En la madrugada del lunes, por primera vez en muchos años, la mitad de los peruanos despertamos con mucho miedo. Un miedo profundo cargado de rabia, mucho más significativo y el pánico con que abrió la bolsa y que ya hace huir el dinero de nuestra patria.
Mi país se despertaba con un nuevo y electo presidente Ollanta Moisés Humala Tasso (nombre que en quechua significa “guerrero que todo lo ve”), militar retirado, y candidato nacionalista de izquierda. Las urnas le habían dado la estrecha victoria, por un pequeño margen de votos de diferencia, contra la candidatura de la joven e inexperta candidata “nisei” Keiko Fujimori, lo que indica una profunda división del país. La jornada de esta segunda vuelta fue seguida por una gran expectación en todo América Latina donde la grave crisis económica y financiera internacional se deja sentir solo lateralmente y no compromete el fuerte crecimiento económico. Los peruanos estábamos viviendo una cierta incertidumbre, desde hace algunos meses por la designación del nuevo presidente, ya que ambas candidaturas eran muy peligrosas para el futuro de nuestro país que en estos últimos años ha sido algo así como el milagro del comienzo del siglo XXI, con paz social, el fin del terrorismo y crecimiento y prosperidad de nuestro Perú.
El lider de Gana Perú llega a la Presidencia con la intranquilidad y la incertidumbre de los mercados y de los inversores nacionales y extranjeros. Sus resultados buenos en la primera vuelta y su triunfo final, han sido mal recibidos en los mercados: el día de ayer la bolsa peruana se cerro, después de bajar casi un nueve por ciento.
Humala Tasso hereda un Perú con una economía sólida, este incremento ta n significativo ha propiciado en los últimos años, una baja inflación, un equilibrio presupuestario y un banco central al margen de cualquier control político.
El nuevo presidente Ollanta Humala, propone una política de inclusión social lo que significa la redención del indígena y del afro-descendiente, en el contexto de una melodía vagamente socialdemócrata iguales a la posición del Brasil de Lula. Al festejar su victoria esa madrugada en la Plaza dos de Mayo ya hablaba de la unidad latinoamericana, un giro hacia la política del venezolano Hugo Chávez. “Hoy renuevo mi compromiso con el pueblo peruano de impulsar el crecimiento económico con inclusión social…” “Sabemos que gobernar no es un tema de una sola persona, vamos a convocar a los mejores técnicos independientes para poder hacer un gobierno de concertación donde nadie se sienta excluido y donde todos estén representados…”.
Está en manos de Ollanta Humala no dilapidar estos logros y articular un modelo que sirva para potenciarlo, eso si, siendo plenamente consciente de que esta buena situación económica tiene que servir para paliar la pobreza de los miles de indios de las zonas de la sierra del Perú. “No se puede hablar de que Perú avanza, si hay tantos peruanos en la pobreza, vamos a corregir eso con políticas que resuelvan el problema de la educación , de la salud , de las infraestructuras, a la vez que cerramos el paso a la corrupción…”
Su programa de gobierno de menciones arcaizantes e imposibles de compatibilizar con las exigencias de la economía global, asumió un compromiso con la prosecución del intenso auge económico.
El nuevo equipo que acompaña al presidente Humala procede del antiguo gobierno de Alejandro Toledo, uno de ellos, aseguró que el nuevo equipo mantendrá la disciplina fiscal y respetara la inversión privada.
Tenemos que tener fé y esperar que el nuevo presidente haga una gestión tranquila con unas reformas que se caractericen por la moderación. No tiene que hacer una política continuista necesariamente, pero tampoco debe de caer en delirios ultrtanacionalistas como la de promover una economía nacional de mercado interno, despreciando la inversión de empresas extranjeras y nacionalizado algunos sectores claves de la economía.
Pienso que Humala no debe de olvidarse y pensar que también en el extranjero hay compatriotas que necesitamos de un Ministerio de la Inmigración para resolver nuestros graves y múltiples problemas. Ha prometido “abaratar el sistema de envió de remesas que hoy están en manos de dos o tres empresas privadas. Aquellos que quieran volver al Perú, les digo que tendrán beneficios fiscales, créditos y que serán tenidos en cuenta en los planes de vivienda que pondremos en marcha…”
Mi país ha vivido un notable avance en estos últimos años, Ollanta Humala no se puede convertir en un obstáculo para el Perú. Debe de pensar en crear un Perú que crezca, pero servido por una estructura de alta densidad democrática.
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