miércoles, 15 de junio de 2011

EL SEÑOR DE MURUHUAY

A los hermanos Palacios Astete de Muruhuay

A 266 kilómetros de Lima, capital del Perú, se encuentra la serrana ciudad de  Tarma, denominada por Antonio Raimondi, como 'La Perla de los Andes', está situada en el centro del Perú, a solamente 5 horas de Lima, a una altitud de 3080 metros sobre el nivel del mar. Por su especial clima es el paraíso de las flores y en el mes de mayo, los fieles acuden al Santuario del Señor de Muruhuay.
A 2 kilómetros del centro de Acobamba, esta situado el Santuario. Posteriormente, se levantó otra capilla con diseño moderno, a donde los peregrinos llegaban todos los días de mayo. En 1968, el monseñor Antonio Kuhner, obispo y prelado de Tarma, Pasco y Huánuco, empezó la construcción del templo. Posteriormente, se levantó otra capilla con diseño moderno, a donde los peregrinos llegaban todos los días de mayo. En 1968, el monseñor Antonio Kuhner, obispo y prelado de Tarma, Pasco y Huánuco, empezó la construcción del templo que fue concluido Es una iglesia moderna inaugurada el 30 de abril de 1972 y construida de manera adyacente a la roca viva del cerro, en el lugar donde los pobladores dicen que apareció pintada la imagen de Jesucristo. En su interior sobresalen los tapices que representan las 14 estaciones del Via Crucis, confeccionados por artesanos de San Pedro de Cajas.

Allí, la meditación y el recogimiento de los fieles durante la misa se aromatizan con las estampas costumbristas que son representadas al aire libre. Animados por bebidas y platos típicos, los peregrinos modernos iluminan el cerro con sus bailes y melodías musicales. Allí, abrazan la paz con espíritu festivo.
La leyenda popular cuenta diversas versiones sobre el origen de la imagen del Señor. El escritor tarmeño Fortunato Cárdenas relata que una tarde de mayo de 1795 un picapedrero que allí trabaja descubrió manchas de sangre en una roca. Cuando quiso borrarlas, estas dieron forma de un Cristo crucificado. Otra leyenda cuenta que unos obreros que extraían piedras con sus barretas encontraron la santa imagen en una roca partida. Uno de sus devotos favorecidos, quien fue gobernador del distrito de Acobamba, construyó allí la capilla para que se le rindiera culto.
Un día es apenas un respiro breve para tanta algarabía. Desde días antes de la fiesta los mayordomos, se desplazan desde Lima y otros lugares del Perú, para estar prtesentes en esa gran festividad del Señor de Muruhuay, en el cerro Shalacoto. Es un día es tan intenso y rápido como una plegaria o un baile. Por eso, los miles de devotos que vuelven a su santuario para agradecerle por los milagros concedidos han preferido rendirle homenaje durante todo mayo.
La fiesta en el cerro es interminable. Los innumerables mayordomos son los encargados de dirigir el ritual portando un estandarte. En el piso se puede ver y contemplar las alfombras realizadas con gran variedad de flores de la zona. Uno a uno, presiden las sucesivas misas para Cristo, luego las orquestas típicas entonan chonguinadas y mulizas, y los grupos de danzantes se contonean a su ritmo. Al concluir, encabezan el descenso matizado con cervezas, chichas de jora y los gritos de las comparsas.
Frente al Señor, los mayordomos transmiten sus peticiones, oraciones y agradecimientos. Más abajo del santuario, los danzantes exhiben también sus pasos en una suerte de reducido coliseo. Allí, cruzan cintas multicolores, sobre la cual un niño se echa o pone de pie retando a la gravedad.
Los muchos turistas incrédulos se sorprenden al ver cómo la imagen pintada sobre una roca es capaz de convocar a tantas personas procedentes de lugares insospechados. Muchos vuelven porque fueron liberados de sus males, y otros se acercan convencidos de que también les ayudará.
Al escribir sobre Muruhuay, tengo que traer a mi memoria y a mi pluma la ya famosa Gruta del Huagato, que está situada en el cerro Racasmarca, a 3572 metros sobre el nivel del mar. Se dice que es la gruta más profunda de América del Sur. Tiene una abertura de 20,5 metros de alto por 30 metros de ancho y su interior es recorrido por un río subterráneo sobre el que se tejen varias leyendas. En la actualidad solo se ha llegado a recorrer un total de dos kilómetros de profundidad por diversas expediciones de espeleólogos de diferentes países, y se cree que se conecta con el Cuzco y otros países de América latina, La gruta posee estalactitas y estalagmitas formadas a través de miles de años. También se dice que sería una de las entradas a la mítica ciudad de Shambhala..

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