martes, 25 de febrero de 2014

GUSTAVE EIFFEL Y EL AÑO 1882 EN ASTURIAS

Ríos de tinta han corrido a lo largo de los tiempos sobre la posibilidad de que el afamado ingeniero francés, Gustave Eiffel, hubiese firmado el puente de Parana del trazado ferroviario de Pajares. Un hecho que nunca se ha podido confirmar hasta ahora. Más de un siglo después de su construcción, acaba de salir a la luz un documento que demuestra la veracidad de la historia. Se trata de la memoria de cálculos del viaducto de Parana, en Lena, donde, entre los planos de esta colosal infraestructura metálica, aparece el sello de la compañía del ingeniero francés. Su firma sí, pero no queda demostrada su presencia en Asturias. Aunque la complejidad de esta infraestructura hace suponer que también tuvo que haber visitado su entorno, al menos para realizar los cálculos.
El documento, una copia que pertenecía al difunto Luis María Fernández Canteli, forma ahora parte del archivo del Museo del Ferrocarril de Asturias, que la recibió de un donante hace aproximadamente un año. Sin embargo, no se hizo público hasta el pasado mes de enero, en un acto cultural celebrado en Pola de Lena, en el que participó el director del museo, Javier Fernández López. El director también aseguró haber visto el original en el pasado, "hace muchos años, en el antiguo archivo de Vía y Obras de Oviedo", pero su paradero es actualmente desconocido. Sólo la copia ya supone un importante hallazgo que ratifica la autoría de Eiffel.
Esta infraestructura férrea fue construida entre los años 1883 y 1884, aunque fue sustituido en el año 1954 por problemas estructurales. La solución fue enterrar sus pilares metálicos y crear un talud. La parte de arriba, "que inicialmente iba a ser conservada", tal y como apuntó Javier Fernández López, se acabó sustituyendo también. Afortunadamente, sí se conserva la descripción del puente y numerosos documentos gráficos. Tenía tres vamos metálicos con una longitud de 130 metros y una altura desde el arroyo de aproximadamente 55 metros. Una de sus peculiaridades es que estaba en curva y en rampa, lo que suponía todo un reto al realizar los correspondientes cálculos. Es por eso que, aunque no está confirmado que Eiffel pisase tierras asturianas, la dificultad de la obra sustentaría su presencia. Al respecto, existe un relato al que también había hecho referencia el historiador  Ernesto Burgos, en un artículo fechado en 2012 sobre la identidad del ingeniero que construyó el puente de Parana. González Rebustiello aseguraba que Eiffel se había alojado en el pueblo lenense de Malvedo en el año 1882.
Otra de las pistas que se manejaban sobre la titularidad del puente de Parana fue la crónica de la inauguración del puerto de Pajares en el periódico local de aquella época. En el documento se alude a que "uno de los puentes más interesantes de todo el trazado es el que pasa por el arroyo de Parana", y asegura que fue construido por la casa francesa "Giffel". En aquel momento, Gustave Eiffel no era un ingeniero famoso -la torre Eiffel se inauguró en 1889-, de ahí que pasase inadvertido para el periodista. El documento recientemente descubierto sobre los cálculos del puente deja ver que el sello del ingeniero es "G. Eiffel", lo que explica la confusión del cronista de dicho diario.
El siguiente paso, tal y como aclaró Javier Fernández López, será acudir a los archivos de Eiffel en Francia para, con los números de diseño y expedición, tratar de averiguar si existe más documentación sobre este desaparecido puente. "Es un caso extraño", apunta, "ya que en las biografías de Eiffel nunca se dice que haya estado en Asturias, ni tampoco que haya construido este puente en concreto".
"Parana, el puente asturiano de Eiffel", en el que se hacía alusión al descubrimiento de un documento que confirmaba que el ingeniero francés, autor de la torre más fotografiada del mundo, había diseñado uno de los viaductos del ferrocarril de Pajares. Este hombre llevaba años asegurando que Eiffel se había hospedado en una casa muy bien ubicada en el pueblo lenense de Malvedo. Sin embargo, nunca pudo confirmar su presencia al no existir referencias escritas o imágenes que diesen. El documento recientemente hallado por el director del Museo del Ferrocarril de Asturias, Javier Fernández, no asegura que el ingeniero visitase la comarca, aunque la complejidad del viaducto hace suponer que también tuvo que haber visitado el entorno, al menos, para realizar los cálculos.
La casa de Malvedo en la que supuestamente se alojó Alexandre Gustave Eiffel (Dijon, 1832-París, 1923) se conserva prácticamente tal y como era a finales del siglo XIX. La elección del pueblo se debía, según los testimonios, a su cercanía con la obra que estaba realizando. Además, el ingeniero eligió una vivienda acorde con su categoría: la casona de los Fernández Muñiz, que destaca por encima del resto del pueblo. Jesús Manuel Fernández Muñiz heredó la vivienda de su tío, que era Topógrafo, y asegura que, "desde que era pequeño", había escuchado la historia del ingeniero francés. Es por ello, que el hombre no dudaba un segundo en mostrar la vivienda a cualquier persona interesada en el relato. Su abuelo se afanó en restaurar los muebles de la vivienda, así como los suelos, dando la apariencia de que el tiempo no ha pasado en la casa. Nada más entrar, el visitante se encuentra con un zaguán y un despacho a la izquierda. Todo está conservado, como estaba por aquellos años, la mesa, las estanterías llenas de libros, los armarios... Hasta algún artilugio de topografía que había conservado José Manuel Fernández Muñiz de su tío. Ese era el despacho que había utilizado Eiffel. Junto al  despacho se encuentra el dormitorio que supuestamente utilizó el ingeniero, compuesto por dos camas, un armario y una especie de aseo. "No se ha tocado nada, mi abuelo nunca quiso, lo único nuevo es el juego de cama", señala Noelia Fernández, destacando que "siempre ha sido el cuarto de invitados".
Desde la ventana, que da a una galería, se observa hoy al fondo el viaducto de Campomanes de la autopista del Huerna y las obras de la variante ferroviaria de Pajares, aunque en la época de Eiffel, lo que sí podría divisarse eran los trabajos de la vía férrea de Pajares, que pasaba muy cerca de este pueblo de Pola de Lena.
En la planta baja del inmueble también se conserva el espacio que antiguamente acogía la tahona. Y es que esta vivienda albergó la última tahona de la zona, por lo que era bien conocida por los vecinos de los alrededores. No tanto por la historia de Eiffel, ya que, como se cuenta, "el ingeniero aún no era muy conocido cuando estuvo en la casa de mis abuelos". De hecho, la única pista que se aprecia de la posible estancia de Eiffel es el "1882" que se encuentra pintado en la fachada interior de la vivienda. "La fachada estuvo cubierta de yeso durante muchos años y mi abuelo sacó a relucir la piedra vista, entonces fue cuando encontró esta fecha escrita en la pared", desconociéndose el porqué de esa inscripción.

El historiador Enrique Burgos, también hacía referencia en un repaso sobre el patrimonio de las Cuencas, centrándose en esa ocasión en la vivienda de Malvedo. Al respecto, Burgos sostuvo que "alguien quiso dejar para siempre el número de aquel año: 1882. El año de Eiffel". Y sí, concuerda con las fechas del puente de Parana, construido entre los años 1883 y 1884 (la vía de Pajares se inauguró en agosto de 1884). El ingeniero tuvo que realizar los cálculos de esta infraestructura con anterioridad, con lo que haberlo hecho en 1882 no parece nada extraño.

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