Avilés, esa
villa de melancólicas calles y casonas viejas, rendirá dentro de unos
días, un justo homenaje a Luis Amado-Blanco Fernández y a David Arias Rodríguez
del Valle, quienes pasaron parte de sus vidas, en la Villa del
Adelantado, y que por razones del destino tuvieron
que dejar su tierra y morir fuera de ella.
Luis Amado- Blanco Fernández, nació el 4 de abril de 1903, en Riberas
de Pravia, transcurridos dos meses de su nacimiento sus padres se trasladan a
Avilés, es por eso que Luis Amado siempre se confeso avilesino “por voluntad
propia y por derecho”, permaneciendo hasta los veinte años. Sus estudios los
realizó en la Villa del Adelantado. Se prepara para estudiar peritaje
mercantil, ya que su padre quería que emigrase a Cuba, como todos sus hermanos.
Pero esto queda truncado porque su padre fallece. Decide seguir la carrera de
Medicina, para lo cual se traslada a Madrid y estudia en San Carlos. Sigue
estudios de Odontología, anexa a la misma Facultad. Obtiene el titulo de
dentista y abre una clínica. Sigue sus estudios y en 1935 se licencia en
Medicina.
Su vocación literaria comienza
desde temprana edad, cuando tenía 16 años publica una crónica en “La Voz de
Avilés”, y en 1921escribe en el mismo diario unos poemas firmados con el
seudónimo de “Blumaisol” . Un año más tarde escribe para la Revista El Bollo un
cuento titulado Madrigal, su primera producción importante. Colabora
asiduamente como poeta y cronista en el diario que había publicado sus primeros versos, también
escribe en “El Progreso de Asturias” y en La Prensa”, está última de Gijón.
En 1928 se publica en Madrid su primer libro
de versos “Norte” que fue bien acogido por la crítica. El poeta y escritor Juan
Ramón Jiménez le escribe para darle aún más aliento a su vocación. Empieza con
sus colaboraciones periódicas se extienden por esos años a las revistas
madrileñas “Nuevo Mundo”, “Atlántico” y “Blanco y Negro”.
En el año 1932 escribe “Ocho días
en Leningrado”, donde relata sus impresiones sobre la ciudad rusa, hasta la que
había llegado dos años antes en su viaje de novios, y que con alguna
anterioridad, lo había leído en el Ateneo de Madrid. Por esas mismas fechas, la
revista “El Bollo” publica sus Tres romances asturianos: Romance de Pajares,
romance de la niña lavandera y romance de la virgen de Covadonga. En el verano
de 1934 fue enviado a Cuba por el Heraldo de Madrid, importante
periódico de izquierdas, para escribir
sobre la caída del dictador Gerardo Machado. Esta fue su primera estancia
en la isla cubana. Desde allí envió una serie de dieciséis crónicas tituladas
¿Adonde va Cuba?.
En 1936
se prepara para doctorarse en Medicina, pero la guerra le sorprende en
Soto del Barco donde veraneaba. Al principio del otoño marca a Cuba, pasando
por los Estados Unidos, y reclama la nacionalidad cubana, que le pertenecía por
derecho, ya que su padre no se había inscrito en el “Libro de los Españoles”,
registro creado en La Habana después de la firma del Tratado de París, por los
que España renuncio a sus derechos en la isla en 1898. “Indudablemente, soy un
cubano nacido en Avilés”, dice Amado Blanco.
Establece su residencia en La Habana y
se incorpora definitivamente al movimiento cultural cubano dando conferencias
en sus más prestigiosas tribunas y
colaborando en sus mejores periódicos y revistas. Colabora en “Avance” con una
crónica sobre las razones de la guerra en España, y pronuncia conferencias y
charlas sobre el mismo tema.
A la muerte de Federico García Lorca,
publica su “Poema desesperado”, (1937), que luego reproduce la Universidad de
Panamá, y después su celebrado poema “Claustro” (1942), en el que destaca la
serenidad del poeta en una intima
madurez de la forma. Con “Un pueblo y dos agonías”, aparecida en México, en
1955. Con la publicación de esta obra, el
autor se estreno como novelista y añadió un triunfo más a sus éxitos
como escritor, por la favorable acogida de la crítica, colocándolo entre los
creadores más solicitados de habla española. Esta novela pretendía ser el
inicio de una serie narrativa de temática asturiana y, más específicamente
avilesina. Un nuevo sentido de la narración ágil y profundo, en el que se
revelan los mecanismos internos de la pasión a lo largo de existencias
agónicas, como quería don Miguel de Unamuno.
