra dar el paso decisivo en su desarrollo, de cuyas rentas aún hoy vivimos.
Don Placido, suele pasar desapercibido, que es un concepto esencial de la contribución de la emigración, una teoría y una praxis que parece diluirse frente a lo material o económico, y que si embargo está en el origen  de esa acción, quiero decir al cosmopolitismo, esa amalgama de amplia cultura a la que se suman usos  y prácticas sociales que van rompiendo el estrecho corse que oprime y paraliza a sociedades como la nuestra.
Plácido Arango Arias, nació en 1931, en la ciudad de Tampico, es un empresario mexicano afincado en España, cofundador de la cadena de supermercados Aurrera, junto con sus dos hermanos, Manuel y Jerónimo, Ha sido también Presidente de la Fundación Príncipe de Asturias.
Su padre Jerónimo Arango Díaz,  era un emigrante asturiano, natural del pueblo de Villazón, una localidad del concejo de Salas. Provenía  de una familia de labranza que tenía suficiente para vivir, pero donde no había progreso. Y tiene un tío en América empleado en un almacén general en Tampico, en el golfo de México, un lugar que prosperaba mucho gracias al hallazgo de petróleo. Él convence a su hermana y a mi padre de que el futuro está allá. Emigra con 14 años y el bachillerato hecho, que le había proporcionado en Oviedo otro tío, canónigo. En México se casa con otra hija de asturianos y tienen cinco hijos.
Su padre, con 24 años, abre un comercio de hilados y tejidos, y al poco tiempo nos vamos al D.F. México, donde monta una cadenita de tiendas, y allí ve la oportunidad de comprar una fábrica textil. Y la guerra, pese a que fue una desgracia, originó tanta demanda que llegó a ser la industria textil más importante de México. Dice don Placido: “Pero no creo que el ser emprendedor sea una cuestión genética, sino una formación: en mi casa no se hablaba de otra cosa que de la tienda: y además, te queda la infraestructura. Empezamos con él, pero pronto nos independizamos y montamos el primer hipermercado del país, Aurrerá. De todos modos, yo no soy, digamos, un empresario de raza como él era: yo no vivo sólo para la empresa, disfruto con muchas otras cosas”.
Regresó a España en 1965 porque había una oportunidad de mercado. Queríamos montar el primer hipermercado, marca Aurrera. Vendimos los hipermercados en 1975 a Galerías Preciados. Ffundó la cadena de restaurantes-tienda Vips, desarrollando é una nueva cadena, y así hasta que delegué en mi hijo.  Ambas marcas provienen de las fundadas en México junto a sus hermanos.
Arango siente una simpatía y una identificación total hacia los emigrantes que vienen a España: en la empresa empleamos a un 50% de emigrantes. Pero son épocas muy distintas: hoy tienen menos oportunidades, aunque están más protegidos.
Plácido Arango es un señor de edad. Elegante en sus formas y movimientos delicados. Gasta un acento extraño de su trasiego por el mundo; es economista.  Paciente y amable, es un hombre generoso con su tiempo: le parece éste el mejor regalo que pueda hacer a los demás. Nos ha regalado pues casi tres horas de encuentro y una gran serenidad. Propietario del emporio de restauración Grupo Vips, en esta nueva etapa de su vida o jubilación, entregada a la gestión y el amor al arte, su pánico a desvelar la hoja de resultados ha derivado en pavor ante su imagen pública. Plácido Arango no quiere parecer pretencioso.
Con más de 200 establecimientos, a principios de la década de 2000 vendió parte de su negocio a Goldman Sachas que adquirió un 30% de Sigla SA.
Durante su presidencia de la Fundación Príncipe de Asturias fueron premiados Yasir Arafat junto a Isaac Rabin, Nelson Mandela, Liz Taylor, el atleta Serguéi Bubka y el arquitecto brasileño Oscar Niemeyer,, entre otras personalidades.

Placido Arango, es propietario de una de las colecciones privadas de Arte más exquisitas de España, y además tiene una enorme variedad de obras, centrándose básicamente en arte español. Ahora retirado en Valdemorillo, continúa dedicando su vida al arte y la cultura. Ha donado o prestado varias obras de su colección de cuadros y esculturas al  Museo de Bellas Artes de Asturias y al Museo del Prado. Su colección cuenta con más de 300 creaciones,  desde el arte primitivo hasta el arte contemporáneo incluyendo obras de Goya, Ribera, Murillo y Zurbarán, hasta Tapies o Juan Muñoz. “Pérez Sánchez y Arango compartían  su amor por el Prado, del que el primero fue director y director honorario, y el segundo miembro y presidente del patronato. Y su querencia  por el Museo de Bellas Artes de Asturias; el primero porque apoyo sin fisuras su formación, y el segundo, por su origen asturiano.  Don Placido Arango, siempre he sido desprendido en ciertas cuestiones, sobre todo generoso con el tiempo y la amistad. Y también he hecho donaciones cuando he podido, pero sin gran esfuerzo.

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