jueves, 17 de enero de 2013

DESDE MI COLUMNA A MI BLOG

La gente no te lee para cambiar su punto de vista. Al contrario: busca argumentos para reforzar su idea del mundo, se divierten leyendo lo que ellos les hubiera gustado pensar. No lograras cambiar opiniones con una columna. Te encuentras en un mal lugar para "crear conciencia". Una colunma es como una oquesta de sofistas , que acompana tu dia diciendo cosas que suenan razonables (sin molestar demasiado). Meter de contrabando  radicalismos en tu tira vertical es ingenuo. El lector tiene un fino radar antipredicadores. Los detesta.
Mirarse el ombligo todo el tiempo es suicida. Convertir los perjuicios de uno en las perjuicios de todos es una de las empresas mas ridiculas que uno puede emprender. Es como hacer la cronica de tu propio envejecimiento, por entregas. Nadie puede ver eso.
La parodia es como el smoquin:solo para ocasiones especiales. Son demasiados los casos de bromas escritasque terminaron siendo tamadas en serio, como la opinion real del autor. Un columnista arrognte puede atribuir esto a la baja comprension de lectura. Pero el unico culpable de la confusion es tu deseo de decir las cosas con estilo. ontrolate. Te leen miles de personas: la mayoria te lee por casualidad.
Usar el tema de moda puede resolverte la jornada, pero tambien puede hacer tu columna  realmente invisible. Ejemplo: escribir sobre la seleccion cuando gana la seleccion. Si no tienes nada urgente de decir  -hablo de urgencia fisiologica-, no escribas nada. Se nota a leguas  cuando un tema no te arrebata. Te ves feisimo alli arriba, colgado de las circunstancias.
Hacer polemica grstuita es peligroso. La polemica surge en ese instante bello en que lo que piensas  es exactamente lo contrario de lo que creen muchas personas de bien. Esa oposicion franca provocara  un encontronazo, podras sentir el vertigo en tus venas. Ser genuino es lo unico que podra defenderte. Nadie recuerda a un columnista que hiciese "polemica" de puro payaso puede volverse increiblemente  reconocible en cualquier supermercado grande.
Lo trivial tiene un limite. La literatura ayuda  al articulista, le da ritmo, le aporta luz...Pero contemplar el acantilado duante las doce primeras lineas de tu columna es unamuy mala idea.
La fidelidad del lector no existe. Tener lectores es una fortuna, conformate con eso. Con el tiempo, conoceran tus textos mejor wue tu y usaran lo que dijiste en tu contra. Elloste leen, te nombran y te coleccionan, quizas alguno hasta re comprenda. Pero ninguno te quiere.
Tus columnas siempre acabaran con semicirculos de cafe encima. Es un final respetable. 

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