domingo, 1 de diciembre de 2013

EL VIRREY, UNA LIBRERIA MITICA EN EL CORAZON DE MIRAFLORES

Desde que eramos estudiantes, frecuentabamos las librerias, y una de las mas emblematicas a parte de la Studium era la lireria el Virrey, donde sus duenos unos inmirantes, vinieron a nuestra patria, en un princioio a probar suerte, despues se fuern quedando y se conviertieron en unos grandes libreros, donde en su libreria se encontraba de todo libro, que se buscaba. Ser librero, sobre todo en estos tiempos de vertigo digital , de apologia virtual, de trafico satelital, es mucho mas que un oficio. Es una cuestion de honor y maestria, de filigrana intelectual que busca despertar en nosotros aquello que apaece hoy como una categoria del pasado: el tiempo, el espacio para saber , para sonar, descubrir , cuestionar, viajar. Este tiempo-espacio esta alli, dentro de nosotros. Es un libro esperasdo a ser abierto. Ser librero en nuestra Lima enuelve el acto heroico, supone ir a contramano de la pirateria que a unos metros se instalo para ejercer su tirania de papel. Ser librero, de los buenos, de los que saben , de los que se cultivan, tiene que ver con percibir el olor de un buen papel, la nbleza de una notable edicion, el primor el libro, la poca relevancia de su factura cuando son sus paginas las que cuentan. Alli es donde entra Chachi Sanseviero, hada guerrera, porque las hay,y su Virrey, libreria que ha cumplido cuaenta anos de fundada. Cuando el Virrey salio de los locales de Miguel Dasso, mas de un parroquiano sintio un gran sobresalto? Y ahora? era como quitarle a Chorrillos su Morro Solar o al Rimac, su Plaza de Acho. Pero Chachi goza de buena estrella. O sabe darle la vuelta de tuerca al infortunio: cnsiguio un local mucho as calido. El bestiario de Aldo Shiroma anmo los pasillos del nuevo Virrey, yse sintio aun mas como la biblioteca de una noble casa que invitaba a uno a quedarse a leer, a investigar, a conversar, a pasarla bonito, a tomarse su tiempo y una taza de cafe. Y asi Cachi no solo sobrevivio a la mudanza. Fue afortunada: quizas los libros no le trajeron millones de soles , pero si millones de amigos. No se si a Chachilos libros le han ensenado alguna cosa. No se si tuvo tiempo de leer los que hubiera querida, porque debe pasar mucho de su tiempo en temas administrativos, cosa engorrosa pero necesaria en estos menesteres que tambien son terrenales. Presiento que ella se hiz como se escriben las buenas historia: naturalmente, conforme la tinta encontraba el papel. Pero debo decir que desde que encontre mi primera ndependencia y pude salir a comprar mis propios libros, descubri en El Virrey, en Chachi y en todo el personal de El Virrey de aquel entonces, mucho del cual aun persiste n el tiempo , la guia que necesite para cultivar mis ganas de vivir. Fue asi como me tope con Mircea Eliade, Milan Kundera y la Plath. Chachi me abrio las puertas al mundo de Gregorio Martinez, entre otras hierbas. En el Virrey aprendi a ller a muchos autores que yo no conocia, a Ernesto Sabato, a Castaneda. Tambien en los pasillos del Virey conoc mas sobre Arguedas, de Wilde. El Virrey m hizo concer a Kafka, a Erasmo de Rotterdam, a Pichula Cuellar y a Carlos Birgnardello, y gracias a ellos pude entender un poco mas la realidad de Lima. Y su Peru.

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