La Catedral de Oviedo tiene sus orígenes en Basílica
construida por el rey Alfonso II, el Casto (791-842) bajo la advocación de San
Salvador. Edificada sobre las ruinas de una iglesia anterior levantada por
Fruela I, en el año 765 y destruida en el 795 por los árabes. También fue
Alfonso II quien propició la construcción de la Iglesia de Santa María y el
palacio regio, situados al Norte y Sur, respectivamente, de la primitiva
basílica de San Salvador que con las sucesivas ampliaciones de la catedral
fueron absorbidas, integrando en la nueva arquitectura la antigua capilla
palatina, la Cámara Santa.
Durante el siglo XIV comienza la
construcción de la Catedral Gótica demoliéndose la anterior basílica románica y
prerrománica, Siendo obispo Gutierre de Toledo (1377 – 1389), la obra recibe un
impulso definitivo. La construcción se finaliza a mediados del siglo XVI, con
el remate de la torre, ya en un gótico tardío.
La construcción de la actual catedral dura
unos cuatrocientos años, con especial intensidad durante el siglo XV, época en
que domina el estilo conocido como gótico florido o flamígero.
El edificio se distribuye en tres naves,
la central mayor y las laterales con capillas entre los contrafuertes,
precedidas por un pórtico. El destacado crucero imprime forma de cruz latina a
la planta, coronada por una cabecera poligonal en el crucero imprime forma de cruz latina a la planta,
coronada por una cabecera poligonal en la que se imprime la girola. La
articulación vertical del muro, mediante arcos apuntados para separar las
naves, un triforio ciego y un claristorio con vidrieras decorativas. Todo el
templo (naves y capillas) está cubierto con bóvedas de crucería, entre las que
destacan las ochavadas de la nave mayor.
Como ya se ha señalado, la Catedral de
Oviedo tiene sus orígenes en la basílica construida por el Rey Alfonso II, el
Casto (791 – 842) bajo IX, enriqueció el tesoro catedralicio con la donación de
la Cruz de la Victoria. Trasladada la corte a León en el siglo X, los sucesivos
monarcas siguieron enriqueciendo la basílica con sus donaciones. Alcanzó gran
prestigio durante La Edad Media, mereciendo
el calificativo de Sancta
Ovetensis, siendo la cita obligada dc peregrinos y devotos. A esta época
pertenecen el apostolado de la Cámara Santa y la Torre Vieja, ambas de estilo
romántico.
Construida a comienzos del siglo XII fue
campanario de San Salvador hasta la
construcción de la torre gótica..
La Capilla de San Miguel (Cámara
Santa), fue reformada en el siglo XII,,
sustituyendo la antigua cubierta por una bóveda de cañón, sustentada sobre
arcos fajones que se apoyan sobre dobles columnas. Las esculturas que adornan
esta capilla son consideradas una de las mejoras obras y muestras del románico,
de las tallas presentes la más importante es la de El Salvador, talla románica
probablemente realizada para presidir el altar mayor de la catedral. Fue muy
venerada por los peregrinos, que le atribuyeron numerosos milagros.
La Sala Capitular (finales
del siglo XIII) tiene forma cuadrada y está cubierta por una bóveda sobre
trompas. Dos rosetones iluminan la estancia. En esta sala se expone la sillería
gótica del antiguo coro, mandada construir por el Obispo D. Juan Arias del
Villar hacia 1498 y que es obra de artistas flamencos. También se encuentra el
Retablo de las Lamentaciones, obra en piedra del siglo XV.
El Claustro gótico (siglos XIV y XV),
sustituyó a uno anterior (románico, siglo XII). Adornado con iconografía que
abarca temas profanos y religiosos, leyendas medievales e incluso motivos
específicamente asturianos, como la lucha de Favila con el oso. Sobre la
arquería gótica se alzó un balconaje a principios del siglo XVIII, obra del
arquitecto Francisco de la Riva, que no desentona del conjunto y donde se
localiza el Museo de la Iglesia. En el muro sur del Claustro se abre la Puerta
de la Limosna, realizada a finales del mismo siglo.
La Cabecera (1382-1412) es pentagonal,
precedida de tramo recto. Tiene triforio, y sobre éste cinco grandes ventanales
apuntados, de diseño interior calado por tracerías. Se cubre con bóveda
nervada, contrarrestada al exterior por cinco grandes contrafuertes rematados
en pináculos.