Participó, junto a otros intelectuales
españoles presentes en la Isla, en el homenaje a Federico García Lorca en el
Teatro Nacional. En ese año hizo 1937 hizo la reválida del titulo de
Odontología en la Universidad de La Habana para poder ejercer su profesión. En
julio de ese mismo año visitó Colombia y Panamá, donde dictó conferencias en
instituciones académicas. Fue presidente de la sección de cultura de Izquierda
Republicana Española, de La Habana; pronunció las palabras de bienvenida a
Marcelino Domingo en octubre de 1937 en su partido. De julio a diciembre
publicó en Bohemia un reportaje, un testimonio en forma de ficción con el
titulo “Sola en Madrid”. En julio de 1938 hizo la presentación de León Felipe
en la Casa de la Cultura y Asistencia Social, y la de Alfonso Castelao en la
Institución Hispano-cubana de Cultura el 8 de enero de 1939.
Por su labor periodística fue merecedor
de los premios más importantes de la prensa cubana de la época entre ellos el
Premio Varona en 1947 por el artículo “El gran teatro del mundo”; el Premio “
Justo de Lara” 1950, instituido por el almacén El Encanto para el mejor
artículo publicado cada año en la prensa cubana con su artículo “Carta de
Bandera”, ese año también obtuvo el tercer premio periodístico “Juan Gualberto
Gómez”, auspiciado por la Asociación de Reporteros de la Habana, por el trabajo
“Don Carlos”. En mayo de 1951 le fue otorgado el segundo premio en el concurso convocado por la Dirección de
Cultura del Ministerio de Educación para premiar los tres mejores artículos
publicados con ocasión de la X Feria del Libro, por su artículo “Peligro y
salvación del libro””. En 1953 obtuvo el Premio Nacional Periodístico “Juan
Gualberto Gómez”, debido a su trabajo “Una hora en silencio por Marti”, también
ese año le fue otorgado el premio médico-periodístico “Guillermo Martínez
Marqués”, instituido por el Colegio Médico Nacional por su artículo “Tú,
médico”.
El 10 de diciembre de 1949 se estrenó en
el Teatro Nacional, “La bodega encantada”, ballet con libreto suyo y música del
ballet “La Boutique Fantastique” de Rosini y Respighi. En 1950 fue elegido
presidente de la Agrupación de Redactores Teatrales y Cinematográficos.
En 1960, poco tiempo después del triunfo
de la Revolución castrista, la Universidad Central de Las Villas publica su
obra “Doña Velorio” (nueve cuentos y una nivola) que alcanza enorme éxito. En ese volumen se recogen
algunos de los cuentos que le valieron
en 1945 premios, para cuentos cubanos, como el nacional e internacional
de Hernández Cata. “Hacia la otra orilla”, que había sido premiado en un
certamen convocado en Avilés, en agosto de 1927; “Pepín el Mulato y Bunny”:
este último se recoge en la publicación anual italiana Le piú belle novelle di tutti
i puesti, de 1965. En su novela “Ciudad Rebelde” cuya primera edición española
es de 1967, recrea el ambiente de la lucha clandestina en La Habana contra
Batista. Además de las colaboraciones en la prensa cubana publica asiduamente
crónicas y artículos de crítica teatral en el diario Información, sus trabajos
obtuvieron los más importantes premios
nacionales cubanos para la literatura periodística. A los ensayos sobre temas
médicos publicados en revistas odontológicas españolas hasta 1936, se añaden entre
otros muchos de asuntos muy variados:
Dio numerosas conferencias, entre ellas:
“El amor en los tiempos actuales” pronunciada en la Institución Hispano-cubana
de Cultura el 24 de enero de 1937, “Biología de la moda” en mayo de 1937 en el
Lyceum; “Poesía de Ayer y hoy” en agosto
de 1942; “Historia sexual de la corbata, el 8 de mayo de1944. El teatro como
forma literaria; magia y técnica del teatro; “Juan Ramón Jiménez, visto por mis
ojos”, el 26 de abril de 1956; “El don Guatavo Pittaluga que yo conocí”, el 21
de agosto de 1956; “La magia del teatro”, el 25 de marzo de 1957; “Venecia,
paloma y cristal” el 24 de junio de 1957; “Juan Ramón primero y último”, el 12
de noviembre de 1958. En junio de 1949 pronuncio una conferencia experimental
dialogada sobre “Ponce, el pintor ciego” en el Lyceum, con la participación de
actores teatrales; La opinión pública en los Estados Unidos o ensayo sobre lo
que no existe; Tránsito del yo al nosotros; Razón de Don Quijote y sinrazón de Sancho y Nada
menos que Don Alejandro Gómez. En 1951 le fue
concedido el Premio Nacional por el cuento “Sola”, y en 1954 primera
mención honorífica por “Entre paréntesis”
Uno de los últimos cuentos, fue publicado en 1968 en la revista El Bollo
de Avilés, bajo el titulo de “Alias Ventolera”.
