jueves, 9 de junio de 2011

APORTACIÓN A LA HISTORIA DE LA FUNDACIÓN PRINCIPE DE ASTURIAS



Su Origen

Nunca Pérez de Ayala y Leopoldo Alas “Clarín”, imaginaron que la heroica “Vetusta”, la muy noble  y leal  ciudad, “la capital mundial de la paz”,  que dio vida a los personajes de  La Regenta  y a  Fermín de Pas, el Magistral, que con el paso de los años se convertiría  por un día en la capital de la Nación, y de la cultura, porque se dan  los  Premios Príncipe de Asturias, que son los más importantes del mundo, después de los Nobel .

Graciano García “ha sido profeta en su tierra”. Desde niño tuvo vocación de ser periodista, comenzando como redactor en “ La Nueva España”, pasando a fundar y  dirigir “Asturias Semanal”, revista que contribuyo a la modernización de la sociedad asturiana, adelantándose tal vez, algunos años a los tiempos. Unas veces acertaron  en su comprometida tarea y otras no lo consiguieron, pero aquel espíritu nacido del loable intento de mejorar algunas cosas, les obligaba en algunas ocasiones ir contra corriente. “Asturias Semanal”, desapareció cuando el país se encontraba en vísperas  de una nueva etapa de su historia, que conectaba con aquel espíritu fundacional y con la línea que siempre mantuvo la revista.

Luego le toca el turno a  “Asturias Diario Regional” del cual es nombrado director, un medio de comunicación que contaba con la tecnología más avanzada de Europa. Capaz de formar e informar y defender los intereses, todos legítimos, del pueblo asturiano que están por encima de cualquier ambición”.

En el momento que fue cesado, comenzó el amanecer en el horizonte de una nueva empresa para vincular a S.A.R. el Príncipe de Asturias,  con su Principado, y la cultura. “No tendremos dificultades para sacar esta idea adelante, “las adversidades no me hacen desvanecer”. Una Institución que con el discurrir de los años se ha consolidado y es la brújula de ese barco de la cultura universal con la  que todos los asturianos, sin excepción, nos sentimos comprometidos.

Chano,  no dejo ni un minuto de trabajar por esa causa, para bien del Asturias. En estos   primeros pasos cabalgó en solitario. Tiene una capacidad tan singular para conciliar, sugerir, promover e ilusionar las tareas que tengan como denominador común el progreso igualitario de todos los asturianos. Ha  sido capaz  de promover, conducir y realizar una de las empresas culturales más nobles en la que Asturias ha participado y que Asturias le subraya su razón de ser.

La idea de crear una Fundación y unos Premios,  era para algunos “disparatada e incrédula”  y para otros ”genial”. “ Creo que las cosas son más complejas de lo que parecen para hacer una simple retórica sobre ellas”. Empieza inmediatamente a mover hilos y buscar los apoyos de personas e instituciones capaces de realizar el proyecto que tiene escrito en  unas cuartillas, y se haga realidad.

Para que estos sueños se conviertan y tomen forma tiene que haber una serie de condiciones favorables sin las cuales nada se puede conseguir. En ese momento lo fundamental  es “contar con personas que crean lo mismo que uno”. José Ramón Fernández Cuevas, Adolfo Barthe Aza, Teodoro López Cuesta,  José Antonio Martínez  y otros se ponen al lado de Graciano y ese gran asturiano Sabino Fernández Campo, secretario general de la Casa de S.M. el Rey,  quien vio con mucho entusiasmo lo ambicioso del proyecto que era para beneficio de la Corona y de Asturias, intercedió ante SS.MM. los Reyes, quienes dieron su aprobación, con lo que se da forma legal a la Fundación.

UNOS PREMIOS CREADOS EN PRINCIPIO PARA ESPAÑA Y HISPANOAMÉRICA

A partir de ese momento,  la idea de la Fundación comenzó a cimentarse. “Esta iniciativa tiende precisamente no sólo a recuperar sino también a solemnizar desde Asturias la nueva relevancia institucional del Principado. Se trata, para ello, de crear la Fundación Principado de Asturias, cuyo objetivo principal sería el de promover y premiar la labor científica de investigación mediante una convocatoria anual de los “Premios a la Investigación Príncipe de Asturias” que honre la labor de los hombres de ciencia española e hispanoamericana. “máximo galardón científico de la comunidad de habla hispana...”.