El Portico está formado por tres arcos, de
diferente tamaño, que tiene su
correspondencia en las naves del templo. El muro y las arquivoltas, así como el
parteluz del arco central, aparecen decorados con nichos o peanas para colocar
unas esculturas que nunca se realizaron. Bóveda de crucería y arcos de ojiva
tendente ya al semicírculo. Todo dentro del más puro estilo gótico florido. Su
altura total es de sesenta metros.
El Retablo Mayor (1512 – 1531) se sitúa en
el ábside de la catedral, adaptándose a la forma poligonal de su planta. Su
estilo oscila entre el gótico flamígero y el Renacimiento. Se considera uno de
los mejores retablos góticos españoles junto a los de Sevilla y Toledo. Fue
realizado por Giralte de Bruselas y Juan de Balmaseda entre 1511 y 1530.
La girola o deambulatorio.
Se levantó hacia la mitad del siglo XVII, encargándose la obra a Juan de Naveda.
Tiene forma heptagonal formándose entre los primitivos contrafuertes pequeñas
capillas de testero plano, adornadas con retablos barrocos de influencia
italiana. La imaginería de la Girola se ha atribuido generalmente a Meana,
excepto la imagen de Santa Eulalia, obra del salmantino Carnicero.
La Sacristía Nueva se
añadió en 1733, y su constructor fue Francisco de la Riva Ladrón de Guevara,
que también levantó el recrecido del piso alto del claustro y la fachada de
éste hacia la Corrada del Obispo. La planta del recinto es de cruz latina, los
brazos cubiertos por bóvedas de cañón y el centro rematado con una cúpula
elevada sobre tambor con fresco de la Asunción pintado por Francisco Martínez
Bustamante. Toda la sacristía se encuentra ornamentada con obras pictóricas de
distintas épocas.
Capilla de Santa Barbara
fue construida a petición del obispo D. Bernardo Caballero Paredes en 1658, con
la doble finalidad de recoger las reliquias de la Cámara Santa y servirle de
panteón funerario, (voluntad del obispo
que no fue cumplida en ninguno de los dos casos).
La Capilla de Velarde fue fundada por el
abad de Tuñón D. Andrés Vázquez de Prada y encomendada a la Casa de Velarde,
Condes de Nava. En ella figuran las inscripciones funerarias de D. Joaquín M.
F. Velarde, doña Ramona Velarde y su hija, de mediados del siglo XIX. El
retablo, es una de las mejores obras de Alonso de Berruguete, que la talló a su
vuelta de Italia, entre 1540 y 1550.
La Capilla de Covadonga fue
originariamente construida para albergar los restos del Obispo D.Gutierre de
Toledo y dedicada a San Idelfonso. Hubo de ser destruida al levantar la girola.
En la actualidad se venera en ella a la Virgen de Covadonga y donde se encuentran
los restos de Melchor García Sampedro. Tras el retablo se encuentra la puerta,
hoy tapiada, por la que se descendía desde la torre de San Miguel del Palacio
de Fruela I a la Catedral.
La Capilla del Rey Casto tiene su acceso por
una portada gótica, del siglo XV. La capilla se estructura en tres naves,
siendo muy estrechas las laterales. En el crucero, un gran cimborrio octogonal
que reposa sobre pechinas decoradas con las efigies de monarcas asturianos. En
esta capilla se entremezclan elementos góticos, clásicos y barrocos. Al fondo
de la capilla se encuentra el Panteón de los Reyes. Esta estancia barroca se
destinó como panteón real de la monarquía asturiana, sustituyendo a uno
anterior levantado por Alfonso II. Merece destacarse el Sarcófago de Itacio.
con los elementos decorativos tardorromanos y orientalizantes.
La Capilla de losa vigiles fue construida
a petición del D. Juan Vigil de Quiñonez, obispo de Segovia en el siglo XVII.
Es obra de Carreño y de Fernández de la Vega..
La Capilla de Santa Eulalia fue construida
sobre planta de cruz griega con una gran
cúpula plagada, como el resto de la capilla de elementos decorativos barrocos.
Sobre las pechinas que sustentan la cúpula se narra el martirio de la Santa. En
el centro, un baldaquino destinado a guardar la urna con las reliquias de Santa
Eulalia, patrona de la diócesis de Oviedo.
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