viernes, 21 de febrero de 2014

DELINCUENCIA Y CORRUPCIÓN PRINCIPALES PROBLEMAS DEL PERÚ

Las últimas encuestas sitúan la inseguridad ciudadana como el mayor reto al que se enfrenta Perú. El 77% de peruanos cree que la inseguridad y la delincuencia son los principales problemas del país, según una encuesta de la consultora GFK de octubre del año pasado. También el Latino barómetro, un estudio que se hace anualmente sobre toda la región y que se publicó este viernes, informa de que el 24% de los latinoamericanos cree que el mayor problema mayor de la región es la delincuencia, pero en el país andino el porcentaje llega al 35%, después de Venezuela (47%) y Uruguay (36%).
Perú tiene la más alta tasa de percepción de inseguridad en América –según un informe del Latino barómetro de 2012–, y aunque el Gobierno de Ollanta Humala prometió afrontar la demanda de seguridad ciudadana, no ha habido resultados, como tampoco los hubo en anteriores administraciones. En Perú, los índices de victimización (personas que reconocen haber sido víctimas de delitos en el último año) son mayores que en países con una tasa de homicidios superior como Venezuela o Honduras. La tasa de homicidio en Perú es de 10 por cada 100.000 habitantes, un indicador medio en la región.
El 39% de los peruanos reportó haber sido víctima de algún tipo de delito, según una encuesta del Instituto de Estadística e Informática (INEI) del período octubre 2012 a marzo 2013. El ex ministro de Interior, Gino Costa, experto en seguridad ciudadana, explica a EL PAÍS que se debe a la frecuencia de los robos y hurtos callejeros, unido al bajo índice de confianza en la policía.
“El Foro Económico Mundial, comparando 148 países en el índice de Competitividad Global, coloca a Perú en el puesto 137 en confianza en los servicios policiales. Por otro lado, las encuestas de victimización sirven para medir mejor la delincuencia callejera dado que en el país solo el 12% denuncia los delitos pues cree que perderá su tiempo y no recuperará lo robado”, comenta Costa, director de Ciudad Nuestra, una organización que investiga sobre políticas de seguridad.
“Las cifras de delito callejero son muy altas y eso sumado a la poca confianza en la institución policial y la idea de que es muy corrupta explica que haya mucho temor a ser víctimas de un delito”, añade. Según el informe de seguridad del Latinobarómetro 2012, un 16.4% de los peruanos pagó un soborno a la policía, cifras superadas por México (20.5%), Bolivia (20%) y Guatemala (18%).
Costa destaca que la alta victimización en Perú no es un fenómeno nuevo y reconoce que “incluso desde el (período del presidente Alberto) Fujimori la delincuencia común y la criminalidad han sido un descuido a lo largo de los gobiernos. Hay mucho esfuerzo que hacer, esto requiere de engancharse con las preocupaciones de las personas”.
Según el exministro, la tasa de homicidios en Perú y Bolivia, menor a la de México y Colombia, donde la presencia del narcotráfico es común, puede deberse a la “convivencia con el narcotráfico por parte de las autoridades: no hay una presión y un combate decidido. Si hubiera más presión, habría respuesta de los grupos criminales por el control del negocio”.