Según los primeros planteamientos,  la Fundación se constituiría en entidad patrocinadora de la actividad de científicos e investigadores que trabajen en Asturias, convocando concursos periódicos para el otorgamiento de becas. También se decía en aquellas ideas originales, que se crearía un premio anual de carácter regional. Se podría solicitar a la Fundación  ayuda financiera para realizar trabajos de investigación que “el Comité Asesor entendiese que contribuirían a aumentar el patrimonio cultural de la Humanidad...”

De todo esto se desprende, que  desde el  principio, se había pensado en un solo premio, pero a instancias de algunos miembros de la comisión gestora,  se amplia el número de premios, “ haciéndolo extensivo a las Letras y a las Artes, para artistas o escritores no consagrados que tengan ya una importante obra hecha, y Premio Príncipe de Asturias a  la Fraternidad Hispanoamericana, para aquella persona o institución que más haya hecho durante el año por el acercamiento de las relaciones entre España y los países de su comunidad idiomática...”

Se decía también en los borradores de la constitución de la Fundación , “que el  jurado que concedería  estos premios serían personalidades del las ciencias, las letras y las artes y que reunieran máximas garantías de objetividad y prestigio...”, como siempre ha sido.

La Constitución de 1978 recuperó el titulo más antiguo de Asturias, el del Príncipe de Asturias para el heredero de la Corona, lo que vuelve a dar vida a un ente que se llama Principado de Asturias. Había que buscar un vinculo de nuestra región  con el heredero y nada mejor que a través del mundo de la cultura. Por otra parte el Príncipe será algún día Rey y la Constitución  dice con respecto  al jefe del Estado: “que es el máximo representante del Estado ante la comunidad internacional y especialmente ante las naciones de su propia lengua...”. “La idea de convertirlo en un premio hispánico, y no solo nacional, parece coherente, tanto con las tradiciones de esta región, como con la dimensión espiritual en que se extiende hoy la irradiación de la Monarquía española...” . .

La obra que comenzaron aquellos hombres buenos que creyeron en la idea de Graciano, se convirtió en realidad,  cuando SS.MM. los Reyes y S.A.R. el Príncipe de Asturias, aquel 24 de septiembre de 1980, asistieron en la capital del Principado, a la firma de su constitución. Esta obra  nunca se termina y jamás se tendrá la sensación  de la misión cumplida. Por el contrario se está  en permanente búsqueda de nuevos caminos, y escuchando sugerencias similares de  otros países. La unión de S.A.R. el Príncipe de Asturias con la región cuyo titulo ostenta, es un compromiso excesivamente alto como para ponerle muros o límites.

Pero,  según la opinión de muchos, que seguimos de cerca  la auténtica historia de la Fundación, esta  empieza el día en que el mecenas y gran empresario Pedro Masaveu se hace cargo de la presidencia por petición expresa del Rey. “el sueño de una realidad o la realidad de un sueño...” Los demás,  pondrán el resto.

La idea que tenía sobre los Premios  Don Pedro Masaveu, era de que estos tuvieran un carácter universal. Ese sueño se vio cumplido en el año 1996 cuando el patronato amplio el ámbito de su extensión,  en que por primera vez los candidatos podían ser de cualquier parte del mundo para optar a cualquier de los ocho premios. “Creí que Asturias necesitaba exhibir sus encantos culturales, y, por ello,  luché por la Fundación...”

En los primeros pasos de la  Fundación, hubo mucha expectación, que,  meses después se convirtió en entusiasmo, en el momento en que se exhibió el cumplimiento de los planes y, por tanto, no existía el fraude. Es en ese momento que los excepticos que no creían en la idea de Graciano,  comienzan a apuntarse tantos y laureles.

CAMINO HACIA LA UNIVERSALIZACIÓN

La mayoría de edad del Príncipe de Asturias y la jura por él de la Constitución, en los términos previstos  en la misma, constituye sin duda en España un hecho relevante. Esa relevancia  trasciende los aspectos formales, institucionales o rituales y tiene aspectos que con toda probabilidad no se manifiestan en sucesos de Asturias deberá jurar como Heredero de la Corona de España a  la Constitución Española, de acuerdo con lo establecido en ella, ante las Cortes Generales, parlamento democráticamente elegido por el pueblo español.

En Asturias dio S.A.R.  el Príncipe, sus primeros pasos  de su actividad pública, recordemos su primer discurso pronunciado en público con motivo de la primera entrega de los premios que llevan su nombre: “He querido que las primeras palabras en público que pronuncio en mi vida tengan precisamente como marco este Príncipado de Asturias, cuyo título con tanto honor ostento...” , iniciándose  en tan complicado oficio. Sin duda pudo percibir la honda, aunque siempre sobria, amistad de los asturianos, sentimiento en el que con seguridad no estaba ausente el homenaje al heredero de un buen valedor de nuestras libertades. No es de extrañar que así sea, en una tierra cuya constante histórica más clara es la lucha por conquistarlas y hacerlas verdaderas, y puede considerarse a sí misma aula de la libertad.

