viernes, 21 de diciembre de 2012

UN SANTO, UN SASTRE Y UNA GRAN AVENIDA

Debo confesar ue cada vez que vengo a Lima, descubro personajes que le dan nombre alas calles. Asi descubro quien es el personaje que le dio el nombre a la calle donmde vivo. Calle de anos  que recien conozco su identidad estoica, humilde, ejemplar. Muchos de nosotros, limenos vivimos en historias que se entretejen mucho mas que calles que se cruzan, en acts de profundo amor al pais mas que en anchas avenidas, en santidad, inovacion, poesia y conocimiento amen de caudillism, riqueza y poder, porque cada nombre, cada apellido, cada rango de las Fuerzas Armadas trae su propio testimonio  de vida. El mapa  urbano no es sino la memoria del tiempo sobre un pedazo de tierra  que recmamos como nuestra. La puerta de casa debiera invitarns a entrar pero tambien a salir y conocer las razones por las cuales este senor, pocas veces esa senora, merecieron perenizarse  en algunas cuadras de nuestra ciudad.
Nicolas Ayllon es una de esas revelaciones. Una de las avenidas mas importantes que cruza cuatro distritos de esta Lima, santo indio, sastre, benefactor que nunca fue canonizado, hijo de un curaca moche, nacido en Zana, hombre  que daba todo lo que teniaa los mas pobres, que vestia siempre lo mismo para no perder el valioso tiempo en esos menesteres, hijo adoptivo de Juan Ayllon, quien le dio ese nombre que ahora aparece  en los cartelitos verdes, en las fachadas de los micros, en los carteles en los negocios.
Debio ser canonizado , como lo fueron Rosa de Lima y Martin de Porres. Quiza su condicion de indio  de un solo vestido no lo ayudo a conquistar el glamoroso Vaticano, Quizas, y es que Martin tardo mucho, muchisimo en ser elevado  a santo le era dificil comprender a la iglesia de aquellos tiempos, que un negro podia hacer milagros. Nicolas siempre demostro vencer los demonios qu lo acechaban, al dragon que, cuentan, lo ataco cuand nino, y al padre  Juan Ayllon, su tutor, a quien le vinieron  horribles ataques  de rabia. Imitando la paciencia del redentor. Nicolas Puicon -mas tarde Ayllon- prestaba su cuerpo gustoso  para que el padre lo mordiese, pero hasta la santa pacienci tiene su limite.
Nicolas decidio alejarse de su padre Juan . Se volvio hacia la costura  y devno sastre. Amaso una pequna fortuna  que le permitio desposar una mujer espanola, quien, cuentan las cronicas, enfermo de nervios cuad supo que el pretendiente era indigena y costurero. Igual casose  Maria Jacinta Espinosa y Montoya, huerfana que Nicolas encontro en el convento de La Encarnacion de senoritas de buenas familias  muy venidas a menos. Mucho tiempo despues en ese lugar sacratisimo, donde el santo no canonizado hallo su perturbado amor. La Tongolele  sacudio su exhuberante caderas al ritmo del mambo. La boite Embassy  reemplazo al convento.
Nicolas Ayllon, el hombre, es hoy Nicolas Ayllon , la avenida. Milagros alli se hacen todos los dias, quizas nunca nadie resucito un norbo como el hizo  con la flor que en sus manos tenia  la esposa. Pero si se da aqui y ahora , que el surimiento trae su recompensa , que los comercios se multiplican como os peces , que las familias sobrevivn juntas.ue la muerte, a veces, se vence, que existe , como n Nicolas, el don  de la obicuidad, porque en esa avenida hay gente  que esta en dos, en tres , cinco sitios a la vez, que no duerme, que se ayuda y ayuda al otro, que trabaja el triple, que tiene dos mil oficios. Que si, pues, cm Nicolas, hace milagros.       

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