El experto también alerta acerca de lo extendido del delito de la extorsión en Perú. El diario El Comercio, citando cifras del Ministerio Público, reveló el sábado que el 90% de los taxistas en la capital de Lambayeque, región de la costa norte, paga cuotas de uno a cinco soles (algo menos de dos dólares) para estar seguros: “pero es una extorsión disfrazada de vigilancia”, explicó Costa.
Para el director de Ciudad Nuestra, el Ministerio del Interior “debería que ser como el de Economía. Con un equipo de profesionales, con buena información en detalle y al día, pero en Perú recién empezamos a contar con encuestas y a armar un buen sistema de información”.
En septiembre, el Gobierno de Humala anunció que el Ministerio de Justicia estaba avanzando en un proyecto de “interoperabilidad que permitirá integrar las bases de datos y sistemas informáticos de la Policía Nacional, el Ministerio Público y el Poder Judicial, entre otros organismos”. En 2012, el informe de Latino barómetro  La seguridad ciudadana es el principal problema de todo Hispanoamérica no incluyó a Perú debido a la ausencia de datos uniformes.
Posibles soluciones.- La socióloga peruana y coautora del informe de seguridad de 2012, Lucía Dammert, asegura que el desorden institucional en la política contra la inseguridad "sirve a muchos, por eso no se arregla". Para Dammert la razón principal de los pobres resultados en el sector es la falta de inversión inteligente en personal a lo largo de décadas. "Tenemos policías mal preparados, mal entrenados, mal pagados, mal dirigidos. Hoy el presupuesto destina menos porcentaje para el Ministerio del Interior que antes", dijo.
Gino Costa recomienda mayor colaboración entre la Policía Nacional y los serenazgos municipales, “que cuentan con vehículos para patrullar”, y que la policía ahonde en la investigación criminal, pues está casi no existe. También sugirió grupos de trabajo temporales en territorios como el del norte, donde la extorsión está difundida.
En Lima, la sensación de inseguridad crece en los distritos más pobres que cuentan con menor presupuesto para los serenazgos (policía municipal). Sin embargo, en Miraflores, una jurisdicción de clase media y alta cuyo servicio de serenazgo fue el segundo mejor evaluado en la encuesta de Victimización de Ciudad Nuestra en 2012, se ha dado entre septiembre y octubre el mayor número de asaltos a cambistas de dólares. Cinco cambistas han sido asesinados en la capital en lo que va del año y más de 50 han sido asaltados. Incluso algunos de ellos son asaltados más de una vez pues retornan a su oficio pese al riesgo.
“La delincuencia no nos puede ganar”, ha declarado este sábado el nuevo primer ministro César Villanueva a una radio local. Quizá la continua caída de la aprobación presidencial obligue al Ejecutivo a no desdeñar una vez más la demanda de seguridad del país.