Es por eso que para conmemorar esta histórica fecha, el 30 de enero de 1986,  la Fundación Principado de Asturias a través de su patronato decidió crear y convocar excepcionalmente el “Premio Príncipe de Asturias de la Libertad”.

Este galardón se otorgó, por primera vez, al día siguiente de la fecha en la que S.A.R. juró la Constitución. Un jurado internacional, que se reunió en Oviedo, integrado fundamentalmente por personalidades de las Artes, las Ciencias, las Letras, la Economía y la Política, concedió el Premio a la Vicaria de la Solidaridad  de Chile. 

El jurado antes de comenzar las deliberaciones “...acordó por unanimidad expresar su felicitación al Príncipe de Asturias con motivo del juramento de fidelidad a la Constitución el día de su mayoría de edad y su reconocimiento y admiración a S.M. el Rey Don Juan Carlos I  por el acierto con que ha contribuido a la instauración del régimen de libertades que de forma  tan ejemplar se han dado asimismo los españoles y del que este premio quiere ser fiel expresión...”

Al año siguiente 1987, este mismo Premio pasó a denominarse de la Concordia, y ese mismo año se introdujo un nuevo galardón, el Premio Príncipe de Asturias de los Deportes, con lo que quedaron ya establecidos los ocho Premios, estos dos de ámbito Internacional.

Los Premios Príncipe de Asturias, fieles al espíritu para el que han sido creados, han supuesto, en muchos casos, el primer reconocimiento internacional a personas y obras de inmenso valor -Camilo José Cela, Mijail Gorbachov, Nelsón Mandela, Isaac Rabin, Yaser Arafat, y otras personalidades recibieron este galardón antes que el Nobel, o el descubrimiento de nuevos creadores para quienes el galardón concedido supuso un fuerte estímulo en la continuación de su carrera profesional

LA FUNDACIÓN Y EL PUEBLO EJEMPLAR DE ASTURIAS

Al cumplir la Fundación en 1990 los diez años de actividad, y en conmemoración con esta efemérides, se convocó un nuevo galardón, de diferente naturaleza y carácter que los Premios Príncipe de Asturias, con el nombre de “Premio al Pueblo Ejemplar de Asturias”, que se concede “al pueblo, aldea, núcleo de población  o grupo humano del Principado de Asturias,   que se haya destacado de modo notable en la defensa de sus más nobles valores: su entorno natural o ecológico, su patrimonio histórico, cultural o artístico, o en la realización de obras comunales u otras manifestaciones de solidaridad extraordinaria...”

El Gobierno del Principado  de Asturias se ha sumado a esta iniciativa de la Fundación aportando dos millones de pesetas de los cuatro con que está dotado económicamente el Premio y participando en las deliberaciones del Jurado.

A lo largo de sus ediciones, este galardón ha recaído tanto en pequeños núcleos de población destacados por la defensa del entorno (como San Esteban de Cuñaba), de las tradiciones asturianas (como Nava, por su potenciación de la bebida típica asturiana, la sidra y su cultura) asociaciones ecologistas (como “Cubera”), grandes colectivos humanos (los Pastores de los Picos de Europa).

Este galardón es entregado por S.A.R. el Príncipe de Asturias, viajando al pueblo ó núcleo de población,  que ha obtenido el premio,  al día siguiente de la entrega de los Premios que llevan su nombre.

Después de diecisiete años, la  Fundación esta consolidada y patrocina desde actividades culturales como  congresos de Filosofía pasando por los de  periodismo, deportes y música, y Simposiums. Sin olvidar el Instituto del Campo y los Coros Príncipe de Asturias. Está demás decirlo que en esta Institución no se vive de espaldas a nuestro entorno cultural.   

En alguna medida, el ejemplo de la Fundación puede ser válido, para demostrar, como han hecho otros, que desde Asturias se puede hacer realidad, con escasos recursos económicos, una iniciativa de ámbito internacional, creando puestos de trabajo e ilusión.

No cabe duda de que este ilustre allerano,  llamado Graciano García lleva consigo los rasgos propios de un gran genio que supo y sabe trabajar por y para su patria chica, Asturias.

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