domingo, 10 de julio de 2011

PEDRO PAULET MOSTAJO UN PERUANO UNIVERSAL

En la primera cuadra de la calle Junín, en el aún campesino distrito de Tiabaya, al oeste de Arequipa, en una casa de la cual nadie tiene hoy el recuerdo, nació el 2 de julio de 1874 quien habría de ser el precursor de los viajes interplanetarios, el científico escasamente reconocido en su misma patria, don Pedro Paulet Mostajo.

Google, el moderno y más prestigiado buscador de información de la era actual, cuyos alcances y trascendencia es realmente global, le rindió un homenaje mundial el sábado 2, al incluir en su "doodle" o logotipo la imagen del avión torpedo inventado por Paulet, y que lo erige como el precursor de las exploraciones del universo. El famoso buscador ofrece asimismo importante información sobre el sabio arequipeño.

Google solo confiere ese honor a personalidades de trascendencia universal, como lo hizo recientemente con Gutenberg e Isaac Newton. La mención y el recuerdo de Pedro Paulet convierten a este arequipeño en un peruano del mundo.

Paulet diseñó y construyó el motor de su nave espacial en 1907. Pesaba solo 2.5 kilogramos y tenía un empuje de unos cien kilogramos, gracias a 300 explosiones por minuto, provocadas por un combustible de "propelente líquido", consistente en una mezcla de peróxido de hidrógeno y gasolina.

El avión torpedo, al que Paulet prefirió llamar después "auto bólido", tenía como base un motor a reacción y alas delta para eliminar en lo posible la resistencia del aire. Estaba provisto de una cabina interior adecuada para una tripulación de dos o tres personas, revestida exteriormente por una capa resistente a las condiciones espaciales y a la fricción con la atmósfera.

Paulet dijo que eligió el diseño esférico de la cabina porque esta forma geométrica es más resistente a las presiones externas producidas por el medio ambiente y permite completa libertad de movimiento a la tripulación. El diseño consideraba paredes térmicas y la producción de energía para los instrumentos por medio de baterías termoeléctricas.

Paulet eliminó de sus proyectos la hélice, el único dispositivo que a fines del siglo XIX y principios del XX podía hacer volar a un elemento más pesado que el aire. Tampoco utilizó vapor, electricidad o combustión interna, usados entonces para mover barcos, automóviles y otras máquinas.

En su avión torpedo, Paulet usó fuerzas retropropulsoras provocadas por cohetes. Era lo mismo que los científicos alemanes, ingleses, rusos y estadounidenses comenzaron a experimentar durante la Segunda Guerra Mundial, medio siglo después del avión torpedo de Paulet.

En los experimentos que realizaba en su nativa Tiabaya, a los 11 años de edad, utilizaba trozos de carrizo rellenos con pólvora reciamente atados con hilos encerados. Así lanzó al espacio cohetes con el peso adicional de roedores, piedras o trozos de metal.
Seguía el ejemplo de los fabricantes de fuegos artificiales que abundan hasta hoy en Arequipa, pero él no quería adornar el cielo con chispazos multicolores en fiestas patronales. Él trataba de atravesar el aire para llegar a las estrellas. 

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