Ocuparon el primer y segundo lugar, con 77% y 44%, respectivamente, en el ranking de las principales preocupaciones de los peruanos. La aprobación del presidente Humala pasó de 26%, en setiembre, a 24%, en este mes.

La delincuencia e inseguridad ciudadana (77%) ocupan el primer lugar en el ranking de los principales problemas del país, seguidas por la corrupción (44%), la situación económica (30%) y la falta de empleo (28%), reveló la última encuesta nacional urbana.

Se debe precisar que el estudio se realizó del 21 al 23 de octubre, por lo que no ha medido el posible  impacto en la ciudadanía del asesinato del director del penal de Trujillo a manos de un sicario.

El problema de la delincuencia también es considerado como el aspecto más negativo de la gestión del presidente Ollanta Humala, cuya aprobación cayó dos puntos porcentuales en un mes, pasando de 26% a 24%.

La información desagregada por nivel socioeconómico revela que la imagen del presidente Humala cayó 15 puntos porcentuales en el sector E. En tanto, la aprobación al desempeño de la primera dama Nadine Heredia pasó de 38%  en setiembre a 39% en octubre, mientras que su desaprobación  bajó de 56% a 55%.

Pese a la caída en la imagen presidencial, la población no se identifica con la oposición, que tiene solo un 32% de aprobación frente a un 53% de desaprobación. No destaca nítidamente y eso demuestra el rechazo de los ciudadanos a la política en general. En cuanto a la aprobación de personalidades políticas se observa un triple empate entre Keiko Fujimori, Luis Castañeda y Pedro Pablo Kuczynski, quienes se ha visto beneficiados por los cuestionamientos hacia Alan García y Alejandro Toledo. No deja de ser curioso que Keiko se haya visto favorecida por los problemas legales  de los ex presidentes cuando su padre enfrenta el juicio por el caso de los "diarios chicha". Y si comparamos la aprobación de los líderes políticos con la percepción de los partidos más cercanos vemos que existe correlación solo en el caso de Fujimori, cuya agrupación ocupa el primer lugar.  Para la mayoría Keiko es la lideresa de la oposición seguida por García, quien mantiene su espacio como opositor pero no goza de mucha simpatía.  Las cifras muestran que Keiko es a Humala lo que García fue a Toledo en el espacio de oposición. En este escenario es muy probable que el fujimorismo pase a ser una oposición más firme para capitalizar votos al 2016.
LA CORRUPCIÓN.- Y en un mes marcado por las denuncias contra el legislador Michael Urtecho ,  así como por los procesos de investigación que a nivel judicial y del Parlamento se sigue a los ex presidentes Alan García y Alejandro Toledo, la encuesta muestra que para el 23% de la ciudadanía el presidente de la República es el llamado a enfrentar el problema de la corrupción.

También que el caso Urtecho ha repercutido negativamente sobre todos los legisladores, pues un 89% considera cierto el rumor acerca de que no se denuncian muchos casos de congresistas que se quedan con el sueldo de sus trabajadores.

Además, un 80% considera que a Urtecho, quien se encuentra suspendido por 120 días de sus funciones,  se le debe levantar la inmunidad parlamentaria para que le abran proceso judicial.

El estudio también preguntó sobre la corrupción en la vida cotidiana de los ciudadanos, revelando la poca expectativa que tiene la gente de que se sancionen hechos deshonestos y hasta la tolerancia que le tienen.

Así un 81% piensa que denunciar un acto de corrupción es peligroso por las represalias a las que se podría exponer, mientras que un 74% señala que la corrupción seguirá igual "haga lo que haga".

Peor aún, un 52% piensa que dar una propina o regalo a un empleado público es una forma de motivarlos para que hagan un mejor trabajo.

La corrupción es vista como uno de los principales problemas del país y un alto porcentaje considera que el presidente Humala es el principal responsable de luchar contra  ella. Cuando se pregunta quién cree que debe detener la corrupción en el Congreso, Poder Judicial o la Policía, la figura del mandatario es la elegida luego de un escalofriante “Nadie”, seguido de un pasmoso “No sabe”.  Para afrontar la corrupción, después del Presidente, la nada. Este drama se vive no solo como un asunto que afecta instituciones sino que llena a los ciudadanos de un profundo sentimiento de desesperanza en su vida cotidiana.

Un 74% considera que “haga lo que uno haga, la corrupción va a seguir igual como siempre”. Además, lleva a que las personas terminen combatiendo la corrupción con más corrupción: dos tercios reconoce que tiene que coimear para facilitar un trámite en una institución pública. Las instituciones sólidas y confiables se hacen extrañar. Mientras el gobierno carga con este pasivo, Qali Warma, un programa que le dio tantas satisfacciones, comienza a sentir el efecto de implementar una estrategia compleja que ha generado diversos problemas y críticas.

Los programas sociales siguen estando entre los dos aspectos mejor evaluados del gobierno pero, cuando se pregunta por aspectos negativos la mención a los programas sociales sube de 13% en setiembre a 20% en octubre. Y eso que un alto porcentaje aprueba el retiro de la jefa del programa y evalúa positivamente un posible cambio en el tipo de productos que se entrega a los beneficiarios. Por su lado, la oposición tiene un 32% de aprobación (vs. el 24% del gobierno) y, cuando se pregunta si la gente se siente más identificada con la oposición o con el gobierno, un 46% dice que con la oposición. Sin embargo, este sentimiento no beneficia a todos por igual. Keiko Fujimori, Alan García y, en menor nivel PPK (muy concentrado en el NSE A/B), son vistos como líderes opositores.



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