Se extiende en 23 hectáreas y alberga 1.675 olivos, según la comuna de San Isidro. Representa el 1,7% del total de áreas verdes de Lima y Callao
Fuente de oxígeno y orgullo ecológico para sus vecinos, el bosque El Olivar en San Isidro es mucho más que un área verde que preservar. Es el recuerdo de una época y el testimonio irrefutable de una tradición que intenta conservar el entorno natural en una ciudad tan contaminada y tan llena de cemento como Lima.La importancia de este bosque, cuyo origen se remonta a la época virreinal, radica en que sus
“Aunque parece una cifra pequeña, este bosque es uno de los principales espacios que quedan en Lima para conservar el equilibrio ecológico. En El Olivar, además, se ha formado un ecosistema donde hay aves y ardillas que se debe conservar en su estado natural”, sostuvo Raúl Roca, director general de Calidad Ambiental del Ministerio del Ambiente (Minam). Allí se pueden observar hasta 10 especies de aves como el gorrión, el tordo brilloso, la reinita mielera y el turtupilín.
El Olivar, delimitado por las avenidas Paz Soldán, Conquistadores, Pardo y Aliaga, Santa Cruz y Arequipa, fue declarado Monumento Nacional en diciembre de 1959 por el Instituto Nacional de Cultura (INC). Esta distinción se debió a la subsistencia de sus olivos, a su antigüedad y al especial desarrollo del bosque.
Juan Julio García, director de registro y estudio del Patrimonio Histórico del INC, refiere: “Este monumento singular tiene como esencia de su valor cultural a cada uno de los olivos”. Según un inventario realizado el año pasado por
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