Se vinculó al desarrollo del teatro
cubano a través de su actividad en la Academia de Artes Dramáticas, fundada por
José Rubia Barcía; en el año 1945 el Patronato del Teatro estrenó su fábula
dramática “Suicidio”, con dirección del propio Amado-Blanco. Se destacó además
como director teatral, en la que obtuvo el premio Talia, otorgado por el
Patronato del Teatro por la dirección “La dama del alba” de Alejandro Casona.
También dirigió la puesta en escena de otras obras. Estuvo muy vinculado a el Lyceum,
la Sociedad Nuestro Tiempo y otros.
En el año 1960, el gobierno
Revolucionario Cubano lo nombra embajador en Portugal, cargo en el que esta
seis meses. A su regreso a La Habana ocupó el cargo de jefe de la sección
religiosa del Ministerio de Asuntos Exteriores hasta enero de 1962 en el que
fue designado embajador, con carácter simultáneo ente la UNESCO, al mismo
tiempo en la Santa Sede. Renuncia al primer cargo, conservando el segundo cargo
y llega a ser Decano del Cuerpo Diplomático en el Vaticano, conservando este
cargo hasta su muerte en marzo de 1975.
En esta última etapa continuo su labor literaria, escribiendo la novela “Ciudad Rebelde” y el libro de
poemas “Tardío Nápoles” finalista en el Premio Internacional de Poesía de
Taormina, el mismo fue traducido al italiano. Sus escritos han enriquecido las
páginas de la novelística y de la poesía contemporánea en lengua española.
DAVID ARIAS Y RODRÍGUEZ DEL VALLE
David Arias y Rodríguez del Valle, nació
en la Villa de Avilés el 20 de enero de 1890. Realizando sus estudios de
Derecho en la Universidad de Oviedo, graduándose en 1911, siguiendo sus
estudios en Madrid, se doctora en 1914. Es nombrado catedrático por la
Universidad de Madrid, aunque no llegó a ejercer como tal. Vuelve a Avilés y
comienza a trabajar como abogado. Su dedicación a las tareas literarias,
especialmente la poesía data de sus años de estudiante: algunas de sus
narraciones se publicaron en los “Anales de la Universidad de Oviedo”. El
oficio escritor no le faltaba. Como
demostró también con sus colaboraciones en el “Diario de Avilés”
firmando con el seudónimo de “Anemos”, en el “Progreso de Asturias “, en el
seminario republicano “La Verdad”, con el seudónimo ”Ollantay”, y en la revista
“El Bollo”, hasta que su dedicación a la política en las filas del partido
reformista le alejó definitivamente de las letras.
David Arias ocupó diversos cargos
públicos. Alcalde de Avilés de 1920 a 1923 hasta el advenir la dictadura de Primo de Rivera; fue repuesto
en 1930 dimitiendo cuatro años después. Durante la guerra es nombrado delegado
del partido Izquierda Unida Republicana, también fue miembro del Comité de
Defensa de Avilés y secretario de la Junta de Obras del Puerto de Avilés
En el año 1935 publicó su primera novela
“Después del Gas”,es su novela más significativa. David Arias domina el oficio.
Esta novela fue reeditada en 1986 en la
Villa del Adelantado. En el año de 1937 con motivo de la Guerra Civil pasa a
Francia, y en la Embajada española en París entregó los fondos y el Libro de la
Junta de Obras del Puerto de Avilés. Posteriormente regresó a Barcelona donde
se encontraba su familia.
Al finalizar la guerra civil, en febrero
de 1939, partió al exilio por Port Bou,
es internado en diferentes campos
de concentración, separado de su familia que estaban en el campo de Chateaufer.
Por algunas gestiones de Luis Amado Blanco desde Cuba, logró embarcar -en enero
de 1940-con su familia desde Burdeos, rumbo a la República Dominicana, donde
permaneció hasta el mes de enero de 1942. Aquí colabora con los periódicos “La
Nación” y “Listin Diario”. Funda y dirige la Academia “Renovación”, en Puerto
Plata. Escribe la Novela Llegará del Mar, publicada en México en 1943. En enero
de 1942, se instalo definitivamente en la Ciudad de México. Allí desempeña
diversos empleos, hasta que se establece como asesor de un despacho de
abogados.
Continuó sus actividades políticas, en
los primeros años de estancia en el Distrito Federal, participando en las
reuniones del Ateneo Salmerón y fue presidente de la agrupación de Izquierda
Republicana de Asturias durante 1945-1946. Años después se aparta de la
política. En 1966 publicó el poemario “El Sendero”, con poemas aparecidos en
distintas publicaciones periódicas. Escribe también tres argumentos originales
de guiones cinematográficos “Solo la Esperanza” (comedia dramática, 1947),
“Lucha de clases” (escrito inicialmente como novela o comedia dramática, 1948)
y “El crimen de la alameda”.
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