martes, 4 de diciembre de 2012

LOS PANETONES

Lo racista  y sexista se nos sale a los peran por n lado sensible, cercano, viceal: la comida. Y en fechas igualmente sensibles: la navidad. Dos comerciales de panetones y chocolates navidenos se viralizaron en las redes sociales por motivos qu se mzclan  de un modo curioso: su aparente inocencia debido a la baja calidad de la propuesta comunicatia y su apelacion a una supuesta picardia y humo facil y acartonado tipico de los programas comicos populares.
Comento los dialogo de modo n literal. Una familia se encuentra sentada alrededor de una mesa nvidena. El abuelo mayor la hija subida de peao y el yerno afroperuano. Los acompanan unos ninos. La mujer pregunta: Papito ? que quieres para esta navidad? (refiriendose al abuelo de la familia). El cntesta: comer mi paneton con mi chocolate. La hija adula vocfera: Ven Chocolate: aqui estoy suegrito, contesta el marido... Tu n, mi chocolate (de tal marca).
Otra version de dicho comercial mestra a la mujer subida de peso y el marido afroperuano abrazados. La mujer senala: "Nada como mi chocolate, chocolate de la marca X". El afroperuano se sorprende  y ella responde: " no, mi amor tu" y el replica: " Y nada como mi paneton": la mujer molestalo increpa: ? Que cosa?, " mi paneton marca X" responde el. Los dos sonrien complices de la comedia de equivocaciones.
Una segunda marca muestra otro comercial donde una familia se reune en la mesa navidena cn sendas porciones de paneton, mientras una trabajadora del hogar aparece vestida con uniforme y trapo en mano -de espaldas- limpiando un cuadro. Los padres de familia mencionan las bondades del producto "cuantas pasas  y frutas y no tiene bromato, es pura fibra". " ? "Y como se llama?", pregunta la madre , mientras el padre de familiadce vocalizando con enfasis el nombre de una mujer -que es la maca del panetn- la empleada voltea (pues es su nmbre tambien...): " Y esta buena para compartir" mirandola con picadia.
Se podrian encontrar muchos argumento para senala la inocencia de los comerciales, lo novedoso de que aparezan frodescendientes y empleadas domesticas en ellos; sin embargo, no nos dejems seducir por argumentos facilistas con los que tienden a sedimentar las diferentes formas de discriminacion. Del mismo calibre son los piropos que reciben las mujeres en la via publica y que, lejos de ser inocentes  candidos, recortan su libertad para transitar sin temor por las calles.
Es a partir del humor, de la risa facil, de los estereotipos acortonados que se cuela lo peorde nuestros perjuicios. Es alli donde no somos protocolares - donde se supone que lo politicamente correcto no se encuentra viglado-, donde se articulan  y justifican  los discursos de la discriminacion.
Justamente por ello es dificil cmbatir la discriminacion con argumentos serios  concienzudos, porque cuando no salimos de esos ambitos discursivos, la risa parece jugarle una mala pasada a la razon.

No hay comentarios:

Publicar un